Lo mismo que en los años treinta pasa ahora

Buen día, gente.

Esta vez no mencionaré el tiempo.

Entramos en una espiral política que no es nueva ya que es una repetición reiterada de los incidentes ocurridos en el país los años previos a la Guerra Civil.

Por segunda vez, Pedro Sánchez Pérez-Castejón entra en una dinámica negacionista que no solo le perjudica a él sino a toda la izquierda.

Recordemos que cuando Podemos tenía muchos más diputados que ahora, el actual presidente provisional del Gobierno prefirió un pacto, firmado y rubricado ante los medios de información, con el peor partido de la historia política de este país: Ciudadanos.

En mayo pasado Pedro Sánchez Pérez-Castejón trató de reeditar aquel pacto fallido, encontrándose con la respuesta de Ciudadanos que se negaron en redondo y se unieron en la intención de voto al PP y a Vox.

No sé qué espera Pedro Sánchez Pérez-Castejón de los tres partidos de derechas, que claramente proclaman sus respectivas posiciones en contra del presidente, y mucho menos comprendo esa insistencia en pedir la abstención a dichos partidos, cuando lo tiene más que claro que el agua embotellada con las reiteradas negaciones a su investidura de Pablo Casado Blanco y Alberto Carlos Rivera Díaz.

Los del PP tienen una postura comprensible, se trata de un partido proveniente del franquismo, al menos heredero, y como tal tiene el rencor y la venganza en su seno. Más aún cuando la censura del propio Pedro Sánchez Pérez-Castejón les hizo mucho daño al expulsar a Mariano Rajoy Brey de la presidencia del Gobierno. Así que no espere jamás la bendición de los peperos.

Menos comprensible es la postura de Ciudadanos. Se dice y hace llamar partido de centro pero no es más que un sucedáneo del PP y de esta forma si lo comprendo… Alberto Carlos Rivera Díaz debería ser menos bocazas, es mi consejo. Se creó, preferentemente, para contrarrestar el auge de los independentistas catalanes, su paso a la escala nacional les ha resultado contraproducente.

Imagino que el secretario general del PSOE está abocado a convocar nuevas elecciones, que serán perjudiciales para toda la izquierda, porque la derecha no les apoyan y los que financian al partido socialista no les dejan pactar con Podemos y otros partidos de la izquierda, ni aún menos con los soberanistas.

Le es muy fácil, al PSOE, proclamar a los cuatro vientos que la culpa la tiene Pablo Iglesias Turrión por pedir sillones… su líder, Pedro Sánchez Pérez-Castejón, está demostrando una falta de inteligencia política que le hace inestable para seguir adelante… o tal vez sea el miedo.

Estoy de acuerdo con Gerardo Tecé, al decir que cuando a las tres derechas le salen las cuentas brindan con una copa de Soberano y después gobiernan… cuando a las izquierdas les salen las cuentas, primero llaman al afilador y luego comienzan la pelea a navaja.

Es tan claro el párrafo anterior que no se entiende cómo un partido que suma 123 diputados anuncie su intención de gobernar en solitario cuando eso es casi imposible.

Más aún cuando planteó su campaña electoral como una batalla contra la derecha y a la hora de la verdad se niega dar entrada en el Gobierno a Podemos, cuando saben perfectamente que necesitan sus cuatro millones de votos para gobernar.

Lo único cierto en este galimatías socialista es que los poderes económicos le harían la vida imposible al PSOE si le da entrada a Podemos en el Consejo de Ministros.

¿Cómo piensan ganar los socialistas las próximas elecciones si las convocan?

Deben saber ya que sin los votos de Podemos, el país pertenece a las derechas.

En fin, la vida sigue y yo también, manteniendo mi fe en las izquierdas pese a que nunca se ponen de acuerdo por culpa del ego de algunos.

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