Tras 46 años de condena, recuperamos la libertad

Coro de Ceuta en el Gran Teatro Falla de Cádiz. / FOTO ARCHIVO DE PACO SÁNCHEZ
Coro de Ceuta en el Gran Teatro Falla de Cádiz. / FOTO ARCHIVO DE PACO SÁNCHEZ

Hoy llegamos al final de estas diarias citas con la historia del carnaval, con el regreso del carnaval en 1983 tras 46 años de condena, oscuridad y censura. El Ayuntamiento de Ceuta, reorganiza y revive la fiesta, la corporación municipal estaba presidida por Ricardo Muñoz y el concejal responsable de poner toda la maquina en marcha fue Juan Lázpita y se fijó que los días serian 25,26 y 27 de febrero. El cuartel del Rebellin (antiguo cuartel de Sanidad) en la calle Padilla lugar de encuentro para las máscaras y el Cine Derramar en la barriada de San José como improvisado teatro para que cantaran las agrupaciones.

El día 26 se celebra la cabalgata y fue todo un éxito, se pudo contar por kilómetros los participantes en esta caravana multicolor, podríamos recordar algunos grupos como “Los Biberones” (Orozco) con la apertura de la verja (1º premio); “Entierro de Rumasa”, paco Moreno (Reportero de TV), Tutam-Jamón y tantos otros. Al concurso de agrupaciones se dan cita cuatro grupos, una comparsa “Renacimiento Caballa” y tres chirigotas “Las Momias currantes”, “El Séptimo de Michigan” y “Los presos diarios de la cuarta galería”.

Si existe una agrupación de carnaval que represente el amor por estas fiestas y aglutine a todos los que de alguna forma vivimos esta fiesta es “La Chirigota del Mixto”, liderada por Valeriano Hoyos. Recordemos que en 1983 fueron “Los presos diarios de la cuarta galería”, su director comenta como fue ese principio: “Ese año sólo ensayamos ocho días y como anécdota principal fue que llevábamos un bombo y una caja que nos habían dejado lo que antiguamente se llamaba la “banda del asilo” (bombo y caja del ejercito). El presupuesto fue de 9.500 pesetas y ganamos el primer premio de 30.000 pesetas, como verás fue totalmente rentable y eso que no tocamos con guitarras”.

Valeriano continúa contando la historia de su agrupación. “En 1984, fuimos “Las marionetas de la cuerda floja”, la primera vez que usamos las guitarras, el presupuesto fue algo superior pero no mucho. Compramos bombo y caja, éramos en realidad una chirigota totalmente callejera y fuimos el segundo premio. Al año siguiente “Los pintores de la brocha gorda”. En ese año ya se unió Juan Cepero, el célebre Juan Bolillo. Recuerdo la gran cantidad de actuaciones de aquel año y lo que nos reíamos con las ocurrencias de Juanito. Fue el primer año que hicimos una grabación el Cassette y fuimos segundo premio”.

Coro de Ceuta en el Gran Teatro Falla de Cádiz. / FOTO ARCHIVO DE PACO SÁNCHEZ
Coro de Ceuta en el Gran Teatro Falla de Cádiz. / FOTO ARCHIVO DE PACO SÁNCHEZ

“En 1986, nos llamamos “Nos tocó el gordo”, ese año estaba yo en la mili y no compuse nada, quizás por eso fuimos el primer premio. Juan hacía de bolillo con el número 88 y desde entonces también se le quedó el mote de “Juan el Bolillo”. Aquel año se grabó un disco y la presentación fue aquello de...” buenas noches señoras, buenas noches señores... nos presentamos...”. Al año siguiente “Mariano Lambreta y el pelotón Majareta”… Fue mi primer año dirigiendo el cotarro aunque siempre (como no soy tonto) me he apoyado en las personas que pueden aportar. Aquel año pedimos un “teatro en condiciones...” y recuerdo que el presupuesto fue irrisorio (íbamos con camisetas adornadas con telas pintadas con rotulador). Callejera donde las haya, recuerdo la buena temperatura que hizo aquel febrero e incluso un chapuzón que nos dimos en la extinta, fuente de la plaza de la Constitución”.

En 1988, descansaron como grupo, y algunos se unieron a la comparsa de Andrés Peña “Pasión Loca”. “Tuvimos motivos para montar la nuestra por lo que respecta a las guitarras, así que para algunos del grupo (Juan Cepero, Javi Astorga, Rafa Alonso –baba- y yo) nos fuimos con Andrés. No te quiero contar lo que nos reímos ese año a pesar de la seriedad de la comparsa. En 1989 “Sálvese quien pueda…...”. Los paracaidistas. Vueltas y vueltas que le dimos a cómo hacer un paracaídas pequeñito encima y que quedara bien. Al final lo solventamos y fue un año crucial en la chirigota: Aparte de incorporar a Javi Salas, dimos un giro en preocuparnos en cantar de otra forma, incluyendo la segunda voz y en parar y templar algo lo trepidante de nuestros repertorios. Fuimos segundo premio, y empezamos lo que después se ha llamado el “dominguito”. Nos fuimos ese domingo de carnaval a tomar algo a la calle, a las nueve de la mañana y fue muy gratificante la experiencia, tanto que se repitió e incluso se ha institucionalizado”.

“Ya en 1990 fuimos “Tarzán chita y un puñado de chiribitas”, yo no quería ser Tarzán, tenía pensado que fuera Juan, pero éste decidió no salir y el grupo quiso que fuera yo. Las pasaba canutas para hacer pipí porque la cremallera estaba en la espalda del mono que llevaba. Callejera, muy callejera, recuerdo cantar la presentación en plena calle real donde el “Manzini” (chita) y no estábamos interpretándola colgado de uno de los naranjos, mientras todas las chiribitas nos rodeaban y la gente mirando el espectáculo”.

“En 1991, nos fuimos de mochila y sacamos: “El 31 de octubre por la noche te tomas una tila que al día siguiente es la mochila”. La mochila como al final la conocíamos. Después de barajar muchísimos tipos se nos echaba el tiempo encima y tuvimos que improvisar con éste. No ensayamos mucho, pero creo, para mi gusto, que ha sido uno de los mejores pasodobles que ha llevado nuestra agrupación. Mucha garra cantando y un popurrí que, si bien no era de los que propiciaban la carcajada rotunda, era una historia contada y cantada. Segundo premio y a pesar de eso tengo un gratísimo recuerdo de esa chirigota”.

Y en esto llego Paco Fraiz y sacaron la chirigota “Los Amigos de Fray Paco” esto fue en 1992, “Joder... hasta los políticos me mandaron un emisario para que no cantara cierta canción, pero sólo por eso (y porque era buena, claro está) la incluíamos en la final. Los frailes, frailes de colores, con rosarios hechos con bolas de bingo y escapularios con la foto de Fraiz, Cantos gregorianos en los cuplés y un popurrí de tonterías que llegó bastante. Fue el primer premio de ese año que, recuerdo, no usé pantalones por ir con la sotana. En 1993 “Tar como zemos”, El dichoso programita de Tate Montoya donde invitaron a nuestra Ciudad. Lo parodiamos, al programa y a los que fueron a él y nadie se enfadó. Fue el primer año en que empezamos en serio con las grabaciones con Gabriel León, y para mi gusto es la más completa que hemos sacado. Primer premio.

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