La deuda pendiente con Ceuta: la vivienda digna

Juan A. Gutiérrez

Hablar de Ceuta es hablar de una ciudad con un potencial enorme, una riqueza cultural sin igual y una historia de lucha constante por la dignidad de sus ciudadanos. Sin embargo, hay una herida abierta que aún no hemos sabido cerrar: la falta de acceso a una vivienda digna.

Durante mi etapa como diputado, una de mis principales batallas fue precisamente esta. Vi de cerca la angustia de muchas familias ceutíes que a pesar de trabajar duro y cumplir con sus obligaciones, vivían en condiciones precarias o directamente no tenían un techo seguro sobre sus cabezas. Ceuta no puede permitirse mirar hacia otro lado mientras cientos de personas siguen atrapadas en listas de espera eternas o en infraviviendas.

El problema no es nuevo, pero se ha agravado con el paso del tiempo. La presión demográfica, la escasez de suelo urbanizable, la especulación inmobiliaria y la falta de una política pública coherente y sostenida han creado un cóctel explosivo. Ceuta necesita con urgencia un plan serio, integral y a largo plazo para resolver la crisis habitacional que arrastra desde hace décadas.

No basta con construir algunas promociones aisladas de viviendas protegidas. Es necesario un compromiso real con el derecho a la vivienda. Y eso implica presupuesto, voluntad política y sobre todo, una visión clara de ciudad. Hay que rehabilitar el parque de viviendas existentes, acabar con la infravivienda, regular el mercado de alquiler y garantizar que los jóvenes, las familias monoparentales, los mayores y los colectivos vulnerables tengan opciones reales para establecerse con dignidad.

No me cansé de decirlo entonces y no me canso de repetirlo ahora: una ciudad sin vivienda digna para todos no es una ciudad justa. Luché todo lo que pude desde mi escaño, con propuestas concretas, con reuniones incansables, con la firme convicción de que era posible cambiar las cosas. Y aunque en ocasiones me topé con la indiferencia o el inmovilismo, también encontré aliados y ciudadanas y ciudadanos comprometidos que siguen hoy al pie del cañón.

Ceuta se merece más. No podemos seguir esperando. La vivienda no puede seguir siendo una promesa incumplida. Tiene que convertirse en una realidad palpable. Porque solo así construiremos una Ceuta más igualitaria, más humana y más fuerte.

También te puede interesar

Lo último

stats