Homenaje a una idea visionaria que transformó Ceuta
En 1989 Ceuta vivió un momento que marcó para siempre su historia reciente. Bajo el lide-razgo de un Gobierno socialista, se impulsó uno de los proyectos más ambiciosos, modernos y transformadores que ha conocido nuestra ciudad: el Parque Marítimo del Mediterráneo. Una idea visionaria que finalmente se hacía realidad en 1995.
En un contexto social y económico complejo, esta iniciativa no fue simplemente la construc-ción de una infraestructura turística o recreativa. Fue un auténtico acto de valentía política. Era creer en Ceuta, en su potencial, en su gente. Era asumir que esta ciudad debía mirar al mar, modernizarse, diversificar su economía y dotarse de espacios públicos que fortalecie-ran la cohesión social y su identidad mediterránea.
El Parque Marítimo integró paisaje, cultura y ocio en un enclave único. Supuso una revolu-ción urbanística para la época, adelantándose a las tendencias del turismo experiencial y ofreciendo a la ciudadanía un entorno de esparcimiento y una apuesta decidida por la cali-dad de vida. Fue, y sigue siendo, una muestra del poder transformador de la política cuando se ejerce con visión, planificación y compromiso con el bien común.
Aquella decisión no fue casualidad, fue política socialista en estado puro: invertir en la gente y mirar más allá de lo inmediato para imaginar una ciudad más abierta, dinámica y orgullo-sa de sí misma. El Parque Marítimo no solo trajo turismo, empleo y oportunidades, sino que también representó la capacidad de soñar
Treinta años después, su legado permanece vivo. Nos recuerda que las grandes decisiones no nacen de la improvisación ni del cortoplacismo, sino del pensamiento estratégico, del coraje institucional y del amor profundo por una ciudad que merecía más. Frente al abandono de los grandes proyectos, frente a una gestión actual marcada por la parálisis y la falta de am-bición, el Parque Marítimo sigue hablándonos de lo que fuimos capaces de hacer cuando gobernaba la ilusión y la visión socialista.
Este es un homenaje a una forma de entender la política: la que antepone el interés general, la que cree en la inversión pública como motor de desarrollo, la que no tiene miedo de soñar a lo grande. Que el Parque Marítimo siga siendo testimonio de que, cuando se gobierna con valentía, Ceuta crece y se engrandece. Y que su ejemplo nos inspire hoy para recuperar aquella ambición colectiva que hizo posible lo que hoy celebramos.