Fallece ‘la Toñi', una de las loteras de Cruz Roja más queridas de Hadú
OBITUARIO
De 55 años de edad, hasta el pasado jueves estuvo vendiendo lotería en su punto habitual, frente a la parada de taxi del Mercado de San José. “Nos deja un gran vacío”, lamentan sus amigos
            La barriada de Hadú quedaba totalmente “sorprendida” y “sobrecogida” en la mañana de este sábado al conocer la noticia de que una de las loteras de Cruz Roja más querida de la barriada, Antonia Belmonte Pérez, más conocida por todos como ‘la Toñi’ había fallecido. Nadie se lo esperaba, pues hasta el pasado jueves había estado en su punto habitual de venta y sentada en su silla -frente a la parada de taxi del Mercado de San José-, vendiendo lotería.
Es cierto que llevaba unos días que no se encontraba bien, que tenía las piernas muy hinchadas y que sufría dificultad respiratoria. Pero lo dio absolutamente todo hasta el último suspiro de vida. De hecho, el jueves no fue al HUCE hasta que no terminó de vender su lotería. Hasta allí la trasladó un familiar, pasando a planta en la noche del viernes. Sin embargo, a las seis de la mañana de este sábado 5 de julio se conocía la peor de las noticias. ‘La Toñi’ fallecía.
            Se le paró ese corazón que no dejó de luchar hasta el último momento. Madre de un hijo, tenía delirio por su sobrina Vicky y su sobrina-nieta, Ana. Vivían juntas y el vacío es “demasiado grande” como reconoce, mientras que sus compañeros de venta de lotería y amigos aún no se lo pueden creer. “Era todo alegría y una auténtica luchadora. Siempre se buscó la vida con máxima honestidad, no hizo daño a nadie y ayudaba a todo aquel que podía. Es una gran pena y la echaremos de menos, pues era pura energía vendiendo lotería. Todos la querían y jamás se escuchará que hablen mal de ella, pues era puro corazón”, señalan.
Sin duda, nos deja una mujer que era muy querida en la barriada de Hadú. Con tan solo 55 años y después de superar numerosos obstáculos que le ha ido poniendo la vida, ya descansa en la Vida Eterna.
Ahora quedan los recuerdos, los apodos que le ponía a la gente, su manera de pregonar la venta de lotería, la energía que transmitía, su amor por la familia, el respeto por sus compañeros, el enorme cariño a su tierra, su apego a la barriada que le vio nacer, sus noches de fiesta en aquella eterna juventud, su cariño, su empatía con los demás, su esencia caballa y su legado. Los que la conocíamos, no la olvidaremos. DEP, querida Toñi.
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