Las garrapiñadas de “El Almendrita”, historia y esencia de Ceuta

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Familia y vecinos de la barriada O’Donnel han estado acompañando en el acto, que ha finalizado con una simbólica y emotiva entrega de cartuchos de garrapiñada

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El presidente de la Ciudad, Juan Vivas, ha inaugurado esta mañana el monumento en homenaje a Manuel Sánchez Ordóñez “El Almendrita”, que preside desde hoy el Paseo de las Palmeras –delante del mosaico de la Virgen de África-, en el que estuvo durante 41 años de su vida desempeñando la actividad de garrapiñero y que supo compaginar con su labor como guardia urbano de Ceuta. Han acompañado en el acto el consejero de Cultura y Educación, Carlos Rontomé; el escultor de la obra, Antonio Romero Vallejo; el historiador de Ceuta, Paco Sánchez; su esposa, sus tres hijos, nietos y biznietos y una gran afluencia de vecinos de la barriada O’Donnel.

Su hijo, Manuel Sánchez Mesa, ha declarado que su familia se siente muy feliz con el homenaje a su padre y que “son estos pequeños detalles los que marcan la historia de Ceuta”. Cuenta que su padre estuvo durante 41 años “en la palmera más alta del paseo” y que, curiosamente, tras dejar el puesto de garrapiñadas, la palmera se secó y tuvieron que cortarla. “La gente se preguntaba, ¿habrá sido por el azúcar? Ya que mi padre lavaba ahí el cuenco, tiraba el agua con el azúcar a los pies de la palmera y creemos que eso le daba vida a la planta”, asegura Manolín.

Manuel Sánchez Ordóñez, “Manolo el de las garrapiñadas” o “El Almendrita”, supo ganarse el aprecio y el cariño de todos los ceutíes. Esto lo dice la placa de la escultura de bronce y lo confirman cada uno de los acompañantes que han acudido al acto de inauguración. “Se fue con la espina de no ver el reconocimiento que le prometieron, pero estoy seguro de que hoy estará orgulloso de ver este homenaje y del acompañamiento que ha tenido”, confiesa su hijo. Aclara también que su padre era conocido como “Manolo el de las garrapiñadas”, pero como trabajó de guardia urbano fueron sus compañeros los que le asignaron cariñosamente el apodo de “El Almendrita”.

Mercedes Mesa, esposa de “El Almendrita”, a pesar de sus 93 años de edad, ha estado acompañando a su familia durante el descubrimiento de la escultura de bronce en el Paseo de las Palmeras, como tantas veces lo hizo junto a su marido en el puesto de garrapiñadas.

El escultor ceutí, Antonio Romero Vallejo, recuerda comprarle garrapiñadas de muy pequeño. “Era una persona muy entrañable y tengo muy buenos recuerdos de él. Cuando la Ciudad me lo propuso me hizo mucha ilusión y tardé aproximadamente dos meses en modelar la escultura”, relata el artista.

El presidente de la Ciudad, Juan Vivas, ha querido destacar la esencia que este personaje ilustre ha supuesto para la historia de Ceuta y “desde hoy y para siempre tendremos el placer de convivir con el aroma que nos dejó “El Almendrita”.

Un matrimonio contaba con nostalgia que el único ocio que tenían a sus 15 años en aquella época era “paseo arriba y paseo abajo con la novia y un cartuchito de garrapiñadas que Manolo preparaba con mucho cariño y desparpajo”. El acto ha finalizado con sus biznietos haciendo una simbólica y emotiva entrega de cartuchos de garrapiñadas a los acompañantes que han dejado, sin lugar a dudas, un sabor muy dulce en la mañana de este jueves.

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