Terrorismo: el Islam, ¿víctima o culpable?

I mpacto en la diana y en plena línea de flotación. La respuesta es ambivalente: las dos cosas. Pues si bien es cierto que los musulmanes de a pie son las primeras víctimas de sus fanatizados hermanos en religión, los musulmanes terroristas, no es menos cierto que estos últimos basan su ideología yihaterrorista en ciertas suras, a mi juicio sacadas de contexto pero que ahí están, del Corán, la digamos “Biblia de los árabes” y presunto libro sagrado para los 1.700 millones de musulmanes, la Umma o comunidad islámica, repartida por todo el mundo.
Por otro lado y como bien sabéis, queridos jais, ésta es precisamente una de las hipótesis de trabajo en las que habitualmente me desenvuelvo: después de separar lo que es el islam (la religión), lo islámico (el hecho cultural o civilizacional), el islamismo (ideología política) y el yihaterrorismo o terrorismo islamista (basado en la religión islámica), el Islam es pues y al puro empirismo me remito, verdugo y víctima, víctima y verdugo. ¡Vaya que sí!
Les invito un viernes más a reflexionar sobre ésta, en ocasiones, calculada ambivalencia y por supuesto remitirles para despejar dudas, faltaría más, a los imames y asimilados de sus mezquitas, aprovechen a interpelarles tras la “jotba” (sermón para los profanos) de hoy viernes, aunque después de la forzada marcha en marzo de 2010 de mi estimado y respetado amigo, el imám Liazid, la verdad es que en cuanto a saber islámico se refiere se han quedado ustedes en Ceuta, oh jais, bastante huérfanos, pues en líneas generales lo que ronda por aquí no le llega al imam Ahmed Liazid ni a la faldilla de la chilaba, digo.
Volviendo con nuestro titular les transcribo, debidamente contextualizadas, algunas reflexiones del director de L´Observateur du Maroc et d´Afrique, Ahmed Charai, en su último editorial, “¿Debería interrogarse al islam?”. Sigan y lean, jais, que la cosa tiene enjundia.
Después de reconocer lo obvio (los atentados terroristas en nombre del Islam), Charai señala en su valiente Editorial: “Hay y ha habido prácticas del islam muy diferentes en el curso de la historia” (...) “El gran fracaso concierne a los textos y su interpretación. La negativa de la contextualización hace que el dogma ordene que estos textos sean eternos. Así, los judíos y cristianos son designados como enemigos perennes” (...) “Es preciso reformar la concepción que los musulmanes tienen de su propia religión”. ¡Tomen nota jais, tomen nota...! y sigan leyendo, por favor, porque en el interior del semanario los periodistas marroquíes Jamila Arif y Mohamed Zainabi (tan musulmanes como ustedes, musulmanes españoles de Ceuta) lo dejan claro, pero clarito: “Los terroristas islamistas matan en el nombre de una cierta interpretación del islam. Ellos disparan su credo asesino de ciertos textos fundadores que rechazan contextualizar”. Ni más ni menos, jais, ni menos ni más que lo que lleva sosteniendo desde hace muchos este escribano del limes en sus columnas.....
Ya Voltaire, en su Diccionario Filosófico (la primera edición es de 1764, el que yo manejo está publicado por Akal en 1985), nos advertía de que “El fanatismo es a la superstición lo que el delirio a la fiebre y lo que la rabia a la cólera. El que padece éxtasis y visiones, el que toma los sueños por realidades y las imaginaciones por profecías, es un exaltado; el que confirma su locura con un crimen es un fanático” y que, por tanto, “¿Qué responder a un hombre que os dice que prefiere obedecer a Dios antes que a los hombres y que, en consecuencia, está seguro de merecer el cielo al degollarlos?”. ¿Que les parece?
Al respecto, jais, ahí van las conocidas y polémicas aleyas (versículos) de la sura coránica Al Baqarah (de la Vaca), popularmente conocida (lo sabe todo musulmán) como “el versículo de la Espada”, ahí va jais, ahí va: “Matadlos donde quiera que los encontréis y expulsarlos de donde os hayan expulsado. La oposición (a vuestra creencia) es más grave que matar. No luchéis con ellos junto a la Mezquita Inviolable si ellos no lo hacen, pero si os atacan, matadlos; esta es la recompensa de los incrédulos”. Continuo con las aleyas 191 (“Y si cesan, Allah es Perdonador y Compasivo”) y 192: “Luchad contra ellos hasta que no haya más oposición y la Adoración debida sea solo para Allah. Pero si cesan, que no hay entonces hostilidad excepto contra los injustos”.
Textos sacados de “El Noble Corán. Su Traducción Comentario en Lengua Española, edición de Su Alteza Real el Príncipe Walid bin Talal bin Abdul Aziz Al Saud e impresa bajo la supervisión de la Agencia de Impresiones, Investigación Científica y Publicaciones del Ministerio de Asuntos Islámicos, Awqaf, Da´wa e Irshad. Riyadh, Reino de Arabia Saudita. Tal cual.
Pero a mi entender, jais, es preciso al respecto una exégesis adecuada que exige cuando menos las siguientes consideraciones:
- Contextualizar el texto coránico en sus aspectos históricos, políticos y linguísticos, no empleando jamás la aleya o versículo de forma aislada.
- Contemplar donde fue revelada, separando en grandes líneas las suras mecanas o de La Meca de las suras medinenses o de Medina, razonando las motivaciones de la revelación.
- Y analizarla lingüísticamente, huyenndo del literalismo con especial atención a los vocablos y el significado del término o expresión en la época, tal y como ocurre con todas las lenguas, no solo la árabe.
De lo anterior y por consiguiente se deduce el gravísimo peligro que supone para las influenciables mentalidades de los niños aprender el Corán memorizándolo sin más, de forma absolutamente acrítica. Esa es una metodología de aprendizaje fundamentalista y que, si bien no desemboca directamente en el yihaterrorismo, objetivamente forma parte de su peculiar didáctica.
¡Pregúnteles, pregúntenles a sus imames, jais, aprovechen que hoy es viernes!
Haya salud.
Visto.