Una investidura no investida
La sesión fallida para la investidura de Pedro Sánchez como presidente de España ha puesto de manifiesto la falta de capacidad del PSOE para conseguir en el Congreso los apoyos que les negaron los votantes el pasado 20 de diciembre, cuando llevó al partido socialista al peor resultado de toda la historia constitucional.
La Cámara, con 219 votos en contra, ha manifestado que no quiere a Pedro Sánchez para dirigir el destino de España en la actual legislatura. Aunque, debe estar acostumbrado a negativas porque es la misma que le dio el candidato socialista a Mariano Rajoy cuando le llamó el 23 de diciembre para iniciar contactos entre los dos partidos.
Pedro Sánchez lleva a su partido a un callejón sin salida, demostrando que pone por delante su ego, su salvación dentro del PSOE y sus ansias de ser presidente. Un callejón en el que predomina la improvisación, poniendo y quitando cosas hasta el último momento, como quien prepara un menú para no se sabe quién. Porque, si bien es cierto que este miércoles tenía como socio a Ciudadanos, de aquí a mañana es imposible saber si habrá fidelidad o alguno de estos dos terminará con otro.
Pedro Sánchez ya ha batido dos récords en dos meses. El primero, perder unas elecciones con resultados abrumadores; y el segundo, ser el primer candidato a presidente que recibe el rechazo en el debate de investidura.
Mariano Rajoy lo definió con rotunda claridad cuando le devolvió sus mismas palabras. “Señor Sánchez, hay tapones y hay el perro del hortelano. El perro del hortelano es el que no deja que gobierne quien tiene el apoyo mayoritario de los ciudadanos y además es incapaz de crear una alternativa que permita gobernar. Señor Sánchez, si yo con 1.700.000 votos más que usted tengo que hacer lo que usted me pide, ¿qué tiene que hacer usted con 1.700.000 votos menos y el peor resultado de la historia del PSOE? Es usted el tapón”.