El pastor evangelista ceutí que quiere “salvar la Navidad”

RELIGIÓN

Javier Santolaria, que pasó de ser católico no practicante a obispo regional de las iglesias evangélicas de Andalucía y de Ceuta, proyectará el miércoles y el jueves el capítulo de ‘The Chosen’ sobre el nacimiento de Jesús

FOTO G.S.
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Con 25 años, Javier Santolaria era católico no practicante y vendía entradas en el antiguo Cine África. Recuerda que un compañero de trabajo, en sus tiempos libres, solía sacar la Biblia y la leía. Al joven siempre le causaba la misma sensación de extrañeza, y nunca le dio demasiada importancia, hasta que vio aparecer a un grupo de jóvenes de su edad, que se detuvieron con el aficionado a la lectura bíblica para entablar una conversación sobre el Evangelismo. Hasta aquel momento, Javier pensaba que “la religión era cosa de personas mayores”, y ver a aquellos chicos “expresando su fe y confianza en Jesús” terminó por “despertar” la semilla que, cree, llevaba toda su vida en “lo más profundo de su corazón”.

Han pasado 25 años desde que Javier Santolaria, pastor de la Iglesia Evangélica de Ceuta desde 2002 y obispo regional de las Iglesias de Andalucía, le dijo “sí a Jesús, al Evangelio y a Dios”. El centenar de hermanos que conforman su comunidad local se prepara para la celebración de la Navidad, por la que organizarán un culto especial el domingo, 22 de diciembre, a las 19:00 horas en su templo, ubicado en el número 54 de la calle Romero de Córdoba. Para entonces habrán afinado la batería, el bajo, la guitarra eléctrica y el resto de instrumentos con los que el coro góspel vestirá de música la palabra de Dios.

Para divulgar “el verdadero sentido” de las fiestas en torno al cumpleaños de Jesús, la comunidad evangélica ha preparado la proyección del episodio dedicado al nacimiento del profeta de la serie internacional The Chosen. Este miércoles, día 18, a partir de las 20:00 horas, el Centro Cultural de la Estación del Ferrocarril, acogerá la sesión, que será gratuitas y abierta a todo el que quiera acudir. El jueves repetirán la actividad en su iglesia. Con este evento pretende Santolaria cumplir con la misión que, opina, los cristianos tienen en este tiempo: “salvar la Navidad”, que “está rodeada de varios elementos que, aunque buenos y festivos, esconden el verdadero regalo”.

El pastor evangelista posa en la librería 'Palabras de Vida', perteneciente a la comunidad religiosa. / FOTO G.S.
El pastor evangelista posa en la librería 'Palabras de Vida', perteneciente a la comunidad religiosa. / FOTO G.S.

Para el pastor, celebrar la Navidad con luces, regalos y árboles, pero sin pensar en Jesucristo, “es como organizar un cumpleaños y que el cumpleañero no esté invitado a la fiesta”. Acorde al pensamiento evangelista, festividades como la conmemorada en diciembre sirven para recordar que la humanidad “necesita un salvador” que la ayude a “deshacerse del pecado”, que las personas llevan “innato” en su naturaleza. Pero, para la Iglesia Evangélica, el ser humano no tiene por qué estar libre de pecado para alcanzar la salvación.

Es uno de los aspectos que los diferencia de los católicos. “Creemos que, para obtener o recibir la salvación de Dios en la persona de Jesucristo, solamente se necesita un acto de fe de la persona”, explica Santolaria sentado con las manos dispuestas sobre una mesa de madera, rozando con su derecha el borde de una biblia abierta. Es este el único libro sagrado que los evangelistas dan por bueno, ningún otro. Es “donde se encuentra todo lo que Dios ha querido dar a conocer al hombre”. “Nuestra norma de fe y conducta es la palabra de Dios”, insiste.

Es por esto que ni creen ni veneran, cual si fueran “semidioses”, a personajes como María o José, aunque sí admiran “su fe” o que “decidieran aceptar el plan de Dios en sus vidas”. Tampoco rinden culto a las imágenes. El único símbolo presente en la iglesia ceutí es una cruz vacía, como recuerdo del sacrificio de Jesús “por todos”.

El celibato y el “amor incondicional”

Y, dado que creen que solo es posible hablar con Dios de forma directa, sin intermediarios, carecen de “mediadores”. Los pastores “juegan un papel importante a la hora de cuidar a las personas”, además de contribuir a difundir el mensaje. La condición de pastor -o de pastora, ya que no diferencian entre hombres y mujeres- “no es incompatible con tener una vida familiar o social”. “Creo que la familia es un regalo, un don de Dios”, expresa Javier. Felizmente casado y padre de tres hijos, Santolaria asegura “respetar mucho” a aquellos pastores “que voluntariamente deciden vivir en exclusiva para Dios”. “Ahora, si es algo impuesto, en contra de la voluntad de la persona, sí que me duele”, matiza.

“Con Jesús me di cuenta de dónde vengo, ahora entiendo por qué estoy aquí, y sé adónde voy. Eso le da un propósito a mi vida”, reflexiona sentado con una estantería llena de libros de fondo. En el local de la librería de su comunidad, ‘Palabras de Vida’, ubicada en el número 5 del Paseo de la Marina, confiesa que la fe ha frenado “esa insatisfacción en el corazón” de quienes buscan respuesta a “esas tres preguntas fundamentales en la vida”, que, según opina, se hace todo individuo en algún momento, “independientemente de que sea religioso o no”: “¿de dónde vengo?, ¿por qué estoy? Y ¿a dónde voy?”.

En 'Palabras de Vida' también tienen ejemplares de libros sobre cristianismo escritos en árabe. / FOTO G.S.
En 'Palabras de Vida' también tienen ejemplares de libros sobre cristianismo escritos en árabe. / FOTO G.S.
El coro de la Iglesia Evangélica ameniza una de las reuniones de la comunidad religiosa. / FOTO CEDIDA
El coro de la Iglesia Evangélica ameniza una de las reuniones de la comunidad religiosa. / FOTO CEDIDA

Santolaria suele hablar con Jesús como quien habla con un amigo, “y es que Dios quiere que hablemos con él de esa forma”. Hubo algo que le cautivó especialmente en sus inicios, cuando aún vendía entradas en el Cine África y su compañero leía la Biblia en los descansos. Descubrió “el gran amor de Dios en la persona de Jesucristo”. “Me di cuenta de que no podía encontrar una persona que me ame tan incondicionalmente como Jesús”, confiesa. “Dios me ama tal y como soy y no como debería ser”, añade.

El hallazgo se lo agradecerá siempre a aquel grupo de jóvenes evangelistas que un día se acercaron hasta el cine donde trabajaba. Se reunían una vez a la semana, y Santolaria aprovechaba su día de descanso para unirse a los encuentros que mantenían en la calle Velarde. Eran horas de “amistad, de compartir, de preguntar cómo le había ido el día al otro”, y, de paso, “alguien compartía algo de la palabra de Dios, y tenían un tiempo de oración”. En paralelo, el ceutí se interesó en la lectura de su compañero. Comenzó a “intentar leer la Biblia”, a conocer en profundidad “el libro que más se vende cada año y el que menos se lee”.

Poco a poco fue acercándose a la fe. “Hasta que Dios despertó mi corazón. Tomé la decisión de seguir a Jesús, de entregarle mi vida, porque tuve un encuentro que me cambió para siempre”. Cuando lo tuvo claro marchó hasta Alemania para estudiar Teología en “la cuna de la Reforma”. Después de tres años regresó a Ceuta, donde estuvo un año de prácticas con el pastor al que, ya en 2002, sucedió. “Hasta el día de hoy”.

El Evangelismo

La Iglesia Evangélica de Ceuta, que dio sus primeros pasos, con algún que otro obstáculo, en un 1958 marcado por el catolicismo instaurado por el gobierno dictatorial de Franco, cuenta actualmente con más de 100 hermanos y una programación activa. Cada martes organizan una reunión de oración, “donde las personas presentan sus necesidades”. “Por ejemplo, viene alguien que tiene un familiar enfermo y quiere que oremos a Dios por su vida”, explica el pastor. También cantan, como es común en sus reuniones. Los jueves realizan estudios bíblicos, los sábados se reúnen los jóvenes y, por último, el domingo celebran “el culto principal”, a las 12:00 horas.

Los primeros evangelistas ceutíes tuvieron que luchar contra unos estigmas que, cree Santolaria, van superándose hoy día gracias a “las tecnologías” y el fácil acceso a la información. Aunque lamenta que todavía hay personas que confunden el Evangelismo con “otras ramas del cristianismo, otros grupos”, y los asocian a alas radicales que están lejos del espíritu y las creencias de los evangelistas. “Gracias a Dios, hoy en día, en Ceuta hay ya bastantes personas que saben lo que somos y quizás comparten también con otros familiares”, expresa.

Libros sobre religión cristiana en la librería 'Palabras de Vida'. / FOTO G.S.
Libros sobre religión cristiana en la librería 'Palabras de Vida'. / FOTO G.S.

La Iglesia Evangélica, nacida de la Reforma luterana en el siglo XVI, supone “la vuelta a las Escrituras”, supone “dejar de lado las tradiciones, los mandamientos de los hombres”. Los reformadores “volvieron a la fuente, a que la palabra de Dios fuera la norma y la conducta de fe del cristiano”. Hasta toparse con la mirada evangelista de la religión, Javier Santolaria nunca pensó demasiado en la fe.

Sus padres lo bautizaron en una pila católica, y un sacerdote le dio a tomar su primera comunión. Pero llegó un momento en su vida en que quiso “descubrir” por sí mismo, más allá de lo que sus padres le habían inculcado. “No por tradición, sino por convicción”. Y, en el Cine África, intrigado por su compañero e inspirado por aquel grupo de jóvenes católicos, descubrió “el amor más incondicional” en Dios y Jesucristo.

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