Paquita Holgado, la mujer que intercedió para salvar vidas
“Luchaba para que a mucha gente no le dieran el tiro de gracia”, destacó su hijo Germán Pareja, autor de su biografía
‘Las memorias de Paquita’ es el libro que ayer presentó su hijo, Germán Pareja. Ella es Paquita Holgado y tiene 88 años y ayer se le rindió un homenaje en el Hotel Puerta de África en el que se presentó el libro, de reducida edición, prácticamente solo para familia y amigos, en el que se pone de relieve la vida de esta valerosa mujer.
Ella quería que sus recuerdos, su memoria, permanezcan y así lo ha hecho su hijo. Paquita nació el 6 de octubre de 1930 -ayer era su cumpleaños- y vivió con su familia en el Zoco El Arba de Tetuán donde a su padre le dieron la oportunidad de regentar un comercio que abastecía, fundamentalmente, de víveres a personal de destacamentos militares de La Legión y de Regulares.
Regresaron a Ceuta en febrero del ‘39 y en Hadú su padre abrió una tienda de comestibles. Falsificaban la numeración de cartillas de racionamiento para que familias sin recursos pudieran obtener café y azúcar. Su padre, que militaba en la Falange, era Antonio Holgado. No obstante, como dice su hijo, en realidad la crió Juan Zurita, que se casó en segundas nupcias con una tía de su padre.
La mayor proeza que realizó Paquita Holgado -así le gusta que la llamen, Paquita- era interceder por mucha gente “‘para que no los mataran, para que no les dieran el tiro de gracia”. Más o menos como si fuera la Lista de Schindler, pero en Ceuta. Paquita también tuvo suerte, porque se libró de morir como consecuencia de la caída de una bomba cuando ella se encontraba jugando con otras niñas en las cercanías de la antigua Cárcel de Mujeres.
Del libro ‘Las memorias de Paquita’ solo se han impreso treinta ejemplares, aunque se está preparando una segunda edición.
Ella almorzó junto con numerosos familiares y amistades en el Puerta de África, pero antes recibió la visita a título particular, sin protocolo ni oficialidad alguna, del presidente de la Ciudad, Juan Vivas, quien quiso mostrarle su cariño. Vivas le ofreció un regalo: un ramo de flores, que Paquita agradeció encantada.
