Los valores conservadores ganan terreno entre los jóvenes ceutíes

POLÍTICA

Un estudio de una profesora de la Universidad París 8 caracteriza el escenario político en la ciudad y su evolución desde los años 70 hasta nuestros días

Electores votan en un colegio ceutí/FOTO EL PUEBLO
Electores votan en un colegio ceutí/FOTO EL PUEBLO

El “sucursalismo político”, entendido como la dependencia de las orientaciones nacionales de los partidos dominantes, continúa alimentando desde el inicio de la democracia, y a pesar del surgimiento de formaciones políticas localistas, el nacionalismo de Estado. Esta es la tesis que mantiene la profesora de Lengua y Civilización Española Contemporánea de la Universidad de París 8, Alicia Fernández, en su estudio “Representación política e identidad local en Ceuta (1975-2023)”. El trabajo, publicado por la Revista de Estudios en Seguridad Internacional, detalla cómo ha evolucionado el espectro político local desde el advenimiento del régimen democrático.

El análisis de Fernández se detiene en la segunda década del siglo para subrayar cómo el voto descontento en España pasó de ser encarnado por la radicalidad progresista de Podemos en 2015 a la reaccionaria de Vox en 2019, con las consecuencias subsiguientes que ha tenido sobre el panorama político ceutí. La autora hace hincapié, sobre todo, en la instrumentalización de la inmigración que caracteriza los discursos del partido de Santiago Abascal, con sus llamadas a construir muros en las dos ciudades autónomas y a cerrar las fronteras con Marruecos.

“Ceuta se convierte en un caladero de la demagogia electoral de Vox y sus discursos tienen cada vez más espacio mediático, ganan adeptos y contaminan los discursos de otros partidos políticos”, subraya en su trabajo la profesora universitaria.

Fernández constata la existencia en Ceuta de un “cordón sanitario” en torno a Vox, que extiende del ámbito político al social, una consideración que ejemplifica con la manifestación que movilizó a miles de personas el 28 de febrero de 2020 para repudiar los mensajes excluyentes e islamófobos y defender la igualdad como principio rector de la sociedad ceutí.

Señas de identidad

El estudio recurre a los datos del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) para subrayar cómo el sentimiento nacional y el arraigo local siguen siendo valores muy apreciados en Ceuta. Las informaciones del CIS, extraídas de una encuesta de 2023, revelan que, en una escala de 0 a 10, la media de la identificación con España que se da entre los ceutíes alcanza los 8,9 puntos, un índice que llega a 7,9 cuando la pregunta se refiere a su vinculación con su ciudad.

Fernández habla también de la “legitimidad del suelo” a la hora de valorar qué cosa se entiende en la ciudad por ser ceutí. Según el CIS, los caballas consideran que para ser tenido como ceutí resulta muy importante haber vivido en la ciudad (91,1%), ser de nacionalidad española (58,2%) o haber nacido en el municipio (51,8%). Por el contrario, no consideran relevante tener ancestros de varias generaciones nacidas en Ceuta (91,1%) o hablar con el acento del lugar (72,7%).

“El lugar de residencia se convierte así en un factor estructurante de la identidad y legitimador de la autoctonía -concluye la autora del estudio- En Ceuta, la legitimidad del suelo parece convertirse entonces en un verdadero instrumento de exclusión que se apoya sobre el principio de anterioridad histórica, vehiculada a menudo con la expresión: ‘Yo estaba aquí antes’”.

Electores votan en un colegio ceutí/FOTO EL PUEBLO
Electores votan en un colegio ceutí/FOTO EL PUEBLO

Llegados a este punto, el trabajo avanza hacia la definición de la ideología política de los ceutíes. Con arreglo a los datos proporcionados por el CIS, la mayoría de los caballas se ubica en el centro del espectro político, con una media de 6,5 sobre una escala de 10 en la que 1 es la extrema izquierda y 10 la extrema derecha. El 72% dice identificarse como conservador, demócrata-cristiano o liberal. El 28% dice considerarse socialista o demócrata. “Notamos, pues, cómo los valores conservadores siguen siendo mayoritarios e incluso ganan terreno, sobre todo entre los jóvenes ceutíes”, concluye Fernández.

En cuanto a la cercanía que los encuestados por el CIS aseguran mantener con los distintos partidos políticos, la mayoría de los ceutíes expresan sus preferencias por PP y Vox, partidos preferidos por el 55,3% de las personas preguntadas. El 20% se manifiesta ideológicamente próximo al PSOE. “Estamos frente a un electorado ceutí muy conservador y cada vez más atraído por el voto de extrema derecha”, se subraya en el estudio.

Los partidos locales y el nacionalismo español

Fernández atribuye a lo que describe como “abandono relativo del Estado” y de los partidos “estáticos” la reacción que a lo largo de los últimos años una parte de la sociedad ha protagonizado para alentar la formación de partidos locales. Los discursos alejados de los defendidos por las formaciones de ámbito nacional no han cosechado gran éxito, sin embargo, más allá de la breve experiencia de gobierno del GIL en 1999.

La autora también alude a la debilidad mostrada históricamente por los partidos nacionalistas, tanto pro-marroquíes (Partido Socialista Obrero o Partido Humanista) como pro-españoles (PNC o CP), defensores de un repliegue identitario. “En Ceuta, la defensa de la soberanía española y del nacionalismo español siempre han estado asegurados por la derecha conservadora del PP”, afirma la profesora de la Universidad parisina.

Como nuevo fenómeno, Fernández destaca la emergencia de partidos “comunitarios”, que han acabado erigiéndose en auténticas formaciones de oposición. Entre ellos, la autora cita a los extintos UDCE y Caballas y a los que actualmente ostentan representación en la Asamblea, como es el caso de MDyC y Ceuta Ya!

La autora del estudio advierte también un cambio de planteamiento en los partidos liderados por candidatos musulmanes: “Si al principio vehiculaban reivindicación culturales o soberanas, ahora rechazan cualquier etiqueta comunitaria o étnica, aunque siguen siendo mayoritarios en los distritos habitados por electores de origen marroquí”.

El trabajo constata también cómo, desde hace algunos años, el discurso de estas formaciones ha cambiado introduciendo conceptos como el de las “dos ciudades” y principios como el que plantea hacer del multiculturalismo una nueva identidad política. “Esta superación comunitaria, así como una apertura hacia causas más sociales (igualdad, transparencia, feminismo, democracia participativa, derechos sociales) constituyen también las nuevas batallas políticas de los partidos locales ceutíes dirigidos por líderes musulmanes”, concluye el estudio.

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