Juan Bravo recibe la primera Medalla de Oro de la Cámara de Comercio: “Es el reflejo de mi vida"

Tras 120 años de historia, la Cámara de Comercio ha entregado en la noche de este jueves en el Parque Marítimo del Mediterráneo su primera Medalla de Oro a Juan Bravo. El actual vicesecretario de Economía del Partido Popular (PP) a nivel nacional y anterior delegado de la Agencia Tributaria y del Ministerio de Hacienda en la Ciudad Autónoma, así como posteriormente diputado por Ceuta en el Congreso, recibió el calor de las autoridades políticas, económicas y judiciales de la Perla del Mediterráneo en una entrañable y familiar velada en la que no solo él pronunció un conmovedor discurso, sino también el presidente Juan Vivas, la delegada del Gobierno, Crisitina Pérez, y el presidente de la Cámara, Karim Bulaix, quien echó el cierre de la fase más formal de la gala.

Sobre las 20:30 comenzaba el movimiento de chaquetas y trajes de cóctel a las afueras del Parque Marítimo, y en un cuarto de hora accederían las principales autoridades al fondo del complejo, donde estaban preparadas varias mesas de pie y un escenario con tres cómodos asientos bajos para las personas que iban a tomar en público la palabra. En orden, fueron el presidente local, la delegada, el homenajeado y el organizador y responsable del evento, si bien Pérez tomó el asiento de Vivas tras acabar este su discurso.

Poco minutos después de las 21:00 entraba en escena el protagonista de la velada, Juan Bravo, a toda prisa y abrazando a la práctica totalidad de los asistentes al acto. Casi se había perdido el momento del photocall, por el que no solo desfilaron las caras más conocidas de la alta sociedad ceutí y consejeros del Gobierno local, sino también invitados de lujo como la cantaora María del Monte; el portavoz del Grupo Parlamentario del PP en el Congreso, Miguel Tellado; o el exministro de Hacienda, Cristóobal Montoro, a quien todos los que tomaron la palabra hicieron referencia en su discurso.

Tras el turno de Vivas y Pérez, Bravo comenzó muy serio diciendo que este premio “es el reflejo” de su propia vida a nivel laboral, si bien luego bromeó con que sabía que algunos invitados habían apostado con que llegaría tarde o a que ni vendría, y se definió a sí mismo repetidamente como “loco”, “desorganizado”, “intenso” o “hiperactivo”, pero también un enamorado de una ciudad a la que vino “para estar un año” y en la que se quedó finalmente ocho, su “segunda casa”.

Además de muchos agradecimientos a los asistentes y a su familia que lo “aguanta” y que “se sacrifica” por él -el momento más emotivo, visiblemente emocionado-, Bravo quiso transmitir que el premio no solo era para él, sino que él simboliza a un conjunto de empresarios y a una sociedad de acogedores huéspedes y de idealistas extranjeros. De esta manera, el grueso de su intervención lo canalizó en “dos frases” y “un consejo”.

“No olvidemos nunca que lo que será Ceuta en los próximos años no saldrá de una persona, sino de un conjunto de personas ilusionadas por dejar huella en su ciudad, por mejorar el futuro de Ceuta y dejárselo mejor a las generaciones futuras”, alegó sobre ese espíritu de equipo.

“Solo aquellos a los que los demás llamamos locos serán capaces de cambiar el mundo, y la diferencia entre el loco y el genio solo es el éxito; con lo cual: poblemos a Ceuta de locos”, expresó, en referencia a esa citada locura, para continuar con su “consejo”.

“Asumamos sinceramente que muchos de nosotros ya no tenemos la capacidad de ir al ritmo y con la ilusión y con los cambios que lleva el mundo, pero nuestros hijos sí; esa generación de jóvenes que están tremendamente preparados, que se pueden comer el mundo, (deseo) que encuentren en Ceuta un proyecto transformador”, aludiendo a que será “más fácil” encontrar a esos “locos” entre las nuevas generaciones, en un claro compromiso con el talento juvenil.

“Es un facilitador de ideas”

El presidente de la Cámara, Karim Bulaix, tuvo la ‘papeleta’ de cerrar el acto, y hasta de confesar que conoció a Bravo por que éste le puso “una multa”, ante las risas de los asistentes.

No obstante, también tuvo unas nobles palabras para el homenajeado, a quien definió como “un colaborador”, “un embajador”, un “referente indiscutible” o “un facilitador de ideas”. También destacó su “compromiso” y lealtad con la ciudad y con su tejido económico, y le agradeció su capacidad de conseguir “una fiscalidad a medida” para una Ceuta que ahora es “azul, verde e inteligente”.

“Estamos haciendo historia”, resumió al principio, tanto en referencia al propio trabajo de la Cámara de Comercio en sus 120 años de trayectoria como en la inicitiva de conceder su primera Medalla de Oro con “la serenidad de la reflexión, la emoción del agradecimiento y la responsabilidad, peso y sentido de este símbolo”.

La velada solo acababa de empezar con los siguientes y continuados aplausos. Ahora solo quedaba desarrollar algunas anécdotas y disfrutar de una cálida y familiar noche en un marco incomparable.

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