Ceuta necesita más seguridad, no más estadísticas

Los datos oficiales del Ministerio del Interior colocan a Ceuta, para este primer trimestre de 2025, en el foco, pero no por buenas razones. Mientras el conjunto del país consigue reducir su criminalidad, nuestra ciudad camina en dirección contraria: suben los delitos convencionales, se disparan los casos de tráfico de drogas, y las riñas callejeras y los intentos de homicidio duplican sus cifras.

El argumento de que bajan los ciberdelitos puede servir de consuelo estadístico, pero no resuelve el problema que se vive en las calles. La gente no teme que le roben por internet tanto como que le asalten en plena vía pública o le roben el coche. Lo que se respira en muchos barrios de Ceuta es una creciente sensación de inseguridad. Y eso no se combate con balances trimestrales, sino con presencia real, con más medios y más coordinación.

Es evidente que el repunte de la criminalidad tiene causas complejas: desempleo, exclusión social, y una falta crónica de recursos policiales. Pero no podemos seguir instalados en la queja sin exigir soluciones concretas. ¿Qué plan tiene el Gobierno para reforzar la seguridad en Ceuta? ¿Dónde están los refuerzos prometidos? ¿Y qué papel deben jugar las instituciones locales en la prevención?

No se trata de caer en el alarmismo, pero sí de dejar de mirar hacia otro lado. Porque cuando los delitos aumentan, lo que se deteriora no es solo la estadística, sino la convivencia misma. Y eso, en una ciudad como la nuestra, tan vulnerable y tan especial, es un lujo que no nos podemos permitir.

Dicho esto, no hay que olvidar que durante muchos años la tendencia en Ceuta ha sido claramente descendente en materia de criminalidad. Este repunte puntual no debe empañar el esfuerzo que se ha venido realizando ni desmoralizar a quienes trabajan por nuestra seguridad. Al contrario: es momento de redoblar el compromiso, mejorar la coordinación institucional y seguir apostando por una Ceuta más segura, más tranquila y más habitable para todos.