Los políticos corruptos deberían de ser tratados como terroristas de Estado

El dinero, ese material que todo lo puede, que hace de las personas se conviertan en objetos inanimados sin moral ni conciencia, que todo esté en venta, incluida la dignidad, es el gran mal del siglo XXI. Una gran epidemia que acabará con todo. El consumismo desmedido crea desigualdades y hace más rico al rico y más pobre al pobre. Y también jode el medio ambiente, todo lo material tiene un coste medioambiental, incluida la comida. Por poner un ejemplo, la ganadería es una de las primeras causas de degradación del medio ambiente. De seguir el ritmo de consumo que llevamos, según los expertos, más pronto que tarde, el mundo se irá a la mierda. En este caso tendremos lo que nos hemos buscado y merecemos. No en vano nos creemos los reyes de la Tierra, y que estamos por encima de las demás criaturas como son los animales, los cuales estamos explotando y maltratando de mala manera en las granjas para el consumo humano.

Hay que hacer una puntualización, el dinero en sí no es el gran mal, el mal es la avaricia desmesura por tener más y más incluso de lo que se necesita para vivir cómodamente varías vidas.

Viendo las noticias de los medios de comunicación, se ve que los que más tienen más avarician y más quiere tener. Y para ello no les importa robarle a los que menos tienen, como hacen los políticos corruptos, actores, banqueros, altos cargos, etc. Todos los día nos topamos con noticias de “personas” que aún teniendo dinero suficiente para vivir a todo lujo se permiten todavía robar a los que menos tienen, llevándose el dinero de las administraciones locales, centrales, defraudando a Hacienda (esa que dicen que somos todos), etc.

Cuando un ladrón de guante blanco se lleva el dinero de todos, lo que está haciendo el muy canalla es dejar a gente que tiene necesidades sin ayudas, a estudiantes que no tienen para pagarse sus estudios sin becas, a parados sin ayudas, a gente sin sus tratamientos, y un largo etcétera.

Los defraudadores y los ladrones con cargo público, como es el caso de los políticos, deberían ser tratados judicialmente como terrorista de Estado. Sus condenas deberían de ser ejemplaras, de 20 ó 30 años de cárcel para arriba. De esta forma se regeneraría la clase política ya que a muchos/as dejarían de interesarle. Si no mangonea la cosa cambia. Otra cosa para los mangantes y avariciosos del dinero dejen la política es bajarles el sueldo y que cobren lo mismo que justifiquen que cobraban en sus anteriores puestos de trabajo. O mejor aún, que cobren un sueldo normal y corriente, como el de cualquier trabajador. De esta forma nos quitábamos de encima a muchos indeseables que van a la política a servirse y no a servir a sus conciudadanos.

Lo que no es de recibo que media España esté en crisis pasándolas canutas, sin tener ni para pagar la luz o para comer y ellos estén de enhorabuena porque obtuvieron un cargo político en una España en crisis a la que no representan. Y no la representan porque ellos juegan en otra liga (primera división), mientras much@s de sus conciudadanos no están ni en el banquillo de regional.

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