«El cáncer es sinónimo de muerte, pero eso ha cambiado, y ya es una enfermedad más»

ENTREVISTA / DOCTOR HERNÁN CORTÉS-FUNES - CLÍNICA HC

El doctor Hernán Cortés-Funes, que dirige la unidad de oncología de la Clínica HC, explica cómo cada vez los tratamientos para luchar contra el cáncer son más efectivos y menos traumáticos para los pacientes

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Durante sus más de 45 años dedicado a la oncología, el doctor Hernán Cortés-Funes, ha sido miembro fundador de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM ), presidente de la Sociedad Europea de Oncología Médica (ESMO), de la Federation of European Cancer Societies (FECS ) y de la Asociación Española de Investigación de Cáncer, así como también formó parte de múltiples organizaciones y Grupos Cooperativos tanto nacionales como internacionales. Dentro de las áreas de investigación destaca su interés en el desarrollo de nuevos fármacos, estudios clínicos tempranos, farmacología clínica y nuevos tratamientos en cáncer de mama, pulmón, cabeza y cuello y tumores germinales. En la actualidad dirige la unidad oncológica de HC.

• Pregunta.- Lleva más de cuarenta años dedicado a la oncología, ¿cómo ha evolucionado el diagnóstico y el tratamiento del cáncer en este tiempo?

Respuesta.- Ha evolucionado muchísimo. El cáncer comprende una entidad de enfermedades que existen desde que el mundo es mundo. A las momias egipcias, dos mil años antes de Cristo, se les han hecho autopsias y tenían cánceres exactamente iguales a los actuales. Así que el cáncer es una enfermedad de muchísimo tiempo, pero va evolucionando el conocimiento que tenemos de él, lo que ha hecho que los tratamientos se hayan perfeccionado. Durante mucho tiempo se pensó que el único cáncer que se podía curar era el que se podía quitar. Por eso se asocia mucho la cirugía con el cáncer y eso es un error tremendo. A parte la palabra cáncer tiene una interpretación equivocada. El cáncer es sinónimo de muerte y eso ha cambiado muchísimo, es una enfermedad más y la mitad de los cánceres se curan. Lo que nos se curan, se puede convivir con ellos y vivir muchos años. Y sí, desgraciadamente hay un grupo de cánceres ante los que no hay nada que hacer, pero son los menos.

P.- La clave, ¿está en la detección precoz de la enfermedad?

R.- Sin duda. La base fundamental de la curación del cáncer está en el diagnóstico precoz. Este se da ante una serie de síntomas de alarma, un sangrado anormal, un bulto que no existía antes, un cambio en el ritmo intestinal, un cambio en el sonido de la voz... son síntomas de alarma ante los que hay que ir al médico. Cierto tipo de exploraciones obligadas, como son la citología vaginal de la mujer, la mamografía cada dos años, o la colonoscopia son muy importantes. Además, ahora se ha implantado el diagnóstico precoz del cáncer de pulmón. Todos los fumadores que lleven más de diez años fumando más de diez cigarrillos al día tienen un riesgo muy alto de tener un cáncer de pulmón y la mejor forma de detectarlo de forma precoz es hacerles un TAC de baja dosis de radiación sin contrastes que detecta tumores muy pequeños que se curan. Todos los cánceres si se detectan de forma temprana tienen posibilidad de curarse, pero la mayoría se detecta cuando ya están avanzados.

P.- A pesar de los beneficios de la detección precoz, hay personas que son muy reacias a realizarse pruebas por miedo...

R.- La cancerofobia es una realidad y es cuestión de educar a la gente. La gente tiene miedo a lo desconocido.

P.- ¿Qué avances hay en este campo?

R.- Dos avances muy grandes: unos diagnósticos y otros terapéuticos. A nivel diagnóstico hoy en día podemos hilar muy fino para saber qué tipo de cáncer tenemos frente nosotros. El cáncer, al fin y al cabo, es la transformación de una célula normal en una célula anormal. La célula ha mutado y no se rige por los controles habituales del crecimiento celular normal. En la actualidad vamos conociendo más el código de barras de todos los tumores y las mutaciones que tiene, lo que permite que se desarrollen fármacos que bloquean esas mutaciones y, si tienes el bloqueo adecuado, el cáncer se frena y puede llegarse a curar.

P.- ¿Es en esas ocasiones en las que ni siquiera es necesario operar?

R.- Exactamente. En muchas ocasiones el tumor es muy grande e inoperable, pero la radioterapia y la quimioterapia siguen siendo tratamientos válidos. Un cáncer de mama grande que no se puede operar es posible tratarlo y que se arrugue, disminuya y ya sea operable. El orden de los tratamientos está cambiando y cuando antes era cirugía, radioterapia y después quimioterapia, ahora en el cáncer de mama primero se aplica la quimioterapia.

P.- ¿Qué tipos de cáncer son los que no se deben operar?

R.- Por ejemplo los linfómas se tratan sólo con quimioterapia. Antes el cáncer de laringe se operaba, se retiraba toda la laringe y la persona no hablaba más. El paciente se quedaba en una situación mutilante muy grande. También ocurría con el cáncer de vejiga, tras el que la persona no podía orinar por la vía normal. Muchísimos cánceres que requerían cirugías mutilantes y eso ha cambiado. La cirugía está relegada porque hay tratamientos tan efectivos como la quimioterapia o la radioterapia que reemplazan a la cirugía y preservan el órgano. Hoy en día no es concebible que una mujer pierda su pecho por un cáncer de mama. Aunque hay casos en los que no cabe otra opción, en general no se extirpan más pechos porque el problema no está ahí.

P.- ¿El cáncer de mama es sobre el que más conocimientos se tiene en estos momentos?

R.- El cáncer de mama, o los cánceres de mama, porque son muchos tipos, es el campo sobre el que más avanzado el conocimiento. Sabemos distinguir muchísimos tipos de cáncer de mama y cada uno requiere un tratamiento especial. Algunos son muy simples y poco tóxicos, pero tan curativos como la mejor quimioterapia que había en el pasado.

P.- ¿Y cuál es el cáncer más agresivo?

R.- Es difícil decirlo, aunque probablemente sea el de pulmón. Es un cáncer que hasta hace poco tenía muy pocas posibilidades terapéuticas cuando no se podía operar y los pacientes se morían en el plazo de un año. Pero hoy en día, gracias a la inmunoterapia, que es una nueva terapia, ha cambiado 180 grados el pronóstico de este cáncer. Al potenciar las defensas, se ha logrado alargar considerablemente la vida de los pacientes y cada vez le tenemos menos miedo.

P.- Se comienzan a conocer casos de personas que, por prevención, deciden extirparse la mama o el aparato reproductor, ¿es recomendable?

R.- No. Es sólo recomendable en cierto tipo de casos. El cáncer de mama y el cáncer de ovario comparten la mutación de un gen específico llamado BCRA, y las pacientes portadoras de esa mutación, tienen muchísimas posibilidades de desarrollar un cáncer en la mama que no ha sido tratada o en el ovario. Para evitar que eso suceda, se recomienda tratar la otra mama y quitar los ovarios. Eso lo hizo Angelina Jolie y tuvo tanto éxito, pero sólo es para un 10% de los cánceres de mama.

P.- ¿Y en el caso de que el cáncer lo haya padecido un familiar?

R.- El 10% de pacientes, o menos, tienen lo que se llama cáncer familiar, que se trata de una mutación que la tiene la persona, no el tumor. Esa mutación somática la hereda a su descendencia y muchas veces la hija de una paciente con cáncer de mama tiene más posibilidades, pero no tiene por qué desarrollarlo.

P.- Un paciente que se cura, ¿se puede olvidar completamente del cáncer?

R.- Nunca ha de olvidarse porque existe lo que se llaman recaídas tardías. Hay gente que pasa por un cáncer, se cura, pero ha de seguir controlándose, y hay muchísimos grupos de pacientes, largos supervivientes, que con los tratamientos antiguos habrían fallecido, pero que están vivos y hacen una vida relativamente normal.

P.- Usted se ha referido a que el cáncer y la metástasis se debe considerar como una enfermedad crónica, ¿por qué?

R.- El cáncer o se cura, o se trata, y en ese caso podemos prolongar la vida. En lugar de morirse el paciente en dos o tres meses, puede sobrevivir dos o tres años. Ante estos cánceres se ponen tratamientos y se cronifican. Ocurre como con la diabetes, que es una enfermedad incurable, pero con la que se puede convivir. Algunos cánceres no se puede curar, pero se puede convivir con ellos toda la vida.

P.- ¿Con qué calidad de vida para el paciente?

R.- Con una calidad de vida muy buena. Cada vez se están reduciendo más los efectos secundarios de los tratamientos oncológicos, que sí son tóxicos. Pero, cuando son necesarios en situaciones agudas, hay que darlos. En estos casos es necesario sopesar los síntomas producidos por la enfermedad con los del tratamiento.

P.- ¿Se dan casos en los que los efectos de los tratamientos son más perjudiciales que el propio cáncer?

R.- Sí. Ahí está el criterio del oncólogo para saberlos utilizar, porque hay tratamientos muy efectivos que en un paciente que está en buena situación no merece la pena darlos.

P.- ¿Qué clase de tratamientos tiene la Clínica HC disponibles para los pacientes ceutíes?

R.-En la oncología hay un avance permanente. Los terapéuticos que se utilizaban hace tres años o ya no se usan o se utilizan menos. Por eso, en HC, que yo dirijo en Marbella y también aquí en Ceuta, estamos conectados con los centros de investigación más importantes de España y del mundo. Y es que, todos los adelantos necesitan un intercambio de información.

Durante más de cuarenta años dirigí una unidad de oncología en Madrid, en el Hospital 12 de Octubre, donde también desarrollamos una unidad de nuevos fármacos en la que testamos todos los nuevos fármacos, y lo hicimos con éxito, ya que han cambiado el curso de muchas enfermedades. HC sigue totalmente apoyado por este grupo de Madrid, desde donde vienen doctores a sesiones clínicas en Marbella, por lo que estamos constantemente conectados, y también desde Ceuta. El doctor que dirige la unidad en la ciudad autónoma, Hassan Bennis, es un oncólogo de vanguardia que ha trabajado en muchos programas de investigación y todas las novedades terapéuticas las estamos aplicando en Marbella y aquí.

P.- Se ha avanzado mucho en la lucha contra el cáncer, pero ¿qué queda aún por hacer?

R.- Queda muchísimo por conocer. Tenemos en curso una gran cantidad de ensayos clínicos con nuevos fármacos. Y el conocimiento intrínseco de las mutaciones es cada vez más sofisticado.

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