La ceutí Manju Balani regresa a su tierra natal para importar el Celêstial Yoga

COMUNIDAD HINDÚ

La profesora impartió a primera hora de este sábado una sesión en el Parque Marítimo dedicada a alcanzar la paz espiritual, como parte de las jornadas organizadas por la comunidad hindú

FOTO REDUAN
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Manju Balani se levantó un día de la cama pensando que quería hacerse profesora de yoga. Años antes, a la edad de 11, ya ofrecía clases en la práctica, que retomó en su treintena. Tras asomar a su mente la idea de dedicarse a ello, indagó en Internet en busca de formaciones. Fue así como dio con el Celestial Yoga, que nació para “activar el alma”. Le apasionó el concepto, aunque siguió buscando otras opciones. Pero, conforme investigaba alternativas, su ordenador “se apagaba, se atascaba” o la redirigía a la página de su primera opción. Entonces dijo: “Vale, entiendo el mensaje del universo, sé dónde tengo que ir”. Desde ese momento ha continuado formándose en la materia, que este sábado ha importado a su ciudad natal.

Balani es natural de Ceuta, aunque pasaron entre diez y doce años desde la última vez que cruzó el Estrecho. Hasta la mañana de hoy, cuando dio la bienvenida al nuevo día acompañada de decenas de personas que acudieron, desde pasadas las 9:00 horas, al Parque Marítimo del Mediterráneo para atestiguar la sesión de “yoga celestial” de la ceutí y, con ello, “conectar con la tierra, el aire y el entorno natural”. La clase ha abierto el tercer día de celebración de las VIII Jornadas por el Día Internacional del Yoga organizadas por la comunidad hindú, que esta semana se encuentra inmersa en un extenso programa cultural, ya que las actividades para alcanzar la paz mental se solapan con el Holi, que tendrá lugar esta tarde (desde las 18:00h) en el Auditorio de La Marina.

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Si Balani tiene que resumir qué es el Celestial Yoga y en qué se diferencia del yoga tradicional, explica que el primero parte de la teoría de que, aunque “la raíz está en el cielo”, la flor “está en la tierra” y, por tanto, es en la tierra donde florece. A través de técnicas físicas como la respiración o ejercicios varios, la persona “conecta” con su interior hasta lograr elevarlo, pero no para quedarse allí, sino para volver a bajar a la tierra y recoger en su interior todo lo que ha movido durante la experiencia de abstracción. “No se trata, como en otras muchas disciplinas, de elevarse y con eso ya lo he conseguido todo. Cuando te elevas llegas al recuerdo de que tú ya eres ese todo, y ahora baja. Baja y vive tu día a día desde ese concepto, desde esa realidad interna”, desarrolló la profesora.

La ceutí residente en Málaga, que atesora más de 20 años de experiencia en el universo de la meditación, se enamoró del Celestial Yoga por “la libertad”. “Fue lo que más me cautivó”, resume. Balani, de origen hindú, recibió una educación atravesada por la concepción religiosa del bien y el mal, de cómo son y deben ser las cosas. En su interior, “sabía que había algo más”, y lo encontró. A día de hoy, cree con convicción en aquello que descubrió. Cree que cada persona es un “ser creador”, que “la magia” está a su alrededor y que debe conectar con ella. Lo defiende porque, según cuenta, ha vivido experiencias que lo confirman. “Una cosa súper simple. Pensar en algo y que te ocurra en el momento. Y a lo mejor algo impredecible. Así de claro es el milagro”.

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Es la primera vez que participa en las jornadas de yoga, que este año han cumplido su octava edición, la cual ha sido más internacional que nunca, como han reseñado desde la comunidad hindú a este diario. La programación está compuesta por charlas y sesiones impartidas por profesores de orígenes hindúes o cristianos y procedentes de países como Brasil, Colombia o Rusia. Para Balani, esta unión es más que un valor añadido. “Qué cosa más bonita y más bella que nos vayamos uniendo en distintas tradiciones, que se quiten las barreras, las fronteras”.

De la sesión que impartió este sábado en el Parque, a la que concurrieron unas veinte personas, esperaba la profesora ceutí alcanzar “una conexión bellísima con la tierra”, y ser capaz de “transmitir esa conexión”. “Sobre todo, que quien venga lo disfrute, que se atreva a sentir y que se permita tener una experiencia. Es lo más bonito que puede ocurrir”.

El domingo 22, el cierre de las actividades de yoga se llevará a cabo con tres nuevas sesiones en la playa del Parque Marítimo: a las 09:30 h con la profesora Laura López, a las 20:30 h con Daniel Oliveira y, a las 21:15 h, una meditación guiada por Gloria Vargas-Machuca en postura de Savasana.

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