“La violencia de género es un problema estructural que estamos enfrentando con educación, coordinación y sensibilidad”

VIOLENCIA DE GÉNERO

Actualmente, tal y como resalta la jefa de la Unidad de Violencia de Género, Livia Rosales, hay 269 casos activos en el sistema VioGén, 10 de los cuales involucran a menores de edad, lo que representa una preocupación prioritaria para su unidad

FOTO E.P.
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La jefa de la Unidad de Violencia de Género de la Delegación del Gobierno en Ceuta, Livia Rosales, ha expuesto en una entrevista con EL PUEBLO DE CEUTA los retos, logros y desafíos de su trabajo al frente de este órgano clave para la atención y prevención de la violencia contra las mujeres en la ciudad. Rosales, docente de profesión, asegura que asumió este cargo como un “reto personal” y una “necesidad moral”, motivada por la posibilidad de contribuir a una sociedad más justa.

Rosales destaca que su labor combina tareas de gestión, sensibilización y coordinación interinstitucional, en un contexto marcado por la multiculturalidad y la singular situación fronteriza de Ceuta. Según detalla, actualmente hay 269 casos activos en el sistema VioGén, 10 de los cuales involucran a menores de edad, lo que representa una preocupación prioritaria para su unidad.

Desde sus inicios como docente, Rosales abordaba la igualdad de forma transversal, pero sin profundizar en la violencia de género. “Cuando me propusieron liderar la Unidad, lo vi como un reto personal y una oportunidad para solidarizarme con las víctimas y trabajar desde la Administración para transformar vidas”, explica. Ahora, su día a día está marcado por la coordinación con instituciones como fuerzas y cuerpos de seguridad, servicios sociales y el sistema judicial, así como por la promoción de campañas educativas y formativas.

Rosales confiesa que, al inicio, su trabajo era “emocionalmente desgastante”. Sin embargo, con el tiempo ha aprendido a manejar mejor la intensidad de su labor, concentrándose en los avances logrados y en la importancia de la prevención.

Uno de los mayores desafíos a los que se enfrenta la Unidad es la falta de personal especializado y la necesidad de formación continua. Según Rosales, los profesionales deben mantenerse al día con las nuevas formas de violencia y los avances legislativos para ofrecer una respuesta adecuada. Además, subraya la importancia de la coordinación entre las instituciones implicadas, ya que cualquier descoordinación “dificulta muchísimo” la atención inmediata que necesitan las víctimas.

FOTO GABRIELA SARDÁ
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“Los profesionales deben mantenerse al día con las nuevas formas de violencia y los avances legislativos para ofrecer una respuesta adecuada”

Otro obstáculo significativo es la dependencia económica de muchas mujeres maltratadas, que temen abandonar a sus agresores por no poder mantener a sus hijos. Para estos casos, la Unidad trabaja en estrategias específicas que les permitan acceder a recursos y apoyo para reconstruir sus vidas con seguridad.

Un problema estructural y cultural

En cuanto a la situación de la violencia de género en Ceuta, Rosales afirma que este problema sigue siendo “estructural y cultural”. Las estadísticas reflejan un aumento en las denuncias, lo que considera un indicador de mayor confianza en el sistema, aunque también evidencia la persistencia de la violencia. “Antes no se hablaba de la violencia de género porque no se abordaba de forma natural. Ahora la sociedad comienza a no tolerar ciertas conductas, y eso es un paso de gigante hacia una Ceuta libre de violencia”, señala.

La multiculturalidad y la situación fronteriza agravan la vulnerabilidad de las mujeres en Ceuta

La jefa de la Unidad subraya que los roles patriarcales siguen perpetuando la desigualdad de género, agravada en ocasiones por la multiculturalidad y la vulnerabilidad económica y legal de mujeres migrantes. Muchas de estas mujeres, en situación irregular, temen denunciar a sus agresores por posibles represalias legales. Para contrarrestar esto, Rosales insiste en la necesidad de garantizar su protección sin que su estatus migratorio sea un obstáculo.

Prevención a través de la educación y la formación

La sensibilización social es uno de los pilares del trabajo de la Unidad, que ha implementado programas educativos en institutos para prevenir agresiones sexuales y formar al personal docente en el abordaje de estas problemáticas.

Además, la Delegación del Gobierno ha comenzado a convertir sus oficinas en Puntos Violeta, espacios seguros para víctimas de violencia de género. Este proceso se ha iniciado en el SEPE, MUFACE y otras dependencias gubernamentales, con planes de expansión para el próximo año.

Livia Rosales: “La sociedad está dejando de tolerar conductas que antes sí se consentían”

Rosales destaca la implicación de la Dirección Provincial de Educación en estas iniciativas, considerándola un aliado clave para educar en igualdad y prevenir la violencia desde las primeras etapas de la vida. “Si conseguimos crear entornos escolares inclusivos y respetuosos, estaremos construyendo una sociedad más igualitaria”, afirma.

A pesar de los retos, Rosales se muestra optimista respecto al futuro. La combinación de educación, coordinación y formación continua de profesionales es, en su opinión, la fórmula para combatir esta lacra social. “La violencia de género no desaparecerá de la noche a la mañana, pero estamos trabajando para que las futuras generaciones crezcan en un entorno más igualitario y libre de violencia”, concluye. Livia Rosales, jefa de la Unidad de Violencia de Género de la Delegación del Gobierno en Ceuta

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