80 años de la inauguración de la mezquita ‘Muley El Mehdi’

REPORTAJE

Su construcción solo fue la punta de lanza de uno de los momentos más importantes de la historia de nuestra ciudad: la creación de la primera Comunidad Musulmana de Ceuta, que nació en 1937

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La cuesta del Morro presenta un aspecto impresionante. Tropas del ejército de Regulares cubren prácticamente la carretera mientras desciende por la cuesta un lujoso carruaje tirado por caballos bajo un sol de justicia. Las principales autoridades ceutíes aguardan la llegada de tan insigne personaje a la sombra del motivo que ha reunido a tan ilustre comitiva un jueves 18 de julio de 1940, hace hoy exactamente 80 años: la inauguración del primer gran templo musulmán de Ceuta y, entonces, de todo el Protectorado Español: la mezquita ‘Muley El Mehdi’.

La persona que va a descender de ese carruaje no es otro que Muley El Hassan Ben Mehdi, el Jalifa, o lo que es lo mismo, la autoridad religiosa y política de lo que se estaba convirtiendo en lo que hoy es Marruecos. La ciudad de Ceuta lo recibía con honores de un rey, y la guardia personal del propio Jalifa aguardaba a las puertas del templo.

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Pero aunque el Alto Comisario, el General Asensio, la máxima autoridad presente en la que era ya una ciudad gobernada por el ‘generalísimo’ Francisco Franco, presidía el protocolo para entregar las llaves de la mezquita al Jalifa, que observaba el edificio al que su propio padre daba nombre, del interior del mismo salían a recibirle los integrantes de la primera Comunidad Musulmana de Ceuta con su presidente, Abdeslam Ben Kaddur Benamar, al frente.

Y es aquí en donde residía la ‘gran noticia’, un momento histórico para los musulmanes caballas y de Ceuta en particular, ya que esta inauguración, con un templo coronado con un imponente minarete de 33 metros de altura, era la punta de lanza de la recién nacida y primera Comunidad Musulmana ceutí.

1937: nacimiento

Con España sumida en su guerra de hermanos, la Guerra Civil, Ceuta veía nacer su primera Comunidad Musulmana como “salvaguarda de su religión, usos y costumbres e instituciones sociales”.

En nuestra ciudad, entonces, los mulsumanes no estaban adscritos a ningún tipo de organización, una especie de grupo de ‘taifas’ que iban a unificarse de la mano del que sería el primer presidente de este colectivo, Abdeslam Ben Kaddur Benamar, al frente de un grupo de ilustres musulmanes ceutíes formado por Ali Ben Hamu Ben Amar Yamina; Ali Ben Hamu Ben Mohamed; Mohamed Ben Hamed Tusaani, Hach Salem Ben Hamed, que firmarían el acta fundacional como vocales, y Mohamed Ben Hamu Boanan, secretario.

Varios eran los objetivos de esta Comunidad: organización de la Justicia Islámica, creación de escuelas de niñas y niños; asilos de ancianos e inválidos; o junta de beneficiencias; y, por supuesto, la construcción de Mezquitas.

En aquellos años, en Ceuta los únicos templos musulmanes eran los morabos de Sidi Embarek, Sidi Brahim y Sidi Bel Abas, “insuficientes”, tal como rezaba la documentación de entonces, para albergar al creciente sector musulmán, que demandaba un lugar de culto acorde a su número e importancia en la ciudad.

Integrantes comunidad musulmana de Ceuta.
Integrantes comunidad musulmana de Ceuta.

Es por eso que en 1938 la Comunidad Musulmana propone la creación de una gran Mezquita para que, en un tiempo récord, sea colocada el 17 de julio la primera piedra ceremonialmente con la presencia del citado General Asensio, el delegado del Gobierno Jacob Guitart, el alcalde López Canti y, por supuesto, el presidente del colectivo musulmán: Abdeslam Ben Kaddur.

De forma simbólica, también se colocaban en el vestíbulo las piedras de buen recuerdo para las fuerzas franquistas como eran las de dos hechos históricos de la Guerra Civil como son las del Alcázar de Toledo y Teruel, y sobre ellas, con letras de oro, las palabras pronunciadas por el mismo caudillo el 3 de abril de 1937: “...y cuando florezcan los rosales de la paz, las mejores flores serán para vosotros”, una forma, como otras muchas, con la que Franco agradecía el apoyo que recibió del norte de Marruecos y de sus mulsumanes para avanzar y ganar su guerra ante el ejército republicano.

Datos técnicos

Las obras comenzaron el 17 de julio de 1938 y concluyeron el 12 de diciembre de 1939, a un coste, entonces, de 243.886 pesetas, poco más de 1.400 euros de hoy, y el trabajo fue encargado al arquitecto municipal José María Tejero y Benito.

La superficie del solar era de 746 metros cuadrados en donde iba a sobresalir su minarete de 33,64 metros, una mezquita con la capacidad para albergar a 900 musulmanes, y todo subvencionado en su casi total parte por el gobierno franquista.

En ese día de la inauguración de 1938, en los discursos tanto del Alto Comisario como del propio Jalifa se hizo especial hincapié en la integración de ambas culturas, uno de los signos de identidad que han caracterizado a nuestra ciudad desde entonces y durante estos 80 años.

Discursos de las autoridades.
Discursos de las autoridades.

“Fuerza máxima y respeto mutuo”, fueron las palabras con las que el General Asensio resumió esta entrega de la llave de la mezquita, “oraciones mezcladas de religión distinta pero encaminadas al mismo dios” y una convivencia que “habrá de llegar por fuerza florido y sin espinas”, mientras que el Jalifa expresaba su “inmensa satisfacción y alegría” en un discurso en donde alabó a la ciudad de Ceuta.

Una semana después de esta inauguración, la mezquita ‘Muley El Mehdi’ abría sus puertas al culto, y cientos de musulmanes ceutíes se reunían por fin bajo un mismo techo para escribir así una página más en el libro de los capítulos más importantes de la historia de la ciudad.

Kaddur ‘hijo’: “Aquellos hombres lucharon por la prosperidad musulmana”

Mohamed Kaddur Pablo, hijo del que fuera presidente de la primera Comunidad Musulmana de Ceuta, ha sido una de las personas que más empeño ha puesto en estos días para que se reconozca la labor de aquellos “pioneros” que buscaron la “prosperidad y el bienestar de los musulmanes ceutíes” en unos años en los que “no era fácil”, ya que España vivía uno de los episodios más negros de su historia, quizás el que más, la Guerra Civil.

A pesar de estas dificultades, Kaddur ‘hijo’ recuerda a aquellos “grandes hombres” que, según sus propias palabras “supieron aunar a todos los musulmanes con un único fin y salir adelante”.

Retrato de Ben Kaddur, poco antes de fallecer.
Retrato de Ben Kaddur, poco antes de fallecer.

Es por eso que su esfuerzo ha sido el de “reunir toda la información necesaria para sacar a la luz esta parte de nuestra historia”, una labor en la que ha contado con la colaboración de Abdel-lah Mohamed, además del aporte de fotografía del grupo de Agustín Marañés Morilla, que se puede ver en gran parte en este reportaje.

“Los hijos, nietos y demás familiares de aquellos grandes hombres que lo empezaron todo y que lucharon desesperadamente para conseguir sus objetivos pueden sentirse muy orgullosos”.

Kaddur Pablo reside en estos días en tierras malagueñas, en Marbella, después de dejar atrás Ceuta en los años 90.

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