Justicia, independencia y reformas con prisas

9401_foto-editorial1
9401_foto-editorial1

No es habitual ver a jueces y fiscales en la calle. Cuando lo hacen, como ocurrió este miércoles en Ceuta y en otras ciudades del país, es porque algo muy serio está en juego. En este caso, la independencia judicial. Las reformas que el Gobierno quiere sacar adelante —por vía de urgencia y sin consenso real— han hecho sonar todas las alarmas en la Carrera Judicial y Fiscal.

Lo que se plantea no es un simple ajuste técnico, sino un cambio profundo en el modelo de acceso a la judicatura y en la estructura del Ministerio Fiscal. Se pretende sustituir un sistema de oposición duro pero objetivo por uno más “moderno”, que abre la puerta a criterios subjetivos. Además, se plantea un centro preparador dependiente del propio Gobierno. ¿Es sensato que quien elige a los futuros jueces y fiscales sea también quien gobierna?

Los manifestantes en Ceuta lo dejaron claro: no se trata de defender privilegios, sino principios. El mérito, la capacidad y, sobre todo, la independencia son las piedras angulares del Estado de Derecho. Sin ellas, la Justicia se vuelve más vulnerable a los intereses del poder político de turno.

Europa no pide esto. De hecho, los jueces recuerdan que las exigencias comunitarias van en la dirección contraria: más autonomía, menos interferencias. El anteproyecto sobre el Estatuto del Ministerio Fiscal, por ejemplo, no hace sino aumentar el poder del Fiscal General del Estado, nombrado por el Gobierno, debilitando aún más los contrapesos.

En Ceuta, fiscales y jueces no hablan de poder, sino de independencia. “Los jueces no tenemos poder, solo independencia”, dijeron. Y tienen razón. La función judicial no consiste en dominar, sino en garantizar que las reglas se aplican igual para todos, incluidos los poderosos. Por eso su neutralidad debe estar blindada. Si esa barrera se debilita, todo el sistema se resiente.

La Justicia no es perfecta, pero hacerla más dócil no es la solución. Si de verdad se quiere modernizar el sistema, que se haga con diálogo, transparencia y respeto institucional. Reformar no es lo mismo que controlar. Y la independencia judicial no puede ser moneda de cambio.

También te puede interesar

Lo último

stats