Ilyas, Benkirán y los profesores de Rabat
Salí el martes de Rabat, la hermosa y acicalada capital de Marruecos a orillas del caudaloso Bou Regreg (o Bu Raqraq), con las alforjas cargadas y la libreta de campo llena de jugosos apuntes. No era para menos. Al denso III Congreso del PAM (Partido de la Autenticidad y Modernidad) hay que sumarle la pacifica y masiva manifestación del profesorado por las calles rabatíes, la compleja y delicada situación política del jefe de Gobierno, Abdelilah Benkirán y sus islamistas parlamentarios del PJD (Partido de la Justicia y el Desarrollo) y por supuesto, también el domingo, las valientes y oportunas declaraciones del ministro de Habús y Asuntos Islámicos, el “bouchichiya” (cofradía sufí) e independiente Ahmed Toufiq, en solidaridad con la comunidad cristiana acosada en los países islámicos. No acaba aquí la cosa, pues estos días (domingo incluido), los bereberes, el activo movimiento amazigh, ha criticado muy duramente unas polémicas declaraciones de Benkirán (llegaron a romper y quemar el retrato del jefe de Gobierno), sin duda con su tradicional talante mordaz, a la vez que censuraban el inusitado retraso en poner en marcha una ley que desarrolle la lengua amazigh tal y como está previsto en la Constitución. “Es impresentable lo de Benkirán”, apostillan.
La portada del lunes del diario arabófono Alayoum24, que parcialmente reproduzco, es ilustrativa al respecto. En ella se destaca tanto la rotunda victoria del tenaz Ilyas al frente del PAM, una formación política en innegable evolución hacia “un fuerte polo de centroizquierda”, como señala mi estimado amigo el profesor Boutayeb, en paralelo a la multitudinaria manifestación del profesorado marroquí en contra de la política del PJD y de los reecientes y luctuosos contecimientos del 26 de marzo en las que un pacífico enseñante murió tras ser apaleado brutalmente por dos policías.
Y desde Palacio, observando atentamente como va el patio con dos fieles peones enfrentados políticamente a muerte y lanzándose hirientes pullas de calado: por un lado Abdelilah Benkirán, el “islamista del Rey” y por otro Ilyas El Omari, el “rifeño de Su Majestad”.
Del III Congreso del PAM celebrado entre el 21 y el 24 en Bouznika les escribiré, en detalle y con amplitud, próximamente, reseñándoles de momento el número de asistentes, llegados de todo Marruecos así como de delegaciones de Europa y que superaron la respetable cifra de las 3.500 personas. Entre tradición y modernidad, los “hiyab” alternaban con los tacones y pantalones ajustados así como unas cuantas minifaldas, los “tractoristas” (el laborioso tractor es el símbolo del partido) se posicionaron con fuerza, sacando músculo.
Comentando someramente la manifestación dominguera de los enseñantes, les haría las siguientes observaciones:
- Primero, la sutil represión desde los aledaños del poder: así, en Casablanca, Kenitra, Salé... centenares de asistentes eran entorpecidos y bloqueados en su acceso a los trenes por la policía y las Fuerzas Auxiliares (unidad militarizada pero dependiente del ministerio del Interior), mientras que por carretera la Gendarmería Real interceptaba y detenía a decenas de autobuses, impidiéndoles seguir el viaje hacia la capital del Reino.
- Días antes, en Tetuán y de ello levanto acta la policía, con premeditación y nocturnidad, desalojaba la residencia de estudiantes de la que estos salieron casi en pijama y con lo puesto, cerrando luego las puertas y prohibiendo el acceso. Total, que después de un tiempo sin poder entrar en la misma, sin ropa y sus cosas, las discentes criaturas se vieron inducidos a dejar la ciudad y volver a sus casas. Inteligente maniobra para desinflar, a priori, las protestas.
- La manifestación estaba prohibida, pero se llevó a cabo. Los marroquíes ganaron una vez más la calle en una acción que ya está siendo conocida como “El 20-F del PJD”. En cualquier caso el resultado es un punto de inflexión, hay créanme un antes y un después del domingo 24.
En el PJD, con algunos de cuyos dirigentes tuve ocasión de entrevistarme y saludar, se encuentran francamente molestos. Me confían que están siendo ya abiertamente puenteados por el “Estado profundo” (sic), los “cocodrilos” de Benkirán, incidiendo en que el populista jefe de Gobierno desconocía que la policía iba a cargar violentamente contra una manifestación, prohibida pero pacífica, causando un muerto. “Amigo José, deploramos sinceramente ese hecho, hemos abierto una encuesta, sinceramente pensamos que incluso el ministro de Interior, el harakí Haddad, fue superado por los acontecimientos. Detrás de esta lamentable actuación y de más cosas está... no solo El Himma, está el auténtico poder en la sombra, el Estado profundo”. Interesantes declaraciones.
También desde las filas del PJD me confían, lamentándose, “del rechazo o bloqueo a seis importantes proyectos de ley que hemos presentado. Mira, ¡gracias a nosotros 50.000 estudiantes de formación profesional tienen ahora derecho a becas! Hemos logrado también una jubilación mínima y progresiva incluso para los autónomos, este año de 2016 será de 1000 dirhams y en tres años alcanzará la cifra de 1500” (sobre 150 euros). “De verdad amigo (insisten), nos interesa mucho más la economía y el día a día de los marroquíes que la religión”. Vale pues, queda dicho y levanto acta pero, ¿cuál es entonces el papel real del tronante Benkirán y de su gobernante PJD? ¿Una “marioneta” como dicen los “adilistas” de Justicia y Espiritualidad...? Algo gordo, con impulso soberano, está pasando entre bastidores, con dos gobiernos en paralelo. ¿El objetivo?: desgastar como fuere al PJD cara a las próximas elecciones generales previstas para octubre.
Haya salud.
Visto.