Un mes de espiritualidad y convivencia

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Con la llegada del Ramadán, Ceuta se viste de espiritualidad, recogimiento y, sobre todo, de convivencia. Para nuestros vecinos musulmanes, este mes sagrado representa un tiempo de introspección, ayuno y acercamiento a lo divino. Desde aquí, queremos desear un Ramadán Mubarak a todos aquellos que inician este fin de semana este importante camino espiritual.

En una ciudad tan diversa como la nuestra, donde casi la mitad de la población practica el Islam, el Ramadán no es solo una celebración privada, sino una vivencia compartida.

Las noches se llenan de aroma a harira y dulces tradicionales, y el ambiente se torna más pausado y reflexivo. Es un mes en el que, aunque no todos ayunemos, todos podemos aprender de la paciencia, la empatía y la solidaridad que esta práctica conlleva.

La convivencia es una de las joyas de Ceuta, una tierra donde las campanas y los almuédanos conviven en perfecta armonía. El Ramadán nos recuerda la importancia de respetar, compartir y entender las tradiciones del otro. Es, en definitiva, una oportunidad para seguir construyendo esos puentes que nos hacen una comunidad más fuerte y más unida.

Además, no podemos olvidar la enorme labor solidaria que se realiza durante este mes. Asociaciones, familias y particulares se vuelcan en ayudar a quienes más lo necesitan, un ejemplo que deberíamos seguir durante todo el año. Porque la generosidad y el cuidado al prójimo no entienden de credos, sino de humanidad.

Así que, mientras se encienden las luces del iftar y las familias se reúnen para romper el ayuno, todos en Ceuta podemos sentirnos un poco parte de este momento tan especial. Ramadán Mubarak, con el deseo sincero de que este mes traiga paz, salud y felicidad a todos los hogares.

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