Ceuta, ante el espejo de su gran oportunidad, por partida doble

Ceuta ya no es solo una postal exótica para turistas despistados ni un rincón olvidado en los mapas económicos. Ahora se sienta a hablar en la mesa de los territorios atractivos para invertir

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En un momento clave para el futuro de nuestra ciudad, El Pueblo de Ceuta ha querido contar con la visión de un profesional con conocida y amplia experiencia en comunicación, estrategia e imagen de marca. Porque Ceuta se enfrenta a una coyuntura única para proyectarse al exterior con fuerza, coherencia y ambición. ¿Estamos preparados para aprovecharla? Quique Rodríguez, CEO de la agencia Qreativos, analiza las claves de esta doble oportunidad en un artículo que invita a la reflexión sin paños calientes.

Quique Rodríguez (CEO de Qreativos). Ceuta está ante una de esas raras ocasiones en las que el destino —ese concepto tan gaseoso— parece ponerse de acuerdo con la estrategia, el esfuerzo y, sí, también con un poco de suerte. Y no hablo de milagros ni de sueños imposibles. Hablo de realidades tangibles que están ocurriendo ahora y que podrían marcar un antes y un después en la historia de esta ciudad.

Nos encontramos en estos momentos frente a un espejo que refleja nuestra imagen junto a dos oportunidades, dos puertas abiertas a ese resto del mundo que, hasta este momento, solo nos consideraba un punto exótico y perdido más allá del Estrecho.

La primera de ellas: la fiscalidad inteligente

La apuesta decidida del Gobierno de la Ciudad por atraer empresas digitales y de juego online —con unas ventajas fiscales inimaginables en otros territorios— no es un brindis al sol. Es una estrategia. Y, para los que aún no lo han entendido: sí, es legal; sí, es rentable; y sí, es una bendita oportunidad que han sabido ver, atrapar y aprovechar.

A esto se suma el trabajo sonoro, contundente y con amplia eficiencia y difusión de la Cámara de Comercio de Ceuta, y el esfuerzo técnico, de pedagogía fiscal y defensa de los intereses empresariales que hace la Confederación de Empresarios. Sin ambages: las cosas son como son, y sin lobby, no hay progreso. Ellos están haciendo su trabajo. Fin.

Es justo citar también a la Delegación del Gobierno que, actualmente, muestra una mirada que aprecio distinta a otras miradas anteriores: abierta, conciliadora e inteligente. Algo que, sin lugar a dudas, nos viene muy bien a todos, porque sumar siempre ha sido y será mejor que restar cuando del futuro de Ceuta se trata.

Ceuta ya no es solo una postal exótica para turistas despistados ni un rincón olvidado en los mapas económicos. Ahora se sienta a hablar en la mesa de los territorios atractivos para invertir. Nos guste o no, el mundo digital no espera a nadie. O nos montamos en este tren, o lo veremos pasar. Otra vez.

Segunda oportunidad: un balón que “se juega” con los pies, pero está en las mejores manos

La otra gran ventana que se nos ha abierto es el inmenso escaparate que ha supuesto la gesta de la AD CEUTA FC. No es exagerado decir que no hay precedentes de ninguna índole en lo que el deporte ha hecho por la visibilidad de esta ciudad en los últimos meses. La épica, el esfuerzo, el compañerismo, la superación, la gestión inteligente... Todo eso que el fútbol —cuando se juega con corazón, caballa, por supuesto— transmite, ha puesto a Ceuta en boca de todos. ¿Que hay a quien no le gusta el fútbol? Estupendo, a mí tampoco. Pero el impacto que tiene nos va a beneficiar a todos. Mientras algunos miraban al césped con condescendencia, otros estaban viendo una oportunidad de oro para posicionar a Ceuta donde merece.

Y aquí viene la parte incómoda, en la que nos toca mirarnos al ombligo: ¿estamos preparados como sociedad para no fastidiarlo?

No basta con que las instituciones lo hagan bien. Ni con que un club deportivo nos emocione. Si los ceutíes no dejamos de una vez por todas las envidias de pueblo chico, los odios heredados, el deporte de la murmuración y la mediocridad emocional del “a ver si se la pega para abrirme una cervecita”, no iremos a ningún sitio.

El éxito de un conciudadano no es una amenaza, es una oportunidad compartida. Pero, claro, para entender eso hay que tener una cosa que escasea en algunos círculos: altura de miras.

Ceuta tiene que empezar a creerse lo que puede ser. No desde la arrogancia, sino desde la ambición sana de quien sabe que el futuro no se espera: se construye.

Estamos en un punto de inflexión. O aprovechamos esta doble oportunidad —digital y deportiva— para dar el salto, o nos condenamos, una vez más, a quedarnos atrapados en una eterna promesa "autoincumplida".

Ya va siendo hora de que Ceuta deje de ser eso, una promesa, para convertirse, de una vez, en realidad. Y no olvidemos que, detrás de cada decisión, de cada gesto, de cada apuesta, de cada paso, de cada riesgo… hay personas. Esas personas que, a los mediocres y a los paletos, les duele ver triunfar o mostrar sus capacidades por encima de la media. ¿Que hay a quienes le caen mal porque les provoca acidez estomacal verlos triunfar y crecer? Estupendo también, pero, esta vez, Ceuta no se va a parar a escuchar el ruido de los mediocres. Les recomiendo Almax Forte y que lean ‘Cómo dejar de ser tu peor enemigo’, de la psicóloga Alba Cardalda. No les queda otra.

* CEO de Qreativos

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