Explosivos del Ejército retrasan las obras para dotar de 817 tumbas el cementerio musulmán
FOMENTO
Múltiples complicaciones obligaron a Fomento a buscar otra parcela, donde se construirán 250 tumbas gracias a un proyecto de un millón de euros que se pondrá en marcha el próximo lunes

Al cementerio musulmán de Ceuta le quedan poco más de 100 tumbas disponibles. En cuestión de un mes fueron enterradas más de 20 personas. A este ritmo temen su encargado y el grupo parlamentario MDyC que la comunidad se quede pronto sin lugar donde dejar descansar a sus seres queridos. La portavoz del partido, Nadia Mohamed, ha vuelto a llevar la cuestión al pleno de este viernes. No entiende cómo es posible que ahora el Gobierno pretenda ampliar el camposanto con unas obras de emergencia cuando desde el año 2016 -que llevan advirtiendo sobre el problema- “han tenido tiempo de elaborar un proyecto en condiciones”.
El consejero de Fomento, Alejandro Ramírez, ha garantizado que tanto su área como la de Sanidad -con competencias en materia de cementerios- llevan dos años inmersas en un trabajo constante para lograr una ampliación digna de las necesidades trasladadas por la comunidad, pero las circunstancias no los han acompañado. El proyecto inicial -1.7 millones de euros-, que concebía la construcción de 827 tumbas, tuvo que ser paralizado -tras una licitación infructuosa- en varias ocasiones tras el hallazgo de artefactos explosivos bajo tierra.
La posibilidad de que existan muchos más los ha llevado a detener los trabajos hasta licitar otro proyecto de estudio geomagnético que les costará, al menos, 100.000 euros y se demorará durante meses. En paralelo, debido a que, entre obstáculo y obstáculo, las tumbas disponibles siguen disminuyendo, han tenido que licitar un nuevo proyecto en una zona menos eficiente, donde, por una cantidad similar -1.4 millones de euros- habilitarán un total de 250 tumbas. El consejero ha informado de que “a partir del lunes comienzan de lleno las obras en esa zona”.
Es esta la actuación de emergencia que criticaba Mohamed y que Ramírez ha calificado como “la única opción”, que les permitirá tener “200 enterramientos casi de manera inmediata”, y, progresivamente, alcanzarán las 250. No abandonarán las áreas de Fomento y Sanidad el proyecto inicial, el de las más de 800 tumbas.
Ramírez desglosó la cronología del cementerio musulmán desde que en enero de 2023 lograron licitar el primer proyecto de obra para la ampliación, por un valor inicial de en torno al millón de euros. Quedó desierto el 2 de marzo. Esto forzó a los técnicos de Fomento a rehacer el proyecto de ejecución al objeto de incrementar algunas partidas. El tipo de material que usarían había visto aumentado su precio por aquel entonces, por lo que tuvieron que hinchar el presupuesto, que llegó a 1.7 millones de euros, en un plazo de ejecución de 8 meses.
Se volvió a licitar y, por fin, fue adjudicado el 7 de mayo de 2024. Las obras comenzaron el 6 de junio. El primer problema -o segundo, si se cuenta la licitación infructuosa- surgió poco después de que se iniciaran las obras. Al comenzar a perforar se toparon con que el tipo de roca del terreno no había sido prevista en el pliego. Tuvieron que volver a modificar el proyecto recogiendo esta necesidad. En junio continuaron los trabajos, por poco tiempo. Con los primeros movimientos de tierra se toparon con un nuevo escollo: un artefacto explosivo militar, que tuvo que ser detonado por la Policía Nacional siguiendo el protocolo.
Tuvieron entonces que realizar un estudio geofísico con magnetómetros para ver posibles elementos similares que pudieran reposar en la zona. Estuvo a cargo de la Comandancia General de Ceuta, que cuenta con maquinaria con ciertas limitaciones, ya que tan solo puede detectar aquellos explosivos que se encuentran a una profundidad considerable. El 8 de agosto continúan las obras creyendo que no habría más incidencias, pero las hubo. El 9 de noviembre se topan con un nuevo artefacto a mucha más profundidad del anterior.
La dirección de obra y la empresa adjudicataria entendieron que era motivo suficiente para paralizar las obras, debido a que no podían estar seguros de que no hubiera más artefactos similares, lo cual podía poner en peligro a los trabajadores. Esta vez el problema no tenía una rápida solución: la profundidad a la que habían encontrado el artefacto requería de maquinaria superior a aquella con la que contaba la comandancia. Debían someter el terreno a un estudio geomagnético que solo pueden llevar a cabo dos empresas españolas y que les costará 100.000 euros. Una vez finalizado el estudio, habrá que deshacerse de los artefactos, lo cual implica aún más tiempo de espera.
Este proyecto se encuentra en proceso de licitación del contrato para realizar el estudio. El tiempo que les llevará es indeterminado, por lo que no les quedó más remedio que presentar el proyecto de emergencia por el cual construirán 250 tumbas en total.
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