Una jueza que solo quiere “trabajo” e “independencia”

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Ayer terminó la huelga de tres días de jueces y fiscales, y el mismo jueves la magistrada Rosa de Castro tomó posesión en Granada como presidenta de la Sección VI de la Audiencia Provincial de Cádiz con sede en Ceuta. Ahora es la máxima autoridad judicial en la ciudad autónoma.

Con el mencionado paro, la gran mayoría de profesionales de la magistratura y de la Fiscalía hacían expresa su oposición al paquete de reformas del Ministerio de Justicia porque pueden ver comprometida su independencia en favor de una mayor politización del sistema judicial. No obstante, la movilización contra esta medida no empezó el pasado martes.

El miércoles 11 de junio De Castro hizo un receso poco antes de las 12:00 de la mañana interrumpiendo la vista en la que se juzgaba a siete acusados por un delito contra la salud pública y otro de organización criminal. Entre ellos había un guardia civil.

Justo al mediodía acompañaba De Castro a sus compañeros en la lectura de un manifiesto, y luego era preguntada por la prensa si la reforma supondría una merma de poder para los magistrados.

“Los jueces no tenemos poder. Tenemos nuestra independencia y somos miembros de un poder del Estado al que hay que respetar, pero lo único que hacemos es nuestro trabajo, nuestras sentencias y nuestras resoluciones de cada día”, respondía.

De Castro sustituye a su compañero y amigo Fernando Tesón al frente de la Sección en un momento clave: una “avalancha judicial” —como la calificó el expresidente— de más de 900 asuntos pendientes según la Memoria del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía de 2024.

A pesar de la huelga y de que no podía ejercer como magistrada esta semana desde su cese como jueza de la Audiencia hasta la asunción del nuevo cargo, De Castro ha permanecido en los juzgados ceutíes trabajando, aunque sin participar en vistas.

Su nombramiento supone una continuidad con la labor de Tesón o un reconocimiento a su vasta experiencia jurídica, pero sobre todo supone ‘darle trabajo’ a una mujer a quien se la ha podido ver extenuada en los últimos meses entre juicios y sentencias. Y también supone darle a los tribunales ceutíes lo que los jueces están pidiendo: independencia.

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