La suciedad de la vieja política
Un fin de semana ha tardado en producirse lo que todo el mundo esperaba: Yamal Dris, y especialmente Dunia Mohamed, se pronunciaban este lunes acerca de la incertidumbre provocada en los últimos días como consecuencia de las voces que aseguraban que la diputada popular había firmado ya con la oposición para presentar una moción de censura a Vivas. Una respuesta que no debería haberse demorado tanto sobre una cuestión que debió quedar aclarada el mismo viernes.
Sin embargo, los populares ceutíes han preferido esperar a que escampara para que tanto Dunia como Yamal activaran la coherencia necesaria, dado los tiempos en los que Ceuta y los ceutíes viven azotados por la crisis económica ampliada por un COVID-19 que aún no se ha ido. En un video institucional Dunia Mohamed, de manera escueta pero rotunda, asegura que nunca traicionará a Vivas ni a los que confiaron en ella. “Ni he firmado, ni firmaré una moción de censura contra el presidente”, afirmó la diputada.
Y es que el río político anda revuelto porque a algunos les conviene que sea así. Todo vale para validar el pretendido asalto al despacho presidencial no alcanzado en las urnas. Son las cloacas de la política en las que el PSOE de Ceuta y aquellos quienes les apoyan poniendo el ventilador, parecen cada día más cómodos.
El Gobierno de PP está siendo víctima de la guerra sucia de la política. Una suciedad de la vieja política de siempre que ya parecía olvidada en Ceuta. La oposición agita, la caverna amplifica y la cloaca fabrica. Así pretenden hacer caer al Gobierno legítimo de Vivas, lo que supondría mirar al futuro más cercano con la inestabilidad como protagonista número uno.
Lógicamente, en política se puede dar todo tipo de escenario, pero no todo vale y, en momentos difíciles como los que estamos viviendo -Ceuta de manera particular-, lo que menos necesita la ciudad es dar paso a la inestabilidad. Los ceutíes y el interés general deberían ser suficientes motivos para que todos –izquierdas, centro y derechas– se centraran en lo verdaderamente importante y, los interesados en la desestabilización, dejaran los asaltos a la presidencia cuando en democracia están establecidos, por el camino de las urnas y con el respaldo de los votantes.