La memoria y la historia

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Oir a Marlaska que el acercamiento a cárceles vascas de presos de eta, no tiene nada que ver con el apoyo de bildu a los presupuestos, empequeñece la figura del ministro y de la política en general.

Otegui no condena los asesinatos de eta, según él, porque el Estado no condena los que ordenó, también según él, y este santo cree que hay que condenar todas las violencias, o sea, las demás. La verdad la sabemos todos, y es que Otegui no condena los asesinatos de eta, porque es de eta y le parece bien todo lo que haga eta, ya sea matar a otros por pensar diferente, o dejar de matar cuando ya no quedan ni pistoleros disponibles ni pistolas. Ahora se conforma con construir un relato y tratar de hacerse oir y para esos menesteres ha encontrado a un buen aliado: el resabiado de Pablo Iglesias, que cambió de barrio, como bien le recodó hace poco Teresa Rodríguez.

A Mota y a Elósegui los mataron los compis de este pacifista de nuevo cuño. Eran dos magníficos funcionarios de prisiones y tuve el honor de conocerles y de trabajar con ellos en la prisión de San Sebastián. Al padre de la actual diputada por Ceuta, también intentaron matarle. La causa: ser un intachable servidor público. Y también lo digo porque le conozco y trabajé con él. Menos suerte tuvo otra gran persona: Fernando Múgica, abogado donostiarra de prestigio, con quien tuve el placer de conversar muchas veces. A este honrado militante socialista lo mataron, dejando un hondo dolor en San Sebastián. Pero hoy algunos quieren hacer tabla rasa de tanto crimen y tanto desgarro. Se esfuerzan mucho en buscar en el pasado lejano, para reparar injusticias cometidas por personas que ya no existen, pero se niegan a que se haga justicia con criminales que existen y siguen sin confesar ni entregarse a la justicia, y que se esconden detrás de una bandera que no es suya y de un partido político (bildu) que será legal, pero es el nido de todas esas víboras.

¿Por qué Carmen Calvo, que es la competente en materia de memoria histórica, no se esfuerza igual en impedir los homenajes que se le hacen a cada asesino que sale se la cárcel, que en quitar calles o estatuas de asesinos que ya están muertos hace décadas? ¿Cómo se puede dormir tranquila sabiendo que está blanqueando la reciente historia más negra de España?

Yo creo que hay que perdonar y reconciliarse, pero si no se acepta la transición y la constitución del 78 como el mayor abrazo reconciliador de toda nuestra historia como nación ¿cómo se puede aceptar que la simple transformación estratégica de un grupo terrorista en un partido político, pueda considerarse suficiente para olvidar la historia y enterrar la memoria? Además, y perdón si alguien se ofende, pero ¿quiénes son Carmen Calvo, Pablo Iglesias o José Luis Rodríguez Zapatero para decirnos a estas alturas qué parte de la historia tenemos que recordar y cual no? Es más, ¿qué saben ellos de historia?

Mejor, mucho mejor, muchísimo mejor servicio a la salud intelectual de los españoles, ha hecho la “patria” de Aramburu, que todos lo estériles movimientos de este gobierno para pacificar a los españoles. Antonio Machado murió de pena, recordando aquellos días azules… y hoy, el día en que el asesino de Jiménez Becerril y su esposa, vuelve a casa sin el más mínimo gesto de reparación frente a tanto daño, la sonrisa que comparten Iglesias y Otegui se torna para muchos de nosotros en la mueca macabra y desabrida de un dorian grey sin alma.

Sí, Machado sentiría la misma pena.

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