De madre a madre, en el Día de la Madre
Asociación TDAH
Hoy es el Día de la Madre. Y mientras muchas celebran con flores y desayunos, yo pienso en ti, en nosotras. Las madres que caminamos cada día junto a nuestros hijos con TDAH y otras necesidades. Las que luchamos en silencio, sin descanso, por algo tan básico como que nuestros hijos tengan los mismos derechos que los demás.
No pedimos milagros. Pedimos comprensión, recursos, profesionales que entiendan y acompañen. Pedimos que se escuche nuestra voz, que no nos miren con lástima, sino con respeto. Llevamos años —años— pidiendo soluciones. Y solo recibimos promesas que se las lleva el viento. Y duele. Mucho. Porque mientras ellos hablan, nuestros hijos esperan. Y mientras ellos se cruzan de brazos, nosotras nos desbordamos por dentro.
Pero seguimos. Porque el amor de una madre no entiende de rendiciones. Porque aunque a veces sintamos que no podemos más, lo hacemos. Por ellos. Por sus ojos, por sus luchas, por su derecho a ser vistos, entendidos y cuidados.
Hoy te abrazo fuerte, madre como yo. Y te digo: no estás sola. Tu esfuerzo no es invisible. Tu cansancio tiene sentido. Y tu lucha vale cada segundo. Sigamos unidas. Sigamos alzando la voz, aunque tiemble. Porque nuestros hijos lo merecen. Porque lo que hacemos es por un bien común. Porque cuando una madre lucha, abre camino para muchas más.
Y a quienes tienen poder de cambiar las cosas, les decimos: basta de excusas. Nuestros hijos no pueden esperar más. La salud mental y la educación deben estar por encima de la política, con un plan firme que no dependa de quién gobierne, sino de lo que es justo.
Feliz día, madre luchadora. Hoy no celebramos con flores, celebramos con fuerza. Con dignidad. Y con amor. Porque no vamos a parar. Porque ellos nos tienen. Y mientras nos tengan, hay esperanza.
De madre a madre. Con el corazón en la mano. Sigamos. Juntas.