Aprender para no repetir los errores

Veintiuna familias ceutíes dormían esta pasada noche más tranquilas tras conocer que una nueva empresa se hará cargo del servicio de catering del Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes y que además absorberá a toda la plantilla. Se trata de las 21 familias de los 21 trabajadores de la plantilla fija del catering del CETI que han pasado tres meses de desazón, incertidumbre e impotencia al ver cómo tenían que ir cada día a trabajar sabiendo que no cobrarían por ello y desconociendo cuando lo harían por fin. Y ese momento ha llegado, con la garantía además de que la empresa que coge las riendas del servicio les pagará las nóminas atrasadas. Una noticia que pone fin a varios meses de espera, pero que no debe ser un punto y final. Y es que, lo que ha pasado en el catering del CETI debe hacer saltar las alarmas en las administraciones públicas para evitar que los contratos públicos de este tipo dejen expuestos a los trabajadores de tal manera que si la empresa deja de atender sus obligaciones de pago ellos no tengan garantías de que cobrarán sus sueldos. Y es que, detrás de los trabajadores hay familias que necesitan de estos ingresos para subsistir y por ello los empleados no pueden ser el eslabón más débil de una cadena que sustenta la administración pública. Los contratos públicos tienen que incluir mecanismos que protejan, ante todo, al trabajador y que permitan que al primer incumplimiento se rescindan para evitar situaciones como la que se ha vivido en el catering del CETI y que, por desgracia no era nueva. En 2016, con Global Food, ya se produjo el mismo problema: problemas de pago, impago a proveedores y no ingresar la nómina a los trabajadores. Sin embargo, de aquella situación parece que nada se aprendió y apenas tres años después la historia se ha repetido. Condenando a los trabajadores a vivir una situación que, lejos del perjuicio económico, también ha supuesto un perjuicio personal, cuyo precio es incalculable. Por que la estabilidad laboral es una necesidad básica que toda persona quiere tener cubierta y jugar con ello, cuando hay dinero público de por medio, no puede ni salir gratis ni tener repercusiones. Por ello, hay que aprender y que no se repita.