Usuarios manifiestan "estupefacción" ante el retraso de la nueva Biblioteca en el Morro

Desde que se iniciasen las obras de acondicionamiento la apertura se ha ido posponiendo desde aquella previsión que señalaba la fecha a primeros de este año debido a una serie de trabas administrativas. Algunos de estos estudiantes indican que en enero les dijeron que abrirían a finales de mes y ahora sin embargo no se prevé la inauguración de las instalaciones como mínimo hasta diciembre.

El director de la Biblioteca Pública, José Antonio Alarcón argumenta que al externalizarse la contratación del personal de atención al público, una empresa impugnó la concesión del contrato y ahora el trámite pasa por el Tribunal Central Administrativo en Madrid en espera de resolución. De momento el fallo se está demorando, ya que han pasado tres meses. Por lo demás todos los detalles están ultimados y se encuentran en condiciones para abrir en el plazo de quince días que sería el necesario para el proceso de instrucción del nuevo personal. Como señaló el Consejero de Educación en la Asamblea la razón más importante de la demora de esta apertura tiene que ver con los contratos mayores. Estando el contrato de la limpieza formalizado.

Por otra parte trasladan su queja sobre el estado de la Biblioteca Pública del Estado Adolfo Suárez con desperfectos del mobiliario como puertas que no cierran, enchufes que no funcionan y ordenadores rotos. Desde la Biblioteca se comenta que con más de 500 usuarios diarios es lógico que surjan desperfectos ante los que se intenta actuar con celeridad y a diario se realizan labores de mantenimiento.

Además comunican que al residir en Hadú, El Morro o Los Rosales deben hacer un sobresfuerzo en transporte público, que las líneas de autobús no conectan directamente con el centro y deben adelantarse a la apertura del centro para coger sitio porque su capacidad está desbordada. De hecho si por las mañanas hacerse con un asiento resulta complicado la situación de saturación empeora por la tarde. También se quejan del ruido señalando que no se les llama la atención a los estudiantes de menor edad y que por las tardes les instan a abandonar el recinto antes de la hora del cierre, que está fijada a las 21 horas, hecho que se desmiente desde la Biblioteca.