Amarás a tu projimo como a ti mismo
Me parece volver al pasado cuando veo las largas colas de refugiados: tiritando de frio y hambrientos, me hace recordar aquellas imágenes que hemos visto tantas veces de los republicanos, vencidos en la Guerra Civil Española, atravesando los Pirineos para pedir asilo en Francia, donde por cierto fueron tratados, poco más o menos, como las imágenes que vemos ahora en nuestros telediarios gracias a las nuevas tecnologías y que por entonces no eran vistas más que en países que las ponían en algún noticiero, pero que, jamás fueron vistas en España hasta que llegó la Democracia.
Otras imágenes que me recuerdan son: la cantidad de personas que fueron llevados a los campos de exterminio nazis, entre las que, por cierto, también hubo muchas que eran españolas y que lo hemos sabido, también, después de la Democracia
Los españoles fueron recluidos en Campos de Refugiados, como hoy lo son la cantidad de seres humanos: niñ@s, ancian@s, enferm@s, dependientes, mujeres y hombres, que, si no fuera por la ayuda humanitaria, serían much@s más los que perderían la vida en el intento Me pregunto: ¿Hemos perdido de tal modo la concienciación humana, como para decir que no los queremos en nuestro país?
Muchas de esas personas a las que oigo decir que aquí no los queremos son muy religiosas, acuden los domingos a misa y quizás se acerquen a comulgar ¿Así es como practican lo que Jesús predico?
Jesús nos enseñó: “Amaras a tu prójimo como a ti mismo” Pensemos por un momento que un@ de nosotr@s,
nuestr@s hij@s, niet@s, etc. nos encontráramos en esa situación ¿Querríamos que nos trataran como pretendemos que sean tratados ell@s?
Siento verdadera repulsa por las personas que pretenden darnos lecciones a l@s que no pensamos como ell@s pero después actúan de forma hipócrita e infrahumana.
Si en un momento determinado nos preguntaran: ¿Estarías dispuest@ a entregar algo tuyo para paliar las necesidades de un@ desconocid@?
Estoy segura que tod@s responderíamos que sí, pero cuando es@s desconocid@s creemos que puede transformar en algo nuestra forma de vida, la respuesta es muy distinta.
Desde aquí me gustaría pedir a l@s gobernantes de los países ricos que dediquen una parte de su presupuesto para ayuda a todas esas personas que están viviendo situaciones no deseadas, tan extremas que muchas de ellas pierden la vida por el camino, que gasten menos en protocolos, ornamentaciones y parafernalias, no necesarias. y dediquen esa parte a paliar las necesidades tan extremas que sufren muchas personas.