El respeto a los espacios públicos
Las críticas al Gobierno de Vivas han arreciado en las últimas semanas por parte de los grupos políticos de la oposición y de muchos ceutíes por el estado de muchas de las playas de nuestra ciudad. Y es que atizar al Ejecutivo sea quizá lo más fácil, aunque en muchos de los casos la crítica es muy merecida. Pero este no es el caso. Es injusto culpar a la Ciudad del mal comportamiento de algunas personas, que disfrutan y se divierten destrozando aquello que es de todos. La calidad de vida de una comunidad no va asociada únicamente al hecho de disponer de más equipamientos o servicios; el estado de los espacios públicos, la convivencia y el respeto a los demás son factores tanto o más importantes que garantizan una buena calidad de vida de las personas.
Lamentablemente, es conveniente mirar hacia el continuo aumento del incivismo ciudadano. Los tiempos que corren, las formas de entender la vida y la convivencia, propician esta insolidaria posición en muchos de nuestros conciudadanos, especialmente entre los más jóvenes, aunque en honor a la verdad, hay que decir, entre un sector minoritario de jóvenes que solo entienden de sus ‘derechos’, pero que olvidan o desconocen que el resto de los mortales también tenemos los nuestros.
Ya lo advertía hace pocos días el consejero de Medio Ambiente, Emilio Carreira, al afirmar que “todo está lleno de mierda” por culpa de los incívicos. Un incivismo que encuentra su caldo de cultivo en el gran numero de fracaso escolar, en un más que preocupante aumento del consumo de alcohol y drogas, en un pasotismo que les impiden ver más allá de su ombligo, falta de respeto a todo lo que no sea ‘su’ mundo y un desconocimiento absoluto de las reglas de juego de lo que debe ser la convivencia, el civismo ciudadano y el compromiso social.
No se trata de criminalizar o de culpar de todos los males de la sociedad a nuestros jóvenes o a esa minoría incivica de ellos; todos hemos sido jóvenes, y en todas las épocas, los jóvenes hemos tenido nuestras particulares formas de diversión. Tampoco se trata de crear un cuerpo especial de policía, ni de instaurar una comisaría en cada esquina, ni de un aumento de la plantilla policial, es tan sencillo como que se cumpla y se haga cumplir la ley y para ello solo hace falta voluntad de hacer las cosas tal como mandan los reglamentos y las ordenanzas. Tan simple, así de sencillo. Y de eso sí es responsable el Gobierno de la Ciudad.