La reconstrucción

Cabe esperar que Juan Vivas haya llevado el respaldo mayoritario de la sociedad ceutí a la Conferencia de Presidentes. Tiene el Presidente de Ceuta que saber que no está sólo y que al margen de las diferencias, representa todos los anhelos de Ceuta y, por ello, debe ser en estos momentos el depositario de todas esas esperanzas que se reparten entre las diferentes sensibilidades políticas y sociales. Esta es su responsabilidad y estamos seguros que estará a la altura del momento que vivimos.

Hemos entrado en un durísimo período recesión económica, que va a hacer sufrir a toda la nación y Ceuta está notando con fuerza las consecuencias de este gran valle que toca atravesar. Ignoramos la duración de la crisis, pero se antoja larga. Es cierto que Europa ha tomado medidas para ayudar a los estados y se podrán paliar en parte los efectos de la misma, pero serán millones las familias que padecerán los peores efectos de la recesión económica y sólo la presencia de las administraciones públicas, colocando todos los recursos posibles al servicio de las personas, de las familias y de las empresas, podrá permitir que la travesía no acabe con los sueños de toda una generación.

Por eso, cuando los representantes de los ciudadanos se enzarzan en peleas de poder, se ruboriza todo lo que respira. Estos no son lo momentos de asaltar el cielo por la fuerza, ni ninguna torre de la bastilla. No son los tiempos de soñar con un cargo al que se aspira y por el que algunos empeñarían hasta su honor, con tal de tenerlo. Hoy, en este instante, todo aquel o aquella que desempeñe un cargo público, deben de ser conscientes sólo de una cosa: que su presencia en la vida pública tiene sólo como finalidad poner todo sus conocimientos y su esfuerzo en promover medidas que salven a los ciudadanos de la quiebra que se avecina y, por el contrario, huir de cualquier tentación que suponga utilizar el cargo para alcanzar ambiciones personales.

He conocido a lo largo de los años a políticos que bien hubieran merecido puestos superiores a los que desempeñaron, pero antepusieron las necesidades de los demás que sus egoísmos personales y los he conocido en todos los lados. Personas como Gabriel Cisneros, Alfredo Pérez Rubalcaba, Manuel Fraga, Miquel Roca, Jordi Solé Tura, Joaquín Almunia o Ana Pastor, han demostrado a lo largo de su trayectoria que ni las ideas partidistas ni las ambiciones personales, pueden sustituir aquello que de verdad importa: España y los españoles. Y todos ellos y muchos más, han sido capaces durante el ejercicio de su función de ceder, de pactar, de buscar ante todo el bien común. Incluso de saber hacerse a un lado para mejorarlo todo.

Deben los políticos de Ceuta mirarse en esos espejos, que tantos días buenos han dado al país, porque también en Ceuta toca ahora remangarse y ponerse el mono de trabajo para construir un dique frente al tsunami, que proteja a los ceutíes de la frustración y de la melancolía. Son muchas las ideas que están apuntándose en el trabajo que el gobierno de Ceuta está coordinando y al que se han sumado partidos y organizaciones sociales. Desde el cambio de estatus de la ciudad, tanto a nivel estatutario como en cuanto a su integración en la unión aduanera, continuando en ámbitos tan relevantes como las comunicaciones con nuestro entorno, el desarrollo portuario y la mejora de la competitividad a través de nuevas inversiones en educación, industria digital y promoción del turismo y su repercusión en el comercio.

Esperemos que el Presidente del Gobierno también esté a la altura de los políticos que le precedieron en la construcción de un gran país y que haga útil la conferencia de presidentes, para que no sea sólo una foto al servicio de su campaña de imagen. De lo que estamos seguros es de que el Presidente Vivas aprovechará el momento para pelear por Ceuta, consciente de que el gobierno de España es clave para alcanzar muchos de los objetivos fijados en el plan. Y esperemos que los líderes de la oposición, dejen de zigzaguear y se centren en ayudar al gobierno en esta causa común.