El último anden, Diego Vivo Limón

José R.M.

El pasado día 1 del presente mes nos “dejó” de forma repentina un buen hombre, un buen amigo: el sr D Diego Vivo Limón.

Hablar de Diego Vivo es hablar de un profesional, un perfeccionista en lo relacionado con la pintura y chapa del automóvil, una persona seria en todo lo concerniente al trabajo que desempeñaba, trabajo y forma de ser y comportarse que inculcó desde muy temprana edad en sus hijos Carlos Diego y Luis.

Conocí a Diego en la década de los 70,s y desde entonces hemos mantenido un respeto, afecto y amistad que aún perdura con todos ellos. Pero lo que creo que muy poc@s conocen de Diego era su pasión y conocimiento por todo lo concerniente a los trenes, era un gran entendido en el tema, dándote explicaciones sobre cualquier asunto le preguntases sobre ello.

Hace algunos años éste periódico hizo por días un coleccionable, era una maqueta de tren, y sabiendo de su pasión día a día lo fui adquiriendo para ambos.

Pero el gran sueño, la gran ilusión de mi buen amigo era restaurar la máquina que desde hace tiempo inmemorial está en la estación, así me lo confesó y se le veía la ilusión por ello, es más, él estaba dispuesto a hacerlo con unos alumnos que tenía en una escuela taller que por aquel entonces él dirigía en Juan de Juanes, en un almacén. sabía de la historia de dicha locomotora, incluso que había tres más, una de ellas creo recordar había estado en Rusia, correría con los gastos, solo pedía algo: que se lo permitiesen .

Por aquel entonces era el GIL quien gobernaba en la ciudad y conociendo yo a alguna persona involucrada en Cultura se lo hice saber, bueno, la contestación más o menos fue: lo consultaré, lo hablaré......bla bla bla.

Mi amigo Diego había restaurado la tapa de una de las calderas de la máquina (se ve en la instantánea que acompaña a este escrito) y fue lo único que pudo conseguir sobre la locomotora de la Estación de tren, los tecnicismo, la palabrería, etc no permitieron que su sueño se plasmara en una realidad de la cual tod@s hubiésemos disfrutado.

En fin, no sé si algún día se restaurará la locomotora y la estación de esa Barriada para que podamos admirarla y saber de su historia, pero lo que sé es que si ocurriese volverá en mi recuerdo y a mi mente mi buen amigo: el sr D. Diego Vivo Limón que seguro que estará en ese “ultimo anden” sentado disfrutando de su visión.

Descansa en Paz amigo