“Qué bien se las apaña San Antonio” en Ceuta: crónica de un nuevo 13 de junio
TRADICIÓN
El santo oficioso de la ciudad protagonizó otra misa y procesión inolvidables desde la Ermita del Monte Hacho en su onomástica

A las personas que disfrutan de las tradiciones siempre les saldrá ‘la vena crítica’ por muy encantadas que estén de acudir el mismo día y un año más al mismo lugar. Muchas añoran la compañía que entonces tuvieron y que siempre extrañan en esa jornada tan especial para ellas: “¡Con lo que le gustaba a mi madre!”, se ha escuchado este viernes en más de una ocasión. Otras echan en falta más gente en general, y no pueden evitar comparar el presente con lo que vivieron la primera vez que estuvieron allí (“¡Ay que ver, que se está perdiendo!”, “¡cada año hay menos jóvenes!”, opinan muchas). El 13 de junio de 2025 en Ceuta ha sido otro tradicional Día de San Antonio, pero también uno nuevo: uno bonito, agradable y emocionante.
Muchas personas mayores, pero también una gran cantidad de jóvenes, se levantaron este viernes festivo con ganas de subir al Monte Hacho. A las 10:00 se reunían los romeros en el Parque de San Amaro para hacerlo en comunidad y tras el estandarte de este santo que ni es el patrón de la ciudad, ni es oriundo de Ceuta ni se llamaba Antonio al nacer, pero que innegablemente es muy querido en estas tierras.
A la misma hora, pero en el Palacio de la Asamblea, el presidente Vivas reconocía la “emoción sincera” que despierta en Ceuta San Antonio y animaba a la población a sumarse al alrededor de las mil personas que más tarde se concentrarían en la Ermita del Hacho. La Ciudad también puso a disposición de los usuarios del Centro del Mayor dos autocares exclusivos para llegar hasta allí y asegurar su presencia en el festejo, así como también habilitó un servicio especial de buses de línea con salidas desde la Plaza de la Constitución. Vehículos de Protección Civil, Policía Nacional y Local, Bomberos y ambulancias de la Cruz Roja conformaban desde más temprano el dispositivo de seguridad para que todo saliese a la perfección.

Sobre las 11:30 los aparcamientos en el Hacho ya estaban llenos, pero aún quedaría mucha gente por congregarse en el patio de la Ermita, el epicentro de la festividad y donde se oficiaría la misa a las 12:00. Un sol cálido mantenía a muchas personas debajo de las carpas militares habilitadas en la zona, y un agradable viento hacía que más de una agarrase su sombrero de mimbre para que no saliera volando mientras posaba para las fotos y esperaba el oficio. Hubo barras y música en directo durante toda la jornada, pero a las 11:55 repicaron las campanas para avisar de que la tradicional misa iba a comenzar.
Cientos de sillas de plástico blancas, en su mayoría ocupadas por personas de edad avanzada, estaban dirigidas a un altar al aire libre. La sombra en esta zona estaba asegurada por otra carpa, pero multicolor y de croché. Tras el altar esperaba el Coro del Rocío de Ceuta, que amenizó el oficio por sevillanas rocieras y le añadió aún más emoción. “Que se disfrute la romería como todos los años y que nunca acaben las tradiciones ceutíes”, deseaba en ese momento guitarra en mano Javier Barceló, el director de la referida agrupación musical.

A la derecha del atril principal, autoridades civiles, políticas, religiosas y militares de la ciudad aguardaban a que salieran los sacerdotes, que pronto tomaron su sitio. La misa fue oficiada por el vicario general de Ceuta, Francisco Jesús Fernández Alcedo, quien haría su trabajo como cada día, pero con una dedicación especial.
Durante el sermón, el reverendo ensalzó la figura de San Antonio, que no solo fue “un hombre bueno y humilde según los criterios humanos”, sino que también “llenó su corazón de la sabiduría del Evangelio” y lo utilizó para ayudar especialmente a las personas más pobres.
Fernández Alcedo quiso dar el mensaje a todos los congregados de que quizás no verían “pescados saltando” ni “multiplicaciones de panes”, en referencia a algunos milagros que se le atribuyen al santo. No obstante, el vicario pidió que, en un mundo “complejo” y lleno de “polarización” política e ideológica, los allí presentes ayudaran a otras personas al menos con “compañía”, “cercanía” o “amor”.
En el mismo sentido que el presidente Vivas o el director del Coro, también animó a conservar las tradiciones ceutíes como una extensión de ese amor por las personas mayores que en estos días extrañan los fieles de San Antonio con palabras parecidas a estas: “Olvidar las tradiciones es adulterar que hoy tengamos esa memoria agradecida a nuestro querido santo”.

“Qué bien se las apaña San Antonio cuando se nos pierde algo, cuando las casamenteras necesitan reafirmar su relación o su noviazgo o cuando necesitamos un pequeño milagrillo. Cuando a veces las cosas no van bien y necesitamos que él interceda de una manera más directa”, recordó también el vicario, en referencia a las peticiones tradicionalmente solicitadas al santo y antes de la simbólica y también tradicional bendición de panes al finalizar la misa.
San Antonio “se las apaña bien” en estas tierras, y por eso cuando sonó el ‘Himno de Ceuta’ la variada multitud allí presente, reflejo de la propia configuración sociológica de la ciudad, siguió a la figura del santo en peregrinación y con alegría otro año más. Como siempre, pero también como la primera vez.
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