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Ceuta es una ciudad muy particular por su historia, por su ubicación geográfica y especialmente porque en ella conviven culturas y religiones diversas, haciendo que sea una ciudad verdaderamente llamativa. Y como ciudad española que es, también vivió con intensidad la Fiesta de los Toros, especialmente a lo largo del Siglo XX.
Cuenta con un pasado taurino olvidado, pero al mismo tiempo sorprendente. Intentar reconstruir la historia taurina de la Ciudad Autónoma de Ceuta no ha resultado fácil dada la escasez de datos con que cuenta el Archivo Histórico local de Ceuta, sumado a la inexistencia de prensa local de los años de mayor auge de los festejos taurinos en Ceuta.
En este sentido, la familia de Ceuta con mayor representación en el mundo de los toros es la familia Lara, más conocida como ‘Larita’. Tres generaciones; Rafael, Joaquín y Quino que pisaron el albero para ponerse delante del toro y hacer los honores a la que es, por excelencia, nuestra Fiesta Nacional.
El que más lejos llegó fue Rafael Larita, siguiéndole su hijo Joaquín, que formó parte de la cuadrilla de la matadora de toros Cristina Sánchez, mientras que el último de la generación, Joaquín Quino Lara ‘Larita’ cogió la alternativa el 4 de junio de 1999 en Málaga, compartiendo cartel con ‘El Palentino’ y José María Manzanares. Sin embargo, pocos meses después se cortaba la coleta como consecuencia de la muerte inesperada de su padre en un accidente de tráfico, lo que le dejó prácticamente sin recursos para poder continuar su trayectoria. La plaza de toros de Moguer (Huelva), fue testigo de su última tarde vestido de luces.
Actualmente, Quino Lara (5/6/79) es un humilde trabajador que se busca la vida en su ciudad. Ayer nos recibió en su actual trabajo (Albedrío Gastrobar) con una sonrisa en la cara, aunque con la espina clavada de no haberse podido dedicar a un mundo que ‘mamó’ desde el vientre de su madre.
En referencia a sus primeros pasos en el mundo taurino, Quino recuerda que “desde pequeñito siempre he estado al lado de mi abuelo y mi padre, y veía como entraban y salían, se relacionaban con gente del mundo del toro y yo iba siempre con ellos”. De esta manera fue adquiriendo los valores taurinos, hasta que fue inscrito en la escuela de Algeciras, para más tarde ser trasladado a Sevilla. En este sentido, Quino reconoce “teníamos el gran problema de los desplazamientos porque mi familia era muy humilde, con pocos recursos económicos y tampoco nadie nos ayudaba”. Así, tiene claro que lo que le faltó fue “la mano de un apoderado bueno que apostara por mí”. Sin embargo, llegó a pisar las plazas de muchas ciudades de España, Portugal, México y Francia.
Quino Larita tuvo la oportunidad de torear en Ceuta hasta en tres ocasiones. “Antes había festivales taurinos muy buenos en la ciudad. Mi primera corrida fue precisamente en Ceuta y me acompañó Víctor Janeiro”, recuerda. Era finales de la década de los 90, desde entonces, nunca más se ha visto una corrida de toros en la ciudad.
Una carrera llena de dificultades
Quino Larita recuerda con cariño aquellos años en los que amanecía envuelto en un capote y viajaba hacia la escuela taurina para formarse en un mundo que, al igual que ocurre en todas las profesiones, necesita contar con un buen padrino para ser colocado en primera línea profesional. Mucho más, dentro de un mundo donde el papel del apoderado se antoja fundamental.
“El mismo año que cogí la alternativa se mató mi padre en un accidente de tráfico y a raíz de ese momento todo se complicó. No me sentía con fuerzas de seguir porque él era mis pies y mis manos, el que me acompañaba siempre y el que me iba abriendo puertas. Fue una situación que no superé y decidí cortarme la coleta”.
Su última tarde
Quino Larita se colocó por última vez el traje de luces en la Feria de Moguer (Huelva). “Recuerdo con mucho cariño y nostalgia aquella tarde con toros de Núñez del Cuvillo. Fue muy especial para mí y Moguer siempre formará parte de mi vida”
En cuanto al recuerdo que le queda de sus años al frente del toro, Quino Larita manifiesta que “me quedo con la experiencia vivida, pero me hubiese encantado que las cosas hubiesen ido de otra manera, pero la vida es así y hay que aceptarla”.
Recuperar la Fiesta Nacional en Ceuta
Por último, Quino Larita sueña con recuperar las corridas de toros en Ceuta, algo que se hace en la mayoría de ciudades y pueblos de España. “Es nuestra fiesta nacional y debería mantenerse en España. Respeto a todas las personas que no están de acuerdo con este mundo, pero es algo nuestro y a mí, personalmente, me encantaría que pudiéramos recuperarlo en Ceuta”, añadiendo que “en esta ciudad hay muchos aficionados al mundo del toro y al igual que los aficionados de Melilla cuentan con sus festejos y grandes carteles, también nosotros tenemos derecho a disfrutar de una fiesta que muchos la llevamos en la sangre”, indicó el ex matador de toros ceutí.
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