Atentado de Bruselas
De nuevo, conmocionados, rabiosos y entristecidos durante este martes 22/03/2016, hemos asistido a los desastres y daños que el terrorismo islamista nos han producido a todos. De nuevo un viento de dolor ha recorrido toda Europa. Creo que es algo a lo que nos debemos acostumbrar, aunque con la seguridad de que será paliado y evitado, ya que nuestra civilización se rige por reglas que históricamente hemos asumido y que nos permiten fortaleza y supervivencia frente a los salvajes sin normas. Pero más allá de todo ello es el momento de analizar las causas de todo esto. Y para ello me basare en tres puntos que creo que son importantes ante lo que nos está pasando. Porque pienso que a veces nos pasan la cosas porque no sabemos porque nos están pasando.
Así, que en primer lugar hablaremos de los refugiados y los guetos que estructuran en nuestra ciudades. De esas gentes que huyen de la muerte en sus países en guerra. Amenazados y desplazados que buscan refugio allí donde puedan encontrarlo, sin otro afán que salvar sus vidas y llevar una existencia pacífica y segura con sus familias. Pero esto… una vez dicha mi opinión de asilo y refugio para todos ellos, es necesario matizar lo que suponen estos pueblos en marcha buscando seguridad de sus propias vidas. Hasta aquí, todo muy bien y humano ¡Nadie debe dejar de auxiliar a quien lo necesita!. Lo contrario sería un delito de comisión por omisión.
Mas estos ingentes grupos de gentes diferentes, se reúnen en comunidades afines creando sus propios barrios y lugares donde imponen de nuevo su forma de vida y pensamiento, evitando la integración y el control. Esta es la razón de la existencia del famoso barrio de Bélgica y de otros muchos en las naciones europeas, incluso en la nuestra. Por ello, lo que se debería evitar es la creación de barrios y guetos donde mantienen sus propias leyes y formas de vida al margen de la nación que los acoge, ya que tos lugares son nidos de otras personas que vienen con diferentes ideas y que encuentran entre ellos el anonimato y la impunidad.
Y en todo ello hay un riesgo grave para nosotros, que todos conocemos… ¡La entrada masiva también de aquellos, que confundidos entre ellos llevan en sus cabezas pensamientos tribales de venganza, odio y maldad, que se mezclan y confunden entre ellos! Son los denominados terroristas quienes por ideas religiosas de exclusión a quienes no piensan igual, asumen fanáticamente las máximas religiosas que ellos consideran imprescindibles para sus vidas y su Dios. ¡Y no olvidemos que es una religión belicista de expansión, que asesinan en sus territorios a los cristianos! Como también lo fue el cristianismo en otros momentos históricos, ¡Gracias a Dios, ya superados!.
Consecuentemente, estamos ante un terrible dilema: ¡Religiones excluyentes; necesidad de protección de los necesitados y protección de los residentes que no comparten dicho fanatismo religioso! Y solo el análisis personalizado e individual de cada uno de los peticionarios de asilo o refugio, podría solucionar esta grave amenaza a nuestra vida occidental. No olvidemos que el fanático terrorista, es enemigo absoluto de nuestra forma de vida y de pensar, intentando obligarnos a un pensamiento único. ¡El suyo! Impuesto por el terror y el miedo, nunca por la reflexión y convencimiento personal.
Y aquí, en la acogida y defensa de estas gentes, nos enfrentamos con un gran acuerdo Europeo…¡Los acuerdos de Dublín!. Cuando se estableció como uno de los principales objetivos prevenir que un postulante presentase solicitud de asilo en varios estados miembros a la vez. Al tiempo que procuraba reducir el número de solicitantes de asilo “orbitantes”, es decir que un mismo solicitante lo pidiese en un estado miembro y en otro, obligando a que el solicitante de asilo o refugio estuviese forzado a solicitarlo en el país donde llegase por primera vez. País, que de esta manera asumía la responsabilidad de dar o denegar dicho asilo, asumiendo por el mismo toda responsabilidad y la obligación sobre ello, Es un sistema que imponía una presión excesiva en las áreas limítrofes como lo es nuestra ciudad y el estado español, de aquí la crítica Europea a nuestras actuación fronteriza. El norte de Europa se libraba de dicha responsabilidad. Pero…la historia tiene estas cosas. La llegada masiva de refugiados desde Turquía al norte de Europa les ha sorprendido, acabando con su paraíso exclusivo y lejos de este problema. De esta manera han comprendido que las leyes y acuerdos aunque muy necesarios, en los momentos dramáticos y hondes de la vida de las naciones lo pueden atropellar todo haciéndolas imperfectas.
Por ello, existe un grave dilema: Ayudar al necesitado y defendernos de aquellos que vienen con sus mentes llenas de odio, muerte y retrógrados sentimientos ya antiguos y viejos religiosos. Y aquí solo cabe una solución solidaria de defensa en todos los estados miembro de Europa unida. Unión Europea, que se está planteando el cierre de fronteras entre ellos, para que cada uno resuelva individualmente sus problemas de terrorismo e inmigración. Pero la solución pasa desde luego por un aislamiento que no sirve para nada sino en la unión y solidaridad de todos contra el mismo problema… ¡Ahora, sufrido y creo que entendido por todos, no solo por nosotros!.