Andrés Jaén Núñez Ceuta 1849-1897, Filipinas

Capitán del Batallón Expedicionario a Filipinas núm.1 muerto en combate el 19 de febrero de 1897, en Silang, Cavite, Filipinas

La revuelta de Katipunan. / FOTO CEDIDA
La revuelta de Katipunan. / FOTO CEDIDA

Andrés Jaén nació en Ceuta el 12 de febrero de 1849. Fueron sus padres Fernando Jaén Blanco, natural de Ceuta, y María Magdalena Núñez Llabret, natural del valle de Arán, Lérida.

Ingresó en el ejército en 1869 como voluntario en el Regimiento Fijo de Ceuta, trasladándose con su batallón a Cataluña. Al año siguiente fue ascendido a cabo 2º y 1º.

Sus primeros hechos de armas fueron durante la tercera guerra carlista (1872-1876).

Desde 1873 intervino en diversos combates, año en que obtuvo el ascenso a sargento segundo. En 1874 continuó en operaciones, entre otras, los días 29 y 30 de octubre en Villafranca del Cid; en 1875 en la toma del castillo de Flix, Tarragona, los días 18 y 19 de junio. Por méritos en estos combates fue ascendido a sargento 1º siéndole otorgada la Cruz roja al Mérito Militar.

La toma del castillo de Flix. El 19 de junio. Tras un asedio de 16 horas, se rindió el castillo de Flix ante el ejército del Capitán General de Cataluña Martínez Campos, dirigido por el general Luis Gamir, con el Batallón de Ceuta, los movilizados de Tarragona y Flix, dos compañías del tercer batallón franco, cuatro cañones de Plasencia y 150 caballos. La vanguardia la formaba el Batallón de Ceuta, que fue el que desalojó del pueblo, tras un ligero tiroteo, a varios carlistas posesionados de algunas casas. Más de cien carlistas entregaron las armas; algunos ganaron la libertad tirándose al agua.

En este mismo año (1875) fue promovido a alférez y trasladado al ejército del norte, pasando al batallón de reserva número 9.

Al término de la contienda regresó a Ceuta; en 1877 su batallón tomó el nombre de Regimiento de Canarias, (el Regimiento de Infantería Canarias Peninsular nº 43 fue creado por Real Decreto del 27 de julio de 1877), del que en 1879 fue destinado al Batallón de Depósito de Montblanch, con el que prestó servicios de guarnición en Tarragona y Barcelona.

En 1884 pasó al Regimiento de Almansa, año en que obtuvo el ascenso a teniente; en 1891 fue promocionado a capitán, y trasladado al Regimiento de San Quintín, permaneciendo un año destinado en Tarragona, regresando en 1892 al Almansa.

Solicitó el pase en 1896 al Batallón de Cazadores Expedicionario núm. 1, que partiría para las Filipinas, pase que le fue concedido, incorporándose al mismo en Barcelona.

Su batallón, el núm. 1 de los 15 que crearon, se organizó en Barcelona el 1º de octubre de 1896, concentrándose tres días más tarde, embarcándose el día 7 en el vapor Montserrat, que zarparía con destino a Filipinas el día siguiente, con 31 oficiales, 25 sargentos y 1.008 soldados.

Los batallones estaban compuestos por soldados de reemplazo procedentes de 26 distintas unidades de infantería, que se ofrecieron voluntarios para marchar a Ultramar. Con ellos se enviaron 6.000 fusiles Remington para poder armar a los voluntarios, 400 cajas de pólvora y 4.000 granadas de cañón.

La revuelta de Katipunan. / FOTO CEDIDA
La revuelta de Katipunan. / FOTO CEDIDA

Toma de Silang:

El 15 de febrero de 1897 comenzó la ofensiva sobre Silang. La brigada del general Galbis (José Galbis Avellar) amagó un ataque en el delta del río Zapote en el camino de Bacoor, mientras la marina bombardeaba las resistencias tagalas, simulando un desembarco en Noveleta, provincia de Cavite.

La división Lachambre (José Lachambre Domínguez) pernoctó el 17 en Calambes. El 18 de febrero la primera brigada avanzó sobre Iba, junto al río encontraron una fuerte resistencia tagala. El 19, el general Lachambre con 10.000 hombres fue directamente sobre Silang. La brigada del comandante Cornell (Pedro Cornell y Cornell) fue la primera en atacar junto a la media brigada del general Zabala (Antonio Zabala y Gallardo). A la vez, el general Marina (José Marina Vega) con sus fuerzas atravesó el río Zapote por dos sitios diferentes. Una vez agrupadas, las fuerzas del general Marina y del comandante Cornell atacaron a la bayoneta a las principales trincheras de Silang. El combate duró cuatro horas; los tagalos, tras haber tenido más de 600 bajas, abandonaron la lucha, rindiéndose una gran cantidad de ellos.

En la toma del pueblo de Silang en la provincia de Cavite, Filipinas, participó el capitán “ceutí” Andrés Jaén. Después de un duro combate contra las posiciones enemigas, con la compañía que tenía a su mando, atacó por el flanco derecho de la trinchera central que defendía el enemigo, tomando posiciones tras avanzar bajo un vigoroso fuego desde el atrincheramiento. Se inició un fuerte ataque a la bayoneta, el capitán Andrés Jaén, con una bravura digna de encomio, coronó el primero dicha fortificación y al comenzar a formar en ella a su gente, cayó mortalmente herido de dos balazos y una herida de arma blanca, falleciendo dos horas después en la ambulancia que lo trasladaba al hospital.

Las bajas españolas en Silang fueron:

Muertos: Capitán Andrés Jaén, 2º teniente Martínez y seis de tropas.

Heridos: Comandante Rodríguez Navas, teniente Escoll, capitán de caballería Maquieira y treinta y siete de tropa.

Contusos: Coronel Ortiz, capitán Fernández de Castro y diecisiete de tropa.

Desaparecidos: Uno de tropa, las bajas de los tagalos se estimaron en 600.

Tras su muerte, Andrés Jaén fue condecorado a título póstumo con la CRUZ LAUREADA DE SAN FERNANDO DE SEGUNDA CLASE, PENSIONADA. Pensión, transmisible a sus herederos, de 1.500 pesetas anuales (R.O. de 9 de diciembre de 1901, D.O. Nº 276 de fecha 11 de diciembre de 1901).

Tomada Silang por las tropas españolas, se produciría el 22 de febrero un intento de recuperar esta última población por parte de las fuerzas tagalas, efectuándose un fuerte ataque sobre las posiciones ocupadas por la Primera y Segunda brigadas españolas, siendo, finalmente, rechazadas por estas unidades.

Breves apuntes sobre la revolución en Filipina (Tagala)

El 24 de agosto de 1896 se inició la rebelión en la isla de Luzón.

Andrés Bonifacio y de Castro, líder radical, supo movilizar a las mazas en la lucha por la independencia de Filipinas. Fue el creador de la sociedad secreta conocida como la “Katipunan”. Este fue el núcleo sobre el que se organizaron las primeras fuerzas armadas revolucionarias que iniciaron la lucha contra los españoles en Filipinas, Bonifacio, con su poder de persuasión, logró que el Katipunan pasara de 300 hombres a 30.000. Su primer enfrentamiento fue con la Guardia Civil al querer entrar en Manila, siendo rechazado en San Juan del Monte.

Notas: (Katipunan en Tagalo) Kataas-taasang, Kagalang-galangang Katipunan ng mgá Anak ng Bayan (Kataas-taasang, Kagalang-galangang Katipunan nang mangá Anak nang Bayan) —traducido más o menos como “Suprema y Venerable Asociación de los Hijos del Pueblo”).

Tagalo. Pueblo indígena de las Filipinas de origen malayo, que habita en Luzón y en otras islas cercanas.

Bonifacio, el 22 de marzo de 1897, citó a los líderes principales del Katipunan en Tejeros para discutir el futuro de la rebelión, pero el elegido en esta reunión no fue Bonifacio, sino Emilio Aguinaldo como presidente del Gobierno revolucionario.

Estos hechos provocaron una refriega, resultando herido un hermano de Andrés Bonifacio, Procopio. Lo que hizo que Andrés Bonifacio y sus seguidores huyeran, pero él y su hermano fueron capturados. Siendo sometidos a un consejo de guerra, donde fueron considerados culpables de traición, y ambos condenados a muerte. Por orden de Aguinaldo, fueron ejecutados el 10 de mayo de 1897, en el monte Buntis de Cavite.

En el mes de junio, Aguinaldo instaló su cuartel general en la sierra de Biak-na-Bato, donde proclamó el primer Gobierno filipino.

Entre primeros de octubre y finales de noviembre, los ataques más importantes realizados por los revolucionarios contra las posiciones españolas fueron en las localidades de San Pablo y Norzegaray, también sobre Baler, capital del distrito del Príncipe.

A pesar de los enfrentamientos, Fernando Primo de Rivera, gobernador de Filipinas, y Aguinaldo llegaron a un acuerdo que se llevó a cabo en diciembre de 1897, con los generales Tejero y Monet por parte española y por los hermanos Aguinaldo, Emilio y Baldomero y Mariano Llaneras por parte tagala. Lo que puso fin a año y medio de guerra.

Esto fue conocido como el Pacto de Biak-na-Bató, que redujo temporalmente las hostilidades.

En el Pacto, entre otras, hubo las siguientes condiciones, se concedería a Filipinas una autonomía política y administrativa, Aguinaldo y sus colaboradores tendrían que tener su residencia en Hong Kong, recibiendo una indemnización de 800.000 pesos, aunque solo recibieron un primer pago de 400.000 pesos.

Tras el acuerdo, los oficiales revolucionarios filipinos se exiliaron a Hong Kong.

Con el dinero entregado por España, Aguinaldo y sus seguidores abandonaron la isla, instalándose en Hong Kong. Dinero que más tarde utilizarían para la compra de armamento.

El 15 de febrero de 1898 explosionó en La Habana el acorazado de los Estados Unidos USS Maine (ACR-1).

Esta sería la excusa para la intervención en la guerra de los Estados Unidos contra España, acusando a los españoles del hundimiento, aunque nunca se supo si fue una explosión accidental.

Aguinaldo pasó de Hong Kong a Singapur en el mes de abril; entrevistándose con el cónsul norteamericano, este le señaló que la causa era inevitable, salvo que aceptase colaborar con ellos. Aguinaldo le comentó que sería excelente que los norteamericanos le ayudaran para conseguir la independencia de las Filipinas.

Con esto quedaba roto el Pacto de Biak-na-Bato de diciembre de 1897.

La Escuadra norteamericana del Pacífico, al mando del comodoro George Dewey, recibió la orden de partir de Shanghái para Hong Kong, para repostar carbón.

Un día más tarde, los Estados Unidos declararon la guerra a España.

El secretario de Marina, John Long, telegrafió al comodoro George Dewey. “La guerra ha comenzado entre Estados Unidos y España. Zarpe inmediatamente hacia Filipinas. Comience de inmediato las operaciones, especialmente contra la flota española. Deberá capturar o destruir buques. Use todos los medios a su alcance”.

El comodoro George Dewey pidió a Aguinaldo que regresara y que reanudara la guerra de independencia contra España, ofreciéndole su ayuda. El ataque norteamericano a los barcos españoles se produjo el 1º de mayo de 1898.

El descontento en Cuba y Filipinas fue aprovechado por los Estados Unidos, evocando la “doctrina Monroe” expuesta por el presidente James Monroe el 2 de diciembre de 1823 con el lema “América para los americanos”, que favorecería el dar apoyo a los guerrilleros independentistas para rebelarse contra España.

En un acuerdo entre Aguinaldo y los norteamericanos, por el que Filipinas accedería a la independencia bajo protectorado americano, permitió el abastecimiento de armamento y municiones a los rebeldes. El día 24 de mayo de 1898, en el buque americano “USS McCulloch” perteneciente a la Escuadra norteamericana del Pacífico, zarpó de Hong Kong llevando los primeros abastecimientos para los rebeldes y en él viajó a Cavite el jefe rebelde Aguinaldo.

La llegada de Aguinaldo a Cavite avivó y generalizó la insurrección. Las unidades de voluntarios organizados y armados por los españoles y mandados por antiguos independentistas filipinos desertaron con todo su armamento y equipo. También lo hicieron algunos núcleos de filipinos de las tropas regulares españolas, deslumbrados por la derrota española y la presencia de las tropas americanas. A finales de mayo, Aguinaldo en Cavite proclamó un manifiesto por el que se autodefinía como “Gobierno Dictatorial de Filipinas”.

El 12 de junio de 1898, el líder revolucionario declaró a Filipinas independiente, con él mismo como presidente no electo. Estuvo al mando de las tropas filipinas en la última batalla contra los españoles.

Capitulación de Manila

Manila, 14 de agosto de 1898

Los que suscriben, que constituyen la comisión nombrada para determinar los detalles de la capitulación de la ciudad y defensas de Manila y sus arrabales y las fuerzas españolas que guarnecen las mismas, de acuerdo con el tratado preliminar acordado el día anterior entre el Mayor General Wesley Merritt del Ejército de los Estados Unidos, Comandante en Jefe de las Filipinas, y Su Excelencia Don Fermín Jaúdenes, General en Jefe interino del Ejército Español en las Filipinas, han pactado lo siguiente:

1.0 Las tropas españolas, europeas e indígenas capitulan con la plaza y sus defensas con todos los honores de la guerra, depositando sus armas en los lugares que designen las autoridades de los Estados Unidos y permaneciendo acuarteladas en los locales que designen y a las órdenes de sus Jefes y sujetas a la inspección de las citadas Autoridades Norteamericanas, hasta la conclusión de un tratado de paz entre ambos Estados beligerantes.

Todos los individuos comprendidos en la capitulación quedan en libertad, continuando los oficiales en sus respectivos domicilios, que serán respetados mientras observen las reglas prescritas para su gobierno y las leyes vigentes.

Decreto de Emilio Aguinaldo, como presidente de la República de Filipinas, sobre los héroes de Baler. / FOTO CEDIDA
Decreto de Emilio Aguinaldo, como presidente de la República de Filipinas, sobre los héroes de Baler. / FOTO CEDIDA

2.0 Los oficiales conservarán sus armas de cinto, caballos y propiedad privada.

3.0 Todos los caballos públicos y propiedad pública de todas clases se entregarán a los oficiales de Estado Mayor que designen los Estados Unidos.

4.0 Relaciones completas por duplicado de las tropas por cuerpos y listas detalladas de la propiedad pública y efectos de almacén serán entregadas a los Estados Unidos en un plazo de diez días a partir de la fecha.

5.0 Todas las cuestiones relacionadas con la repatriación de los oficiales y soldados de las fuerzas españolas y de sus familias y con los gastos que dicha repatriación ocasione serán resueltas por el Gobierno de los Estados Unidos en Washington.

Las familias podrán salir de Manila cuando lo estimen conveniente.

La devolución de las armas depositadas por las fuerzas españolas tendrá lugar cuando se evacúe la plaza por las mismas o por el ejército americano.

6.0 A los oficiales y soldados comprendidos en la capitulación se les proveerá por los Estados Unidos, según su categoría, de las raciones y socorros necesarios como si fuesen prisioneros de guerra hasta la conclusión del tratado de paz entre los Estados Unidos y España.

Todos los fondos del tesoro español y otros públicos se entregarán a las autoridades de los Estados Unidos.

7.0 Esta ciudad, sus habitantes, sus iglesias y su culto religioso, sus establecimientos de enseñanza y su propiedad privada de cualquiera índole, quedan colocados bajo la salvaguardia especial de la fe y honor del Ejército Americano.—F. V. Greene, Brigadier General de Voluntarios del Ejército de los. EE- UU.—B, P. Lamberton, Capitán de la Marina de los Estados Unidos ’.— Chas A. Whittíer, Teniente coronel e Inspector General— R. H. Growder. Teniente coronel y Juez Abogado.— Nicolás de la Peña, Auditor General.__ Cárlos Reyes, Coronel da Ingenieros.— José Mª Olaguér Feliu, Coronel de Estado Mayor.—Es copia exacta del original.— El General Jefe de E. M. General Celestino F. Tejero. (Tomado del “Diario de Manila” de fecha martes 16 de agosto de 1898).

Nota: El firmante, José María Olaguer, considerado héroe de Filipinas, era descendiente del “ceutí” teniente coronel Tomás Olaguer Feliú, (Ceuta 04.10.1707), (más datos sobre José Olaguer Feliú en nuestro escrito en este diario del 09.12.2021).

Tras la toma y capitulación de Manila el 14 de agosto de 1898, los Estados Unidos establecieron un gobierno militar en Filipinas bajo el mando del general Wesley Merrit. El general Merritt fue sucedido por el general Elwell S. Otis y este por Arthur MacArthur como Comandante General y Gobernador Militar de Filipinas. Padre de Douglas MacArthur, Comandante Supremo aliado en el Frente del Pacífico durante la Segunda Guerra Mundial.

“LOS ÚLTIMOS DE FILIPINAS”. Esta corta guarnición, compuesta por 3 oficiales, 50 entre suboficiales y tropa, 1 médico, 1 sanitario y 3 religiosos, estuvieron sitiados por los independentistas filipinos desde él (1 de julio de 1898 al 2 de junio de 1899). Los héroes sitiados de Baler, en Luzón, no se enteraron del final de la guerra y, pese a las advertencias dadas por varios emisarios, aguantaron de forma estoica. Solamente cuando recibieron noticias a través de un periódico, creyeron de verdad la triste noticia y procedieron a una capitulación honrosa. Solo regresaron 33 supervivientes.

Mientras, los independentistas filipinos al mando de Emilio Aguinaldo luchaban contra los héroes españoles de Baler. España firmaba el Tratado de París el 10 de diciembre de 1898, por el que entregaban las Filipinas a los Estados Unidos y no solo las Filipinas, sino también Guam, perteneciente a las islas Marianas. Aunque Filipinas fue oficialmente entregada a los Estados Unidos por veinte millones de dólares, junto con Puerto Rico. Con esto se daba por finalizada la guerra hispano-estadounidense.

Las Filipinas pasaban de manos españolas a manos estadounidenses

En el mes de enero de 1899 hubo una nueva reunión, presidida por Aguinaldo, que aprobó la Constitución de Malolos (23 de enero de 1899). Se considera esta Constitución como la primera de Filipinas, a la vez que la Primera República. Emilio Aguinaldo fue declarado primer presidente.

La primera guerra de liberación filipina fue un enfrentamiento de las fuerzas de Aguinaldo contra los Estados Unidos. El levantamiento tuvo lugar el 4 de febrero de 1899 y duraría hasta 1901 con la captura de Aguinaldo. Las fuerzas, al mando del general norteamericano Frederick Funston, aparentaron rendirse ante Aguinaldo, siendo este capturado el 23 de marzo de 1901 en Palanan, provincia de Isabela.

Se le amenazó con ser ejecutado o la renuncia a la lucha y la aceptación a la soberanía estadounidense. Aguinaldo firmó la rendición el 1º de abril de 1901. Con la rendición de Aguinaldo se acababa la etapa revolucionaria.

Aunque se dio por terminada la guerra con la detención de Aguinaldo, algunos grupos lucharon hasta 1909.

La República Filipina estuvo ¿activa?, hasta el arresto y captura de Aguinaldo por los estadounidenses el 23 de marzo de 1901.

(Declaraciones de Emilio Aguinaldo a ABC en 1962, cuando este recibió a los corresponsales de este diario en su casa de Cavite, Filipinas)

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Emilio Aguinaldo falleció en la ciudad de Quezon, Filipinas, el 6 de noviembre de 1964.

Todo lo relatado había comenzado en 1896, cuando a España solo le quedaban las últimas colonias de Ultramar, Cuba y Puerto Rico en las Antillas Mayores. Filipinas en el Pacífico Occidental y las islas Marianas, Carolinas, Palaos y Guam en Micronesia.

Como hemos señalado, Cuba y Filipinas pasaron a los Estados Unidos por el Tratado de París el 10 de diciembre de 1898; por dicho tratado, a los estadounidenses no solo se les entregaban las Filipinas, sino también Puerto Rico y la isla de Guam. España abandonó las demandas sobre Cuba y declaró su independencia.

Tres meses más tarde de firmarse el Tratado de París Francisco Silvela, ministro de la guerra de España, rubricó el 12 de febrero de 1899 el Tratado hispano-alemán, por el que se vendieron por veinticinco millones de pesetas las islas Carolina, Palaos y Marianas en Micronesia (excluyendo Guam, que habían pasado a los Estados Unidos por el Tratado de París de 1898). Con esto finalizaba el Imperio español de Ultramar.

Nota: El mariscal de campo “ceutí” Pedro Manuel de Arandía y Santisteban (Ceuta, 31 de enero de 1699) fue gobernador y capitán general de las islas Filipinas entre 1754 y 1761, murió en el cargo.

Otro “ceutí” el coronel Alejandro Parreño Pastor (Ceuta, 10 de junio de 1766) fue gobernador de las islas Marianas entre 1806 y 1812. El 20 de julio de 1828 fue nombrado teniente del rey en Manila y segundo cabo (actual segundo jefe) de las Filipinas,

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