EDITORIAL
Día histórico en Ceuta
Los hechos ocurridos en la tarde de este domingo en la valla del Tarajal son “muy graves”, pues no se puede permitir que los profesionales que velan por garantizar la seguridad de los ciudadanos en nuestras fronteras, sean agredidos brutalmente como ha ocurrido, lamentablemente, una vez más, terminando el suceso con un guardia civil con la cara totalmente destrozada ante las agresiones de un inmigrante que intentaba saltar la valla de manera irregular.
Afortunadamente, la Justicia en esta ocasión si ha actuado con firmeza y de manera inmediata -como no puede ser de otra manera- y en la mañana de este lunes el inmigrante agresor ingresaba en prisión sin fianza. Y es que esa debe ser la línea de actuación cuando ocurren sucesos de este tipo, pues más allá del debate siempre politizado de si las devoluciones en caliente deben realizarse o no, lo que todas las personas, sean inmigran o no, tienen que ser consecuente de que utilizar la violencia contra nuestras Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado tienen consecuencias penales irrevocables.
Es cierto que hacía tiempo que este tipo de hechos no se producían en el Tarajal, pero no menos cierto que la seguridad de nuestros policías y guardias civiles debe estar totalmente garantizadas para situaciones de este tipo, pues no podemos olvidar que son ellos los que velan por nuestras fronteras en beneficio de la ley y del bienestar de la propia ciudadanía.
Por eso, desde el Ministerio del Interior no se puede escatimar en esfuerzos para dotar nuestras fronteras de los mejores medios y garantizar la seguridad de nuestras Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Evidentemente -todo hay que decirlo-, son muchos los logros alcanzados en los últimos años y muchas las mejoras realizadas, pero sigue sin ser suficientes. Faltan más recursos y medios, pues estamos hablando de la frontera terrestre de Europa en África, por lo que debemos darle la importancia que ello tiene, pues de lo contrario, mal vamos.
Los hechos de este sábado no se pueden volver a repetir o, al menos, debemos estar preparados para que ello no ocurra, pues son hechos muy graves que atentan ya no solo contra la seguridad de nuestras Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, sino a nuestras fronteras con todo lo que ello supone.
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