Esta mata de pelo

Javier Chellaram

Durante estos días donde pensaba el retomar mi faceta literaria me vino bastante bien el café con parte de la familia en este caso mis dos hermanos y de paso íbamos recordando pasajes y momentos al amparo de noticias de hospital y lo que conllevaba el sufrir el ir y venir del centro sanitario.

Y claro comenzamos a recordar a personajes un tanto peculiares y decíamos, el otro día vi a fulanito y me contó unas historias de no te menees…a lo que dije todavía tiene el pelo como Koji Kabuto, y el tal Koji para los que rondamos más de cincuenta años era el piloto del mítico Mazinger Z, y si lo encuentran en cualquier foto de internet saldrá el personaje con esa mata de pelo y esas patillas que ya quisiéramos tener hoy día para lucirnos en cualquier evento social.

A lo que me contestaron… es que no tiene preocupaciones ni sufrimientos y de paso me contaron no ves a menganito … si no tiene ni siquiera canas, estos son una serie de personajes que tras comentar como está el tiempo son los de comer, dormir y cagar.

Aquel momento curioso y con gracia de la merienda me dejó así como pensando por mucho que en los ochenta y noventa estuviese yo pendiente de las proteínas de seda de un champú, del inolvidable “ hegor-2 “ que me tenía que echar de chiquillo en dos sesiones, ahora me dicen piénsate en echar un viaje a Turquía, pero ya tiene uno el rostro que se merece como dijo un slogan de esos de la madurez , que ya tenía la imagen y la hechura que merecía con el paso de los años.

No es de sorprendernos la hechura como si estuviera “ contrahecho “ que lucen algunos que tienen que salir ante las cámaras con algún tipo de cargo público donde se les nota el “ chapapote “ si aquel alquitrán que hace dieciocho años que se derramó por tierras gallegas y que me lo pusieron a mí como guasa en mi etapa comercial cuando llegaba el lunes con el pelo teñido de negro, pues hoy día quizá se resisten a lucir canas y a demostrar que también los dirigentes son de carne y hueso.

Ya Javier Clemente cuando decía alguna de las suyas en sus tiempos de selección , esgrimía “ a mi no me importa como traigan los jugadores el pelo mientras lo tengan limpio “ y de esta manera puede uno pensar que una buena hechura con una ropa acorde así como una pulcritud que salte a raudales es suficiente para demostrar que los méritos y reconocimientos van en la imagen que demuestra cada uno a estas alturas de la vida porque siempre decimos en cualquier reunión de donde habrá sacado esa mata de pelo.

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