Una cláusula ‘trampa’ de la que sí se puede escapar

Las cláusulas suelo se han convertido en una trampa para miles de familias que ven como cada mes tienen que pagar entre 200 y 300 euros más de hipoteca por la ambición incontrolada de las entidades financieras. Durante los últimos años los bancos han ido colocando trampas en todos los rincones a los pequeños ahorradores y familias de clase media que las ha ido ahogando poco a poco. Los juzgados, aunque han tardado, han dado la razón a los ciudadanos que han visto cómo perdían su dinero mientras que algunas entidades financieras se enriquecían y encima tenían que ser rescatadas. Pero ni las sentencias en contra han hecho recapacitar a muchos bancos que, lejos de darse por enterados y dejar de lado las malas prácticas, siguen con ellas buscando en la inocencia de sus clientes un enriquecimiento que dista mucho de ser moral. No se puede consentir, pero la realidad es esta.

Muchos ciudadanos, por desconocimiento o miedo a sentirse señalados como víctimas de una estafa, no dan el paso para denunciar las malas prácticas de las entidades bancarias. Pero ya es hora de cambiar eso. Asociaciones como Adicae han luchado y siguen haciéndolo para hacer valer los derechos de los consumidores y que las entidades financieras no se queden con lo que no es suyo. Hay que subirse a ese tren y aprovechar sentencias ganadas como el caso de las cláusulas suelo para recuperar el dinero que nunca debió de salir de los bolsillos de las familias de clase media y de los pequeños ahorradores. De esta trampa sí se puede escapar y los ciudadanos tienen que ser conscientes de ello. No tienen que dar por perdida la batalla contra las grandes entidades financieras, porque hay que recordar que David sí pudo vencer a Goliat.

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