Emilio Postigo: «El modelo de sociedades municipales es eficaz»

ENTREVISTA

El dirigente de la Federación de Servicios a la Ciudadanía de CCOO considera necesario impulsar un convenio único que ampare a todos los trabajadores de las empresas públicas de la Ciudad

El secretario general de la FSC-CCOO, Emilio Postigo/FOTO ELPUEBLO
El secretario general de la FSC-CCOO, Emilio Postigo/FOTO ELPUEBLO

Pregunta.- Los sindicatos acaban de celebrar un Primero de Mayo en el que han defendido una plataforma reivindicativa de marcado contenido político. Ustedes advierten del avance de una marea reaccionaria que amenaza el estado del bienestar. ¿Creen realmente que los derechos de los trabajadores están en riesgo?

Respuesta.- Sí. Vemos día a día en el contexto geopolítico actual cómo la extrema derecha de los diferentes países está ganando mucha fuerza y mucho apoyo popular. Esto, por supuesto, va en detrimento de los derechos laborales. La extrema derecha no defiende ni piensa ni cree que los trabajadores y las trabajadoras tengan que disfrutar del reconocimiento de ciertos derechos en sus puestos de trabajo. Es una idea que choca con los posicionamientos ideológicos y empresariales de gobernantes como Donald Trump y de los empresarios que, como Elon Musk, le acompañan. Son la gente que se opone a que en Estados Unidos exista un salario mínimo interprofesional. Lo dicen abiertamente.

Aquí en España también lo vivimos con Vox. Son gente que vota sistemáticamente en contra de cualquier derecho laboral. Votaron contra la subida del salario mínimo interprofesional, contra la reforma laboral e, incluso, contra los ERTE durante la pandemia.

P.- Más allá de estas amenazas sobre las que ustedes alertan, los sindicatos pueden celebrar que una de sus más insistentes demandas acabará siendo atendida. El Consejo de Ministros aprobará en su reunión del próximo martes la reducción de la jornada laboral a 37,5 horas. ¿Cree usted que los empresarios aceptarán dócilmente esta medida?

R.- Decir que sí sería mentir. Los empresarios siempre se han opuesto a cualquier medida que considerasen contraria a sus intereses. Hubo una oposición enérgica a la subida del salario mínimo interprofesional porque decían que acabaría destruyendo miles de puestos de trabajo. A la postre, lo que hemos podido ver ha sido todo lo contrario. Hemos asistido a cómo se creaban muchísimos puestos de trabajo, cómo se mejoraban los salarios y los derechos de los trabajadores. Y, al mismo tiempo, a las empresas les ha ido bien, incluso mejor que en años atrás cuando tenía trabajadores en peores condiciones.

Todas estas medidas funcionan mejor que imponer la austeridad, favorecer salarios precarios y mantener a la gente en niveles de renta con los que apenas se puede sobrevivir.

P.- ¿Qué tipo de empresario es el ceutí?

R.- Muy diverso. Hay quien entiende que el progreso no solo debe beneficiarle sino que también debe alcanzar a los trabajadores. Claro que esto no es fácil llevarlo a la práctica.

Tenemos ejemplos como los de la negociación de los convenios colectivos de hostelería y comercio que todavía permanecen atascados. Las propuestas que hacen los empresarios son de mínimos. Hablamos de trabajadores cuyas retribuciones están congeladas desde hace más de una década. En condiciones como estas resulta difícil llegar a un acuerdo.

Entiendo que los empresarios defiendan sus intereses del mismo modo que los trabajadores defienden los suyos. Pero creo deberían abrirse un poco más a la realidad que se vive en esta ciudad. Deben ser conscientes de que si a ellos les ha ido bien, porque está demostrado que les ha ido bien, esto debe hacerse notar en mejoras retributivas para los trabajadores. Y es que, además, está comprobado que cuando a la gente le va mejor gasta más y esto, a su vez, revierte en el beneficio de las empresas.

P.- ¿Cree que en el punto en el que estamos llegaremos a ver algún día la extensión del plus de residencia al sector privado?

R.- Esta es una lucha que abandera CCOO desde hace muchos años. Queda mucho trabajo por hacer. Los políticos no defienden esta reivindicación con la voluntad que deberían, pese a lo que dicen en el pleno de la Asamblea y en sus manifestaciones públicas. Si los partidos nacionales creen realmente en esto, deberían trasladar esta demanda al Congreso de los Diputados para que se apruebe una iniciativa legislativa que establezca la obligación de pagar el plus de residencia. Esto acabaría con las discusiones. Y, sobre todo, ya no tendríamos que sentarnos con las empresas que se establecen en la ciudad y pelearnos para que paguen el plus de residencia. Esto no pasaría si existiera la obligación legal de aplicarlo.

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P.- La impresión de buena parte de los trabajadores en general es que los empleados públicos gozan de una especial protección de los sindicatos. ¿Están en mejor situación que el resto de los trabajadores?

R.- Sí, decir lo contrario sería mentir. Los trabajadores públicos gozan de una serie de derechos que han conquistado durante todo este tiempo y que les ha proporcionado una situación retributiva mucho mejor que la de los trabajadores del sector privado. Por eso peleamos para que los trabajadores del sector privado accedan también a esa indemnización por residencia que reivindicamos y que les puede acercar lo máximo posible a las retribuciones de los empleados públicos.

Sí, la situación es desigual. Son dos vertientes que se van separando cada vez más. Los empleados públicos van viendo mejoradas sus retribuciones, aunque también, todo sea dicho, gracias a mucho esfuerzo, mucho trabajo y mucha reivindicación. Estos son avances de los que los trabajadores del sector privado no están disfrutando.

P.- ¿Considera que hace falta personal en las administraciones públicas?

R.- Sí, dependiendo de los servicios. Si hablamos del sistema sanitario público, creo que es una evidencia. No solo faltan médicos que cuiden de la salud de todos sino también personal de administración para evitar que los trámites se eternicen.

El del sistema sanitario es un ejemplo claro, pero también existen otras administraciones que necesitan personal. Lo vivimos cuando la Seguridad Social se enfrentó a la gestión del Ingreso Mínimo Vital. También lo experimentamos durante la pandemia. El Servicio Público de Empleo Estatal amplió plantillas para después dar un paso atrás y volver a quedar en una situación de mínimos. Hay otros ejemplos.

P.- Los planes de empleo han sido objeto de severas críticas de sindicatos y partidos con el argumento compartido de que no resultan eficaces para crear puestos de trabajo reales. ¿Cree usted necesaria la reformulación de estas políticas?

R.- Los planes de empleo deberían contar con un componente formativo del que carecen. Los planes de empleo no dejan de ser un servicio social que ayuda a personas con dificultades para la inclusión en el mundo laboral. Pero a la gente no hay que darle solo seis o nueve meses de salarios para que subsistan en el día a día. Hay que formarla con la vista puesta en que después de pasar por el plan de empleo pueda integrarse de manera ágil en el mundo laboral. Así llegará el momento en el que el plan de empleo no será necesario. Esto no está pasando.

Hoy se gestionan 12 millones de euros para los planes de empleo de la Delegación del Gobierno y la Ciudad. Con ellos se cubren, incluso, puestos estructurales que deberían ser para funcionarios o personal laboral.

Los planes de empleo nacieron para dar una solución a familias en situación de exclusión social. Creo que ese sentido inicial se ha perdido. Habría que sentarse en algún momento para debatir qué plan de empleo necesitaría esta ciudad. Tendríamos que modificar lo que fuese necesario porque los planes de empleo se han convertido en una cosa que no tiene nada que ver con la política social que los inspiró.

P.- ¿El modelo de las sociedades municipales garantiza la eficacia en la gestión de los servicios públicos?

R.- Yo creo que sí. Desde luego que hace falta trabajar mucho para que las sociedades sean sostenibles, y eso es algo que constituye un pilar fundamental de lo que defendemos en las mesas de negociación.

Somos conscientes de la necesidad de mantener la sostenibilidad del sistema público periférico de la Ciudad. Las empresas no han de ser solo útiles, funcionales y capaces de prestar un servicio adecuado al ciudadano, sino que han de ser sostenibles.

El sistema es eficaz. Creo que se demuestra con la reciente municipalización del servicio de limpieza viaria. Es cierto que ahora, a nivel laboral y administrativo, se encuentra en una situación de atasco porque se trata de una empresa enorme que ha pasado de manos privadas al ámbito público. Pero creo que a medio plazo vamos a ver un servicio público más eficaz.

Pero si tenemos que poner un ejemplo de servicio público que funciona, ese es el del transporte urbano. A nadie se le escapa que el servicio de autobuses era deficitario cuando estaba en manos privadas. Ahora, la precariedad laboral ha acabado. Y, además, la ciudad goza de un servicio de transportes mejor, con una flota de autobuses que se actualiza y una nueva base para los vehículos.

Nosotros seguimos constantemente reivindicando al Gobierno un convenio único para todas las sociedades municipales, donde se establezca un marco retributivo y una mesa de negociación comunes para todas ellas. El objetivo es que no se creen discrepancias y diferencias que, a la larga, puedan generar conflictos laborales o situaciones de inestabilidad entre empresas. Estamos cansados de decirlo, nos compran el discurso, se ha llevado al pleno municipal y se ha aprobado la necesidad de ese convenio único pero luego no se dan los pasos necesarios.

Una vez aprobada la relación de puestos de trabajo del Ayuntamiento, que creo que ha sido un avance tremendo para los trabajadores y trabajadoras públicos de la Administración local, ha llegado el momento de poner encima de la mesa la necesidad de negociar unas condiciones comunes para todos los trabajadores de la Administración periférica.

P.- El Gobierno de la Ciudad, con el respaldo declarado de la patronal, lleva años desarrollando una estrategia dirigida a forjar un nuevo modelo económico para Ceuta. La idea es la de apoyarse en las actividades económicas de base tecnológica, con el sector del juego online como pilar fundamental. ¿Comparte usted la idea de que este es el camino para el desarrollo futuro de la ciudad?

R.- Hay que trabajar para ver cómo se pueden atraer empresas que generen puestos de trabajo. A mí, personalmente, no me gusta trabajar con el sector del juego online. Creo que esta actividad genera niveles de ludopatía que afectan a los jóvenes. Pero lo cierto es que la situación es tan limitada y complicada que parece que cualquier nicho de empleo nos vale. Quizás haya que darle una vuelta en la Mesa de Diálogo Social al modelo económico que queremos para la ciudad de cara al futuro. Lo tecnológico es una vía para la creación de empleo, lo es a nivel global y Ceuta no puede quedar atrás...

Encontrar nuevos nichos de empleo no es fácil. El Gobierno de la Ciudad y los agentes sociales deben buscarlos también más allá de lo tecnológico, quizás basados en la transición ecológica.

P.- ¿Está satisfecho su sindicato con la ejecución del Plan Integral de Desarrollo Socioeconómico para Ceuta impulsado por el Gobierno central?

R.- Al principio, fue esperanzador. A todos nos animó la idea de que ese plan iba a abarcar las necesidades de la ciudad y a canalizar los proyectos que se precisaban para solucionar nuestros problemas. Lo malo es que creo que, a día de hoy, la mayoría de esas políticas no se han ejecutado. Creo que es un sentir general que no estamos satisfechos con la ejecución del plan.

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