'Ceuta sin Plástico' suma sus fuerzas con los activistas del barrio de El Príncipe

SOCIEDAD

La asociación medioambiental se ha trasladado al barrio de El Príncipe para calibrar la situación y rendir homenaje a un vecino implicado con El Tarajal. Abderramán es un residente reconocido en la zona, su lucha es la de un barrio por su dignidad. Sueña con potenciar la zona como un centro de turismo al que los visitantes de Ceuta accedan sin problema. Señala que la voz de los vecinos está silenciada y sólo los escuchan cuando hay elecciones.

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El barrio del Príncipe se está movilizando; desde hace tiempo algunos residentes vienen denunciando las deficiencias que experimenta la barriada en el grupo de Facebook ‘Buzón de quejas y sugerencias’. Entre las denuncias vertidas por los vecinos, calles mal asfaltadas y reparaciones de arquetas y desagües con escasa funcionalidad. Recientemente uno de los miembros destacados que actúa bajo el alias Marmeta Tarajal está consiguiendo logros donde la Administración Pública fallaba sistemáticamente. El avance más sorprendente es que esta persona ha conseguido organizar a los porteadores para que dejen recogidos todos los desperdicios que genera su actividad comercial. Por tanto están dejando la playa del Tarajal y sus alrededores limpios y estos cartones y plásticos distribuidos en grandes sacos.

Desde la asociación Ceuta sin Plástico han reconocido la labor altruista de este ciudadano, realizando su incursión del domingo en la barriada y obsequiándole con una chaqueta conmemorativa, un gesto simbólico que le distingue por su acción desinteresada a favor del mantenimiento de una zona hasta ahora deprimida y olvidada por las autoridades.

Por tanto el domingo los voluntarios movilizados por este activista y los habituales de Ceuta sin Plástico se unieron para trabajar y mandar un mensaje de concienciación en el Príncipe. Una labor intensiva que durante quince días ha desarrollado Mohamed Abderraman, que es la persona tras este alter ego, un vecino del barrio de toda la vida que es respetado por los porteadores y conocido de aquí a Castillejos y Tetuán como él mismo indica. Los porteadores atienden la razón de ser de esta lucha a favor del Medio Ambiente y la imagen que se proyecta de la zona. Las porteadores le han apodadado Mohamed Antiplástico y bromean con él a modo de chanza. Mohamed está ligado a la playa del Tarajal desde siempre (su padre regentaba allí un chiringuito).

Tras un periodo de ausencia regresó y no daba crédito a lo que contemplaba. La zona estaba mucho más deprimida de lo que recordaba y el puente habilitado para el cruce de peatones se había convertido en un punto negro donde se sucedían los incidentes. Allí los atracadores aprovechan la oscuridad imperante, comenta.

Hace tiempo en 1997 estuvo al frente de un parking en la zona y como entonces, mantener limpia la zona se ha convertido en un segundo trabajo que hace con gusto. Mohamed destaca que con respeto y tratando a la gente bien se consigue todo. Los vecinos del barrio le avalan y ha conseguido que alguno de ellos les ayude. Así que en función de la cantidad de tarea siempre se acerca por la zona de la frontera donde ha habilitado una zona para empacar los fardos con orden. Abderraman está pensando seriamente en organizar una plataforma ciudadana para mantener el Tarajal así de adecentado y respetable.

Desde la asociación, Ceuta sin plástico, su fundador, Cristian León, alaba que esta persona haya buscado soluciones y advertido a la gente de las consecuencias de sus acciones previniéndoles antes de y no acudiendo, como los servicios de limpieza a posteriori cuando el daño estaba hecho y muchos de los residuos terminaban en los mares. Queda pendiente la instalación de contenedores y jaulas para facilitar la recogida a los servicios de limpieza. Pero la retirada se ha conseguido hablando con la gente, como destacaba León “ni siquiera ha hecho falta contratar a nadie para que se encargase de solucionar este asunto”. Así la recogida de inorgánicos se efectúa en una zona apartada de la playa. Abderramán desde su humildad reconoce que como ciudadano ha sentido rabia al contemplar este desolador panorama y como ciudadano cumple con su deber. Considera que en este sentido las redes sociales en Internet ayudan mucho a visibilizar los problemas de una barriada que vive sumida en una situación que no puede continuar. “No soy nadie, soy sólo un vecino más”, admite con modestia aunque con su movilización ha conseguido mucho.

Abderramán comenta con nostalgia como Ceuta antes era una ciudad más hermanada, una tierra humilde y marinera donde los mayores impartían lecciones de clase, respeto y saber estar, antes de volverse un pueblo obrero. Después llegaron la crisis endémicas de la ciudad, el paro, las multas y las amonestaciones. “Somos hijos de la costa”, por tanto reivindica una rehabilitación de la playa y le gustaría ver ondear en ella la bandera azul.

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