Proyectos para avanzar, no contaminados por el odio y la descalificación

Mejorar la calidad de vida y que nuestro país soslaye las dificultades que pueden afectar a la ciudadanía, es algo que merece la pena abordar por quienes gobiernan. Lo importante es que nuestro país o cualquiera de nuestros territorios consiga alcanzar los mejores resultados y que éstos recaigan en cada ciudadano.
Cada vez se oye más ruido al que va unido la crispación y el malestar. Me preocupa que un sector de la población se desentienda de los problemas del país y que se aleje de lo que no tiene relación con sus dificultades particulares. Hay temas y proyectos del país que nos afectan a toda la ciudadanía, como son la situación económica y los proyectos para dinamizarla y afrontar las necesidades. Un pensionista recibirá su pensión en función de decisiones del Gobierno y del Parlamento; un joven podrá decidir alquilar una vivienda con más o menos ayuda por decisiones que no dependen exclusivamente de él, por su parte el propietario de la vivienda puede tener más o menos tranquilidad si le garantiza la Administración el cobro del alquiler; el uso del transporte tiene un precio diferente si las cercanías u otras distancias están subvencionadas; al igual sucede con los damnificados de la Dana o del volcán…
Afortunadamente el Gobierno ha conseguido solventar el rechazo de algunos grupos políticos, entre ellos el PP principal grupo de la oposición. Ha reconducido el problema y ha aprobado los Proyectos para que todos los sectores sociales se vean beneficiados, especialmente los jubilados. Mientras los gobiernos de Rajoy subían la pensión un 0,25 % y el país arrojaba unos resultados económicos muy bajos en crecimiento, con un pobre resultado en el empleo, ahora, España está en la vanguardia de Europa y de la economía mundial, hecho que ha sido puesto de relieve por los principales órganos y medios internacionales.
Es importante que no se pierda la sensatez y el control del timón de nuestra economía por los dirigentes gubernamentales. Nuestro país necesita continuar por la senda del crecimiento, con proyectos que nos permitan seguir avanzando, para la atención de las necesidades básicas y sin dejar de perder nuestra competitividad. Con eficacia y sin complejos, y sobre todo, apostando por un horizonte transparente por encima del odio y las descalificaciones. Desgraciadamente hay organizaciones políticas cuya finalidad es destacar lo negativo y no les importa hacerse eco de bulos. Buscan resaltar lo que puede desacreditar o descalificar la Gobierno, para que el país viva continuamente preso de malas noticias. Nuestra Constitución y las leyes no permiten que la legalidad se desvíe un ápice de los acuerdos del Consejo de Ministros. Decisiones que nos están haciendo avanzar. Claro que sería un error pensar que todo está resuelto, pero también es un error que se genere un pesimismo y la desconfianza en nuestras instituciones, que es lo que pretenden algunos.
El mundo está atravesando una situación difícil, acrecentada con la filosofía y medidas que pretende implementar el recién elegido presidente de los Estdos Unidos. La insolidaridad, el desprecio a los derechos humanos y la atribución de conseguir engrandecer a su país, a costa de lo que sea, no debe hacernos perder el rumbo. La Unión Europea hace bien con defender sus intereses, que también son los nuestros. Es el momento de la unidad y sin complejos dar una respuesta coherente y con firmeza si comercialmente pretenden atacarnos.
Nuestro presidente del Gobierno está reaccionando con serenidad, afrontando nuestros retos y cumpliendo los objetivos que son más eficaces para nuestro país. También aportando su colaboración para que la Unión Europea no se arredre ante posibles acciones de Trump que nos perjudiquen.
Los proyectos para avanzar son los que contribuyen a sacarnos de nuestras dificultades, mientras que el odio y la descalificación no ayudan a nadie, incluso a los que diariamente están destilándolos. Es importante no dejarse atrapar por estos procedimientos, restan energías que se necesitan para abordar los problemas de un modo asertivo, eficaz y positivo.