EDITORIAL
Día histórico en Ceuta
Lo que está ocurriendo en las Urgencias del Hospital Universitario de Ceuta no es una anécdota puntual, sino una radiografía precisa del colapso estructural que arrastra nuestro sistema sanitario. Que un ceutí con un cólico renal —dolor de los que dejan sin aliento— tenga que pasar horas en un sillón por falta de camillas, es simplemente inaceptable. Y lo peor es que no se trata de un caso aislado. Lo mismo le ocurrió a otro paciente que, literalmente, suplicaba por una camilla sin éxito. ¿De verdad es esto lo mejor que podemos ofrecer?
Desde INGESA aseguran que las camillas son “flexibles” y que hay “varias”, pero los profesionales del hospital, que son quienes están al pie del cañón, dicen otra cosa: que solo hay dos camillas fijas y que se reorganizó el espacio de forma chapucera, quitando incluso una sala dedicada a extracciones. Es decir, se priorizó ampliar zonas con sillones en lugar de optimizar los recursos ya existentes. Y lo más grave es que esta falta de previsión lleva años repitiéndose, sin solución a la vista.
A esto hay que sumarle la vulneración sistemática del derecho a la intimidad de los pacientes, a quienes se sigue llamando por su nombre y apellidos en Urgencias, a pesar de que existen alternativas tecnológicas y legales claras, como el sistema de códigos alfanuméricos usado en otras comunidades. ¿Tan difícil es modernizar un mínimo este servicio para respetar la ley y la dignidad de las personas?
Y mientras los profesionales alertan del agotamiento y la escasez de personal que se avecina este verano —con una pérdida prevista de al menos cuatro médicos—, seguimos guardando una sala nueva “por si acaso”, con material envejeciendo entre telarañas mientras los pacientes se retuercen en sillas incómodas. Esto no es solo una mala gestión: es una falta de respeto a la salud pública.
Ceuta no puede seguir aceptando este maltrato sanitario como si fuera algo normal. Ya es hora de que INGESA, el Ministerio de Sanidad y las instituciones locales se pongan serios. Porque si el servicio de Urgencias está enfermo, lo estamos todos.
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