COLABORACIÓN
“Menos mundiales y más hospitales”
Como buen testimonio histórico de que el carnaval ceutí tuvo un gran auge en siglos pasados fue la publicación de unas bases para regir el concurso de 1892. El alcalde Ricardo Cerni tras reunirse con la comisión de fiestas del Ayuntamiento hizo público una nota oficial:
“Deseando el cuerpo capitular que presido que durante dicho carnaval se patente una vez más, por este vecindario, el alto sentimiento de cultura que le distingue y que en todas las fiestas públicas ha sabido siempre demostrar; he acordado como estimulo y afín de que no decaiga el justificado concepto que merece por tan preciada como honrosa cualidad establecer los premios siguientes. Se adjudicará un premio de 500 pesetas para aquella comparsa compuesta de seis o más personas que durante los tres primeros días de carnaval próximos, se distinga llamando más la atención general por el lujo o ingenio que despliegue en sus disfraces y coplas. Así mismo se adjudicará otro premio de 150 pesetas, a la máscara sola o comparsa compuesta de menos de seis personas que reúna iguales condiciones que la anterior señalada. También se adjudicará otro premio que lo constituirá un precioso objeto de arte propio para obsequiarse a la señora que se presente en los paseos públicos o en los bailes de sociedad con el mejor o más ingenioso disfraz”.
También anuncia la corporación municipal que se formara un jurado censor compuesto por dos concejales, representantes de las asociaciones organizadoras de los distintos bailes y cuatro vecinos que reúnan conocimientos artísticos adecuados.
Los premios se entregarán el último día de carnaval y el jurado tendrá un lugar fijo, y, para tal efecto, se construyó una tribuna en el Paseo del Rebellin, en la fachada del teatro Variedades, donde también se daban bailes, este se construyó en 1888 y era un local amplio con sala de butacas, platea, bar y un foso para los músicos. El jurado anunció que estará en esta tribuna los tres días que dura el carnaval entre las 14,00 y 16,30 horas, así como en los distintos bailes de máscaras.
El buen orden y la moralidad estaban siempre en primera línea y los gobernantes de aquella ceuta de últimos del siglo XIX, no estaban dispuesto a que algunos se pasaran con sus coplillas y disfraces. Por este motivo el comandante general y ceutí Miguel Correa y García, publicó un bando que se reproducen en los diarios de la época recomendando a sus paisanos moderación en las coplas y sobre todo no utilizar en ellas temas militares, eclesiásticos y de personalidades. El alcalde, siguiendo la estela censora del comandante general no se queda atrás y publica otro bando:
“Queremos la corporación municipal advertir al sensato vecindario de esta ilustre población que si bien la fiesta referida representa momentos para el mismo de justa expansión y verdadero solaz, también es cierto que debe presidir en estas diversiones el orden, la compostura y la discreción que imprime siempre en sus demostraciones de júbilo, todo pueblo culto. Por lo tanto, esta alcaldía recomienda encarecidamente a todo el vecindario que cuide y se abstenga de producir desperfectos algunos en jardines y en los paseos públicos, pues de lo contrario, se verá precisa a imponer sin contemplación de ninguna especie el más enérgico correctivo a los contraventores de esta disposición”.
Algunas asociaciones quieren colaborar con el Ayuntamiento y recaudan dinero para los premios, así los Casinos Africano y Círculo de Ceuta, aportan cada uno 50 pesetas. Los diferentes diarios locales siguen resaltando la gran animación que existe en la ciudad para los próximos días de carnaval.
El semanario “El Sinapismo” del día 26 de febrero de 1892 escribe que un gran número de grupos se están inscribiendo en el concurso y las distintas sociedades culturales y recreativas están ultimando sus bailes. En el periódico se pueden leer anuncios del “Circulo de Ceuta”, “Casino Africano” o la Sociedad “La Unión”, este último, como dato curioso organiza un baile con el nombre “baile anticristiano”, todos ellos se realizarán en el Teatro Variedades.
Una vez terminado este carnaval el semanario El Sinapismo, escribe esta curiosa crónica: “Entre las muchas mascaras que a pesar del mal tiempo allí estaban se hizo notable una murga de numerosas señoritas que causó con sus coplillas una gran animación en la noche del baile del domingo de piñata.
El baile termino a la cuatro de la madrugada, ahora debemos empezar a guardar los preceptos religiosos y volver a nuestra natural cordura y juicio”.
El jurado tras ver los diferentes grupos dio como vencedora al grupo presentado por el Colegio Santa Ana, pero este anuncio que no querían el premio ya que llevan varios años saliendo y no necesitan ninguna distinción para recorrer las calles de Ceuta. El jurado vuelve a reunirse y otorga las 500 pesetas al grupo “Gato-Mono-León-etc.”. Y el premio a la mejor mascara con 150 pesetas se reparte entre Francisco Haro, disfrazado de poeta y Cristóbal Navarro de Indígena Americana. Y una mención honorífica para el grupo formado por la banda del Regimiento Nº 16, que durante los tres días de carnaval estuvo por el Paseo del Rebellin con alegres marchas.
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