EDITORIAL
Día histórico en Ceuta
Este lunes se ha conmemorado en Ceuta, con un día de retraso, el Día Mundial de Toma de Conciencia del Abuso y Maltrato en la Vejez. Una jornada que, más allá del simbolismo, busca poner el foco en una realidad que sigue ocurriendo demasiado cerca y con demasiada frecuencia: el maltrato a las personas mayores. Una realidad que no siempre es visible, pero que existe, incluso dentro de los propios hogares, entre las paredes donde se supone que debería haber cariño y protección.
No se trata solo de agresiones físicas, que por desgracia también ocurren, sino de muchas otras formas de violencia más sutiles pero igual de dañinas: el abandono, la negligencia, el aislamiento, la infantilización, la desconfianza constante, la sobreprotección que impide decidir o el simple hecho de no dejar hablar ni opinar a quien aún tiene mucho que decir. Todo eso también es maltrato. Todo eso también deja huella.
La edad no debería ser nunca un motivo para perder derechos, ni para ser tratado como alguien que ya no cuenta. Las personas mayores tienen derecho a decidir, a participar, a equivocarse y, sobre todo, a ser escuchadas. Por eso, este día mundial no es solo una fecha en el calendario, sino una llamada de atención para todos: instituciones, familias y sociedad en general. No basta con no maltratar; también hay que cuidar bien, acompañar, respetar y, en definitiva, tratar como nos gustaría ser tratados cuando lleguemos a esa etapa de la vida.
En Ceuta, como en tantos otros lugares, muchas personas mayores viven solas, con problemas de salud, con escasos recursos o con una red familiar débil o inexistente. Y aun así, salen adelante.
Lo mínimo que podemos hacer como sociedad es facilitarles el camino, no complicárselo más. Escucharles, preguntarles qué necesitan, dedicarles tiempo, y no solo atención médica o trámites administrativos. A veces, un poco de compañía o una conversación sin prisas valen más que cualquier otra cosa.
También te puede interesar
Lo último