Un camino sin inicio y sin final
Si hace unas semanas planteábamos la necesidad de cuestionar el futuro del comercio transfronte- rizo en función a lo que aporta a la ciudad, pare- ce que el Gobierno ahora ya ha dado respuesta a esta pregunta señalando que este comercio se ha de elimi- nar. En los últimos días el Ejecutivo ha adoptado una posi- ción extrema en contra de este comercio que, en palabras del portavoz del Gobierno y también consejero de Gober- nación, es “tóxico” y está controlado por “ma as” que bus- can “boicotear” las medidas adoptadas para garantizar la seguridad y la uidez de la frontera y los polígonos. Una postura que ya adelantó Nicolás Fernández Cucurull hace unos meses, pero que quedó eclipsada ante la apertura del Tarajal II. Sin embargo, lejos de iniciar la senda para la erradicación de este comercio del ‘bulto’ la demanda por parte de los porteadores ha crecido exponencialmen- te hasta convertirse en un problema demasiado difícil de gestionar. Es entonces cuando se habla de eliminar un co- mercio cuyos bene cios para Ceuta nunca han estado cla- ros. No obstante, dicen desde el Gobierno que este es un proceso que lleva tiempo y que se deberá ajustar a la lega- lidad. Una razón que no puede convertirse en excusa para demorar la erradicación de este comercio si ya se ha toma- do la decisión de hacerlo. Los cambios, sobre todo cuando in uyen a ambos lados de una frontera, evidentemente no se pueden hacer de un día para otro, pero tampoco se pue- den eternizar convirtiendo situaciones inhumanas en pro- blemas endémicos. La ciudad ya ha sufrido el comercio del porteo demasiado tiempo. La cuerda se puede tensar, pero todo tiene un límite, y el de los polígonos del Tarajal po- dría estar cerca si no se toma una decisión y se actúa de manera contundente para defender, ante todo, los dere- chos de las personas y los intereses de Ceuta.