Radioterapia en Ceuta: ¿de verdad no es viable?

Jesús Lopera lo ha dejado claro: con los números actuales, una Unidad de Radioterapia en Ceuta “no es viable”. Pero que algo no sea viable hoy no quiere decir que tengamos que conformarnos eternamente con lo que hay. Que solo haya 93 pacientes al año no es un dato menor, son 93 personas que están pasando por uno de los momentos más duros de su vida y que, encima, tienen que coger un helicóptero para poder tratarse. ¿De verdad no se puede hacer más por ellos?

Los argumentos técnicos del director territorial de INGESA son comprensibles. Tener una unidad especializada implica una inversión enorme y un equipo humano muy cualificado. Pero lo que no puede olvidarse es la dimensión humana del asunto. Estamos hablando de enfermos de cáncer, de personas que tienen que levantarse a las cinco de la mañana para coger un helicóptero, recibir una sesión de radiación y volver a Ceuta como si nada. A veces, hablar de eficiencia y cifras suena muy frío desde un despacho.

La comparación con otros hospitales comarcales tampoco sirve de consuelo. Que en Ronda o en otros lugares también tengan que desplazarse no debería ser el modelo a seguir. Al contrario, Ceuta debería aspirar a mejorar, no a conformarse con el “mal de muchos”.

Si hay que buscar fórmulas mixtas, convenios con clínicas privadas, o incluso una unidad satélite con apoyo externo, que se estudien todas las opciones posibles.

Por supuesto, nadie quiere que el cáncer se dispare en Ceuta hasta justificar una unidad propia. Pero lo que sí queremos es que la administración se esfuerce al máximo en buscar soluciones reales, creativas y dignas para quienes ya lo están padeciendo. Decir que “no es viable” sin más, es cerrar la puerta de un portazo a la esperanza de muchas familias.

Porque al final, de eso se trata: de dignidad. Y la dignidad de los pacientes oncológicos de Ceuta merece algo más que una negativa rotunda. Merece voluntad política, compromiso sanitario y, sobre todo, empatía.