Absurdo

Tengo buena opinión personal de Manuel Hernández, de Fátima Hamed y Mohamed Alí. Los considero buenas personas y, con los matices que alguien quiera añadir, creo que su incorporación a la política tuvo motivos honestos, pero… ¿por qué casi siempre tiene que haber un pero? Un pero nunca deseable y, ahora, menos que nunca, y no seré reiterativo sobre por qué.
El portavoz del grupo parlamentario del PP en la Asamblea ha sido duro en sus valoraciones, calificando de indigna a la oposición. Pero, otro pero, esa oposición nace de la decisión de los ceutíes, al igual que el gobierno, al que a veces también se le dedican calificativos similares. Son palabras gruesas de ida y vuelta que no aportan nada, y en política, la nada es casi infame.
Solemos examinar con mucho celo al gobierno, pero hoy toca hacer lo mismo con quien se postula como alternativa, que ha protagonizado una espantada impropia de un responsable político, justo cuando más se demanda su participación.
La oposición ha querido exhibir su fuerza, como en la tercera ley de Newton, o sea, su capacidad de reaccionar en sentido contrario, porque quiere visualizar que existe una alternativa que está muy cerquita de conseguir los números para desalojar a Vivas. Y eso, que en circunstancias normales sería hasta lógico, se transforma en algo macabro y tragicómico, cuando de lo que se trata es de evitar la mayor catástrofe de la historia moderna, que puede, de seguir así, dejar a Ceuta como a un edificio sin pilares.
Vivas, ocupado en la conferencia de presidentes en coordinar soluciones con el presidente Sánchez y, mientras tanto, Hernández y cía, colocándose el traje de víctimas frente al fascismo, porque alguien les había dicho alguna palabra gruesa en el pleno y, también, por tener que aguantar que lo previsto en el reglamento se cumpla, es decir, que el primer vicepresidente de la mesa sustituya temporalmente al presidente y se pueda seguir celebrando con normalidad la sesión plenaria. ¿Acaso también estaba ausente el gobierno? Estamos hartos de ver cómo en el congreso de los diputados, la presidenta es sustituida en incontables tramos de una sesión, por algún vicepresidente/a, pero en Ceuta la cultura democrática se acaba desde el momento en que algunos no aceptan el resultado de las elecciones.
¿Para qué han votado tantos ceutíes a Manuel Hernández? ¿Para tratar de impedir que Vox pueda ejercer su labor en las instituciones? ¿No se da cuenta él y los de la compañía, que Vox está ahí porque miles de ceutíes también los han elegido libre y democráticamente? Nadie ha sido elegido para obstaculizar o hacer imposible el derecho a participar en política de otras personas. Todos han sido elegidos para construir una Ceuta mejor y en esta dura prueba que nos está tocando vivir, están dando lo peor de si mismos. Da igual si Vox ataca más o menos al Psoe o a otras formaciones políticas. También atacó la gestión del gobierno en la gestión de la fiesta del sacrificio, sobre lo cual también tengo que decir, que el gobierno jamás ha incumplido la ley, ni antes ni ahora. Mas dicho esto, sólo cabe una pregunta, o más de una: ¿qué quiere el Sr. Hernández? ¿qué Vox cambie su ideario? ¿qué no le critiquen? Eso sería como pedirle a Unidas Podemos que hable bien del PP.
Demasiada sobreactuación para lo nimio y nada de nada para lo esencial. El gobierno de Ceuta está solo frente a la pandemia. Bueno, tiene mi humilde apoyo y el de miles de ciudadanos de Ceuta, de derechas, de izquierdas y de todo lo contrario.
El espectáculo ofrecido por esa desafinada orquesta dirigida por Hernández, rozó el absurdo.