Los Amaziguíes o el noble pueblo bereber (Capítulo II)

José María Fortes Castillo

Alo largo de varios milenios la lengua Bereber, Tamazight, hablada a lo ancho de tan extensísimo territorio y a través de tanta gente dispersa se ha ido en las hoy casi treintenas de lenguas y cientos de dialectos, sin contar con los dialectos o lenguas que como el guanche de las Islas Canarias hace ya tiempo que desaparecieron.

Hoy, la población bereber está extendida por sus tierras de orígenes, pero sin ningún protagonismo político-administrativo en ninguno de los países, que siguen estando en manos de aquellos descendientes de los árabes omeyas que invadieron todo el Norte de África en el siglo VIII. El país que cuenta con mayor población bereber, es Marruecos, con una población “oficial” de 6.500.000 habitantes, Seguida de Argelia con 2.400.000, Níger registra una población de 1.350.000 y le siguen Libia con 60.000, Mauritania con 35.000. Egipto con 6.000 y por último Túnez, con 5.000. Estos datos son puestos en duda, dado que los partidos políticos que gobiernan en estos países, tratan de ocultar la realidad por el temor a que la unión del pueblo amazigh, haga peligrar su privilegiada situación al frente de dichos gobiernos. La realidad, es que solo en Marruecos, la población bereber o amazigh, supera los 20 millones de habitantes y como dato orientativo que nos viene de ejemplo, es el siguiente: En las escuelas donde lo amazigh es tachado por parte del poder de bárbaro, propio de salvajes, algo primitivo en el sentido despectivo. De hecho, hasta 1956 el árabe dialectal y el amazigh se hablaban indistintamente en las escuelas, pero en ese año (reciente la independencia de Marruecos), se abolió la enseñanza del amazigh por presión del Istiqlal, el todopoderoso partido marroquí. Otro ejemplo, quizás más crudo y triste, viene dado por lo señalado por algunos autores que recuerdan el fuerte shock que sufren los niños de las montañas cuando llegan a la escuela y el maestro les habla en árabe. El lector puede encontrar algunos ecos de esta realidad en la sugerente mirada que Mohamed Chukri (1992) vierte en la novela “El pan desnudo”.

De hecho, la situación del pueblo amazigh en Marruecos, no es nada cómoda. El poderoso partido del poder, Istiqlal, se encarga que ningún bereber ocupe cargo de relevancia ni desempeñe profesión alguna que pueda hacer peligrar su “estatus in excelsis” que mantienen desde que dejaron de ser un protectorado. Valga como ejemplo lo siguiente:

“Cuando Francia obliga a Mohamed V a abandonar Marruecos en 1953, da inicio en las tribus rifeñas un movimiento de desaprobación a la expulsión del sultán Ben Yusef , al parecer con la aprobación, beneplácito, incluso ayuda de la Alta Comisaría española. En 1955, los rebeldes rifeños habían creado un Ejército de Liberación, con el propósito de llevar a cabo actos de fuerza, con el fin de restaurar al sultán e independizar a Marruecos.

En pago a los esfuerzos rifeños por restaurar de nuevo al sultán Mohamed Ben Yusef, tras la independencia, no fue otro que el total abandono de la zona y la incorporación de caídes procedentes del sur del país en todas las cabilas del Rif.

La veneración que el pueblo rifeño tenía por su sultán, hizo que muchos militantes rebeldes, que pertenecían a las Fuerzas del Ejército de Liberación, se sintieran defraudados. Se habían alistado por recomendación del sultán, a las Fuerzas Reales marroquíes, que se estaba creando bajo el patrocinio del príncipe Hassan. En julio de 1956, en una rápida visita del sultán al Rif, agradece a los rifeños el alistamiento de soldados del Ejército de Liberación en las Fuerzas Reales afirmando que era un paso muy importante en el camino de la estabilidad interna.

Pasado dos años, a finales de 1958 y tras el convencimiento del abandono por parte de la casa Real de la zona rifeña, estos se dan cuenta que todo fue un engaño, que no existía ningún agradecimiento por parte de Mohamed V, al gesto antifrancés del pueblo rifeño o bereber y que fueran los primeros voluntarios en la formación del «Ejército de Liberación» El rey (ya se había autoproclamado rey en 1957 y al sultanato de Marruecos como reino), no había olvidado los graves problemas que las tribus rifeñas, en su empeño de conseguir una república independiente, habían causado a su padre, el sultán Muley Yúsuf, hasta su muerte en 1927.

Los líderes rifeños ya no pudieron seguir manifestando su adhesión al monarca. En octubre de 1958 la situación en la zona norte se fue complicando por momentos. Fueron continuos los actos de sabotaje, pretendiendo con ello llamar la atención de la población y de la prensa internacional. El Gobierno marroquí con el fin de debilitar a los rebeldes, decidió detener a los líderes rifeños, Khatib y Ahardán, acusándoles de ser los instigadores de manifestaciones antigubernamentales donde se pronunciaban discursos incitando a la revuelta y la agitación.

El Consejo de Ministros, reunidos con el sultán en Fez el 3 de octubre, ordenó una investigación sobre los líderes rifeños detenidos. Según el diario pro-istiqlalí Al Alam «los sucesos en el norte se estaban convirtiéndose en una anarquía a la que se debía de poner coto». Este periódico acusaba a «potencias extranjeras» de surtir armas a los grupos rebeldes del Atlas Medio y del Rif que luchaban contra el Gobierno por ser este de tendencia istiqlal. Desgraciadamente en aquella época la censura en la prensa española, apenas informaba de los acontecimientos en tierras tan cercanas. En noviembre de 1958 y ante el recrudecimiento del conflicto, algunos periódicos como el Ya, Madrid, ABC, etc. Incluyeron breves referencias a los sucesos. El diario ESPAÑA que se editaba en Tánger y era vendido en España, sufrió un control y censura tan intensa, que le llevó a los pocos años a la desaparición.”

También te puede interesar

Lo último

stats